martes, 10 de junio de 2025

La Pastoral de Giulini recupera el brillo

Mezcla de entusiasmo e irritación al escuchar la Pastoral de Beethoven por Carlo María Giulini y la New Philharmonia de abril de 1968 en el nuevo reprocesado que se incluye en la caja de 60 CD que acaba de lanzar Warner dedicada al maestro italiano, recibida esta misma mañana. En las anteriores ediciones en formato digital sonaba mate, incluso opaca. La comparación no deja lugar a dudas: se habían merendado las frecuencias agudas, quizá para borrar un ligero siseo que antes no estaba y ahora sí se hace presente. ¡Serán burros! La enorme mejoría devuelve brillo a una toma en la que ya se percibían unos graves muy redondos y que ha resultado, a la postre, ser de excelente calidad para la época. No solo se disfruta ahora mucho más, sino que se aprecia la muy diferente manera que el de Barletta tenía de tratar a la orquesta que seguía siendo de Klemperer: con él la madera pierde protagonismo en beneficio de una cuerda que suena mucho más mórbida, incluso aterciopelada, con ese empaste tan especial del maestro que Gonzalo Badenes dixit tenía mucho que ver con la atención a las voces intermedias.

¿La versión? Es imprescindible caer en el tópico si no se quiere falar a la verdad. Ya saben, lo del humanismo, la nobleza, el legato, la cantabilidad y todo eso. Añadiría ahora cosas que, por la increíble naturalidad con que las lleva a cabo Giulini, se me habían pasado por alto: el portentoso trabajo polifónico que realiza la batuta, la cuidadosa gradación de las dinámicas y la fuerza que alcanzan los clímax, particularmente en el último movimiento. En fin, hay versiones aún más geniales, pero también más discutibles por la manera en la que la personalidad del intérprete Furtwängler, Klemperer, Böhm se impone por encima de la música. Esta, sin embargo, es Beethoven-Beethoven, en toda su pureza. Por eso nos encontramos ante la Pastoral por excelencia.

Ah, la obertura de Egmont que completa al disco, grabada ya en 1969, no resulta muy personal y pincha claramente al llegar al gran clímax del minuto séptimo. Notable interpretación, solo eso.

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