No todas las críticas escritas para las revistas especializadas logran aparecer impresas: la falta de espacio a veces juega una mala pasada. He aquí un ejemplo.
DVORÁK: Tríos con piano. Trío Fontenay.
Warner Apex 2564 69984-8
2 CDs. 131’43’’
DDD
***
FAURÉ: Quintetos con piano. Cuartetos con piano. Jean Hubeu, piano. Cuarteto Via Nova. Raymond Gallois-Monbrun, violín. Collette Lequien, viola. André Navarra, violonchelo.
Warner Apex 2564 69986-3
2 CDs. 125’34’’
ADD
****
GRANADOS: Goyescas. El pelele. Doce danzas españolas. Seis escenas románticas. Jean-François Heisser, piano.
Warner Apex 2564 69984-3
2 CDs. 138’52’’
DDD
**
HAENDEL: Conciertos para órgano, Op. 4 y Op. 7. Herbert Tachezi, órgano. Concentus musicus Wien. Dir: Nikolaus Harnoncourt.
Warner Apex 2564 69985-3
2 CDs. 148’47’’
ADD
***
HAYDN: Sonatas para piano Hob. XVI: 23, 27, 34, 35, 37, 40, 48, 50. Michèle Boegner, piano.
Warner Apex 2564 69992-8
2 CDs. 125’44’’
DDD
***
MESSIAEN: Veinte miradas al Niño Jesús. Yvonne Loriod, piano.
Warner Apex 2564 69986-5
2 CDs. 119’58’’
ADD
Warner Music Spain
****R
PAGANINI: Conciertos para violín 1 y 2. 24 caprichos. Alexander Markov, violin. Rundfunk-Sinfonieorchester Saabrücken. Dir: Marcello Viotti.
Warner Apex 2564 69987-2
2 CDs. 144’17’’
DDD
***
SCHOENBERG: Pelleas y Melisande. Variaciones para orquesta. Concierto para violín. Concierto para piano. Pierre Amoyal, violín. Peter Serkin, piano. Orquesta Sinfónica de Chicago. Orquesta Sinfónica de Londres.
Warner Apex 2564 69984-5
2 CDs. 115’21’’
DDD
****R
SCHUBERT: Octeto en Fa mayor, D 803. Quinteto para cuerdas en Do mayor, D 956. Solistas de Berlín. Jörg Baumann, violonchelo. Cuarteto Brandis.
Warner Apex 2564 69984-1
2 CDs. 118’42’’
ADD/DDD
****
SMETANA: Mi patria. La novia vendida (selección). Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt. Dir: Eliahu Inbal.
Warner Apex 2564 69985-5
2 CDs. 91’21’’
DDD
****
Merece la pena conocer la hermosa música de cámara de Dvorák y Fauré contenida en estos dobles compactos, más aún en interpretaciones tan apasionadas como las de los Quintetos con piano del segundo a cargo de Jean Hubeu y el Cuarteto Via Nova. Interesa menos el Granados de Jean-François Heisser, no desde luego por su sabor más francés que español, sino por plano y no muy limpio en su ejecución. Extrovertidas, contrastadas y luminosas las interpretaciones de los Conciertos para órgano de Haendel, que han envejecido menos de lo que podía esperarse del Harnoncourt de los años setenta. El Haydn pianístico de Michèle Boegner es sobrio y ajeno a devaneos sonoros, algo soso a ratos, pero valiente a la hora de subrayar los aspectos más visionarios de esta música. Justo como hace Yvonne Loriod, aun sin olvidar las conexiones con la tradición francesa, en su referenciales Veinte miradas al Niño Jesús.
Alexander Markov no deslumbra pero sale más que airoso de la arriesgadísima interpretación en vivo (hay edición paralela en DVD) de los interminables Caprichos de Paganini, como también de los Conciertos del mismo autor que defiende con entusiasmo la batuta de Marcello Viotti. Imprescindible el Schoenberg de un Boulez más témpano ardiente que nunca al frente de dos orquestas portentosas. Más trágico que amable el Octeto de Schubert por los Solistas de Berlín, tocado de manera prodigiosa y acompañado en esta edición por un notable -aunque no muy doliente- Quinteto D 956. Austero, rocoso y dramático antes que lírico el en cualquier caso magnífico Smetana de Inbal.
Artículo escrito para Ritmo y no publicado por falta de espacio.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
sábado, 31 de mayo de 2008
Reciclar basura
Como todos tenemos que ser muy ecológicos, voy a empezar a reciclar mi propia basura procurando dar utilidad, con su publicación, a algunos textos míos que andan por ahí perdidos: notas al programa, artículos e incluso algunas cosas que nunca llegaron a publicarse. Comienzo por el comentario de varios discos de la serie Apex de Warner que tenía que haberse publicado hace varios meses en la revista Ritmo, y que se quedó fuera por problemas de espacio.
Doña Francisquita en Jerez
Tercera vez que veo esta producción, una de las mejores de Paco López: alegre, colorista, sensata, con aportaciones personales... Estupendo Ismael Jordi, mucho menos soso, más entregado que en las últimas cosas que le he visto; menos autocomplaciente, más emocionante. Esperaba poco de Maria Rey Joly, pero me he llevado una gratísima sorpresa; fantástica la canción del ruiseñor. Flojísima la Beltrana de Marisa Roca. Cardona (Lorenzo Moncloa) y Don Matías (Paco Matilla), que no eran los inicialmente previstos, convencieron bastante más en lo escénico que en lo vocal.
A Juan Luis Pérez le metieron en la Orquesta Manuel de Falla muchos músicos con escasa formación y el resultado fue muy pobre. Sólo pudo intentar mantener el control, porque de matices, vuelo lírico, chispa y esas cosas, no logró hacer nada de nada con semejantes mimbres por delante. El coro estuvo bien.
A pesar de las referidas limitaciones, una buena función con la que he disfrutado bastante de este título, una de las pocas zarzuelas que me entusiasma. Ahora me toca escribir la crítica para Filomúsica, aunque no sé cuándo se publicará, porque el último número lleva ya bastante retraso.
A Juan Luis Pérez le metieron en la Orquesta Manuel de Falla muchos músicos con escasa formación y el resultado fue muy pobre. Sólo pudo intentar mantener el control, porque de matices, vuelo lírico, chispa y esas cosas, no logró hacer nada de nada con semejantes mimbres por delante. El coro estuvo bien.
A pesar de las referidas limitaciones, una buena función con la que he disfrutado bastante de este título, una de las pocas zarzuelas que me entusiasma. Ahora me toca escribir la crítica para Filomúsica, aunque no sé cuándo se publicará, porque el último número lleva ya bastante retraso.
viernes, 30 de mayo de 2008
Sobre las comparativas
Ahora lamento muchísimo que haya empezado tan tarde a realizar anotaciones de todas las audiciones que realizo, sean en disco, en DVD comercial, en MP3 obtenido de tomas radiofónicas o en retransmisiones televisivas. Una pena, porque sirven para refrescar la memoria y como pequeña base de datos. De algunas obras, eso sí, he podido en este tiempo realizar tantas anotaciones, procedentes en su mayoría de audiciones comparadas para ablandar mi duro oído, que puede merecer la pena publicarlas en este blog. Por descontado, no hay pretensión alguna de exhaustividad; hay grabaciones importantes que no están en mis listas, bien porque no las he podido escuchar, bien porque cuando las conocí aún no anotaba mis comentarios.
La puntuación es muy simple, y sigue los criterios que hace unos años se usaban en Ritmo: de uno a cinco puntos la interpretación, con una "R" para las interpretaciones especialmehte memorables, y de nuevo de uno a cinco, sin "R" ni nada, para la toma sonora. El año que se indica es el de grabación, no el de edición. Lo omito si no lo conozco.
Comienzo a publicar algunas de estas listas por una de las más largas: La Séptima Sinfonía de Mahler.
La puntuación es muy simple, y sigue los criterios que hace unos años se usaban en Ritmo: de uno a cinco puntos la interpretación, con una "R" para las interpretaciones especialmehte memorables, y de nuevo de uno a cinco, sin "R" ni nada, para la toma sonora. El año que se indica es el de grabación, no el de edición. Lo omito si no lo conozco.
Comienzo a publicar algunas de estas listas por una de las más largas: La Séptima Sinfonía de Mahler.
El pelota número uno
El otro día me partí de risa leyendo las nuevas memeces del pelota musical número uno de este reino en sus últimas notas al programa. Pedanterías varias y rimbombantes autoelogios sazonan el contenido, como en él suele ser habitual, pero lo más descacharrante es ver cómo pelotea de la manera más descarada a quien le encargó esas mismas notas. Pero hombre, por Dios, ¿no se da usted cuenta de que hace el ridículo?
Como crítico, este señor tiene la credibilidad completamente perdida. Y es que todas, absolutamente todas las críticas que este señor realiza a los espectáculos protagonizados por quien le encargó esas y otras muchas notas (entre otras tareas diversas) alcanzan una valoración muy positiva. Sin ofrecer ningún tipo de argumentación estética, claro está: sus críticas se limitan a hablar de las obras interpretadas y a cerrar el texto con muy encendidos elogios hacia la labor del artista citado. Crítica argumentada, jamás. ¡Y encima en la redacción del periódico le pagan por ello! Hay que tener poca vergüenza. Al menos en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, ha tenido la deferencia de no escribir él mismo la crítica del espectáculo.
Comprendo que para muchos aficionados leer a este caballero puede suponer un buen rato de diversión, pero la imagen que está dando de sí mismo, de su medio de comunicación y de su idolatrado artista no es nada, pero que nada buena. Y a los implicados no parece importarles lo más mínimo.
Algún día escribiré algo sobre el pelota número dos, que vive solo a cien kilómetros del anterior.
Como crítico, este señor tiene la credibilidad completamente perdida. Y es que todas, absolutamente todas las críticas que este señor realiza a los espectáculos protagonizados por quien le encargó esas y otras muchas notas (entre otras tareas diversas) alcanzan una valoración muy positiva. Sin ofrecer ningún tipo de argumentación estética, claro está: sus críticas se limitan a hablar de las obras interpretadas y a cerrar el texto con muy encendidos elogios hacia la labor del artista citado. Crítica argumentada, jamás. ¡Y encima en la redacción del periódico le pagan por ello! Hay que tener poca vergüenza. Al menos en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, ha tenido la deferencia de no escribir él mismo la crítica del espectáculo.
Comprendo que para muchos aficionados leer a este caballero puede suponer un buen rato de diversión, pero la imagen que está dando de sí mismo, de su medio de comunicación y de su idolatrado artista no es nada, pero que nada buena. Y a los implicados no parece importarles lo más mínimo.
Algún día escribiré algo sobre el pelota número dos, que vive solo a cien kilómetros del anterior.
miércoles, 28 de mayo de 2008
El blog de Pablo J. Vayón
Acaba de aparecer un blog de música creado por Pablo J. Vayòn. Mucho más completo que éste, todo hay que decirlo. De momento es el único blog de crítico musical en Andalucía, que yo sepa, aunque ya hace tiempo que circula por ahí otro muy a tener en cuenta, el de "Gino", en el que se pueden leer cosas mucho más interesantes de las que a veces se nos leen a los que se supone que nos dedicamos a esto. En cualquier caso lo de Pablo Vayón es una buena noticia, entre otras cosas porque este hombre es un excelente crítico. Sí, lo reconozco, mejor que yo. Ya lo sé. Pero cada uno hace lo que puede, ¿no?
El martillo sin dueño (Pablo V. Vayón)
Esta noche barra libre ("Gino")
El martillo sin dueño (Pablo V. Vayón)
Esta noche barra libre ("Gino")
lunes, 26 de mayo de 2008
Plácido canta copla
Por fin he podido escuchar el disco con tranquilidad. Debo de ser el único al que le ha gustado. Por Plácido, claro está. Salvando algún resbalón muy puntual, la voz se conserva maravillosamente. Dicen que Kraus la tenía estupenda para su edad. Pues bueno, Plácido con los mismos años la tiene mucho mejor: le suena fresca, joven, lozana, bellísima, con esmalte, llena de armónicos... Otra cosa es que confundamos estado vocal con capacidad para dar agudos. Entonces apaga y vámonos.
Como intérprete sigue siendo fenomenal. El estilo puede discutirse, sí, pero uno se derrite ante tal derroche de musicalidad y esa verdadera emoción que no necesita recurrir a efectismos, como sí le pasa a su imitador Villazón, buen cantante que no le llega, de momento, a la suela del zapato, ni por técnica, ni por comprensión de los personajes ni por autocontrol.
Lo que me ha parecido un espanto es la Orquesta de la Comunidad de Madrid, que hace un verdadero ridículo al enfrentarse a estas orquestaciones tan hollywoodienses un tanto horteras. Roa dirige con garbo, eso sí, pero los músicos suenan fatal. ¡Qué violines! Claro, qué puede esperarse de una formación a la que dirigen habitualmente batuteros como Luis Remartínez o Miquel Ortega. Así nos va. Si este disco se vende por el extranjero haremos más ridículo que con el chiquichiqui ese...
Como intérprete sigue siendo fenomenal. El estilo puede discutirse, sí, pero uno se derrite ante tal derroche de musicalidad y esa verdadera emoción que no necesita recurrir a efectismos, como sí le pasa a su imitador Villazón, buen cantante que no le llega, de momento, a la suela del zapato, ni por técnica, ni por comprensión de los personajes ni por autocontrol.
Lo que me ha parecido un espanto es la Orquesta de la Comunidad de Madrid, que hace un verdadero ridículo al enfrentarse a estas orquestaciones tan hollywoodienses un tanto horteras. Roa dirige con garbo, eso sí, pero los músicos suenan fatal. ¡Qué violines! Claro, qué puede esperarse de una formación a la que dirigen habitualmente batuteros como Luis Remartínez o Miquel Ortega. Así nos va. Si este disco se vende por el extranjero haremos más ridículo que con el chiquichiqui ese...
domingo, 25 de mayo de 2008
Zemlinsky hace llorar
Anoche estuve en Sevilla viendo Una tragedia florentina y El enano. De lo mejor que he visto nunca en el Maestranza. Las obras son maravillosas, muy especialmente la segunda, una verdadera obra maestra. Las interpretaciones fueron formidables, sobre todo por la magnífica labor en el foso de Pedro Halffter y la ROSS. Estupendas las voces. De la puesta en escena del primer título sobraba el giro final. La de El Enano era espléndida. La amiga que venía conmigo lloró; yo estuve a punto de hacerlo. Creo que muchos salimos con el corazón en un puño. ¡Este es el tipo de ópera que necesitamos ver por esta tierra, no cosas como Werther o La hija del regimiento! Aquí van los enlaces a las críticas de mis colegas Andrés Moreno e Ismael G. Cabral.
Diario de Sevilla
El Correo de Andalucía
Diario de Sevilla
El Correo de Andalucía
Un acto de egolatría
Lo confieso: esto de crear un blog es un acto de pura egolatría. Pero en cierto modo los profesores, y en general los que nos ganamos la vida hablando en público, somos unos narcisistas. Nos gusta que se nos escuche. Y que se nos lea. Y escucharnos y leernos a nosotros mismos: eso ya es onanismo. Dicen que la mayoría de los blogs se estancan a los pocos meses. Bueno, a ver hasta dónde llego con éste.
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