sábado, 15 de mayo de 2021

Jordi Savall, rey de Francia

Siento una enorme ilusión por el concierto de mañana domingo 16 en el Teatro de la Maestranza: Jordi Savall al frente de Le Concert des Nations para hacer el programa de tempestades barrocas que grabaron en la Abadía de Fontfroide el 19 de julio de 2015 al mismo tiempo para audio (doble SACD en Alia Vox) y para vídeo (en Medici TV). La expectación se debe en parte a la casi total abstinencia de conciertos en vivo que vengo sufriendo –encerrado en Jerez– desde el inicio de la pandemia, pero la razón fundamental es escuchar por primera vez en directo a mi admiradísimo Savall al frente de su orquesta barroca.

 
Voy a ser sincero: no me gusta absolutamente nada el Beethoven que andan haciendo juntos, y sus recreaciones de Haydn y Mozart me parecen muy desiguales. Ahora bien, en el repertorio barroco en general me parece que las cosas funcionan de manera muchísimo más satisfactoria, mientras que en el francés en particular pienso que el de Igualada es el rey. Con todos los respetos hacia el enorme William Christie y hacia otras aportaciones de gran interés –pienso ahora mismo en el radical, discutible y revelador Rameau de Currentzis–, me parece que Jordi Savall ha logrado recrear como nadie el espíritu de los Lully, Charpentier, Marais y Rameau, hasta el punto de que él mismo se ha encargado de crear un sonido que asociamos inmediatamente dos grandes monarcas absolutos del país vecino, Luis XIV y su bisnieto Luis XV.

¿Culpa quizá de la película, hermosa y sensible pero quizá un tanto pedantorra, que se llamaba Todas las mañanas del mundo? Gracias a ella el fundador de Hespèrion XX se hizo de oro allá por 1991 y pasó a ser universalmente reconocido como un enorme violagambista, pero creo que hay algo más. La música francesa en general desprende una sensibilidad especial con la que el intérprete debe sintonizar. Sensibilidad que en lo que al repertorio cortesano de los siglos XVII y XVIII se refiere demanda elevado sentido teatral y cierta pompa, como también un toque singular de hedonismo, de sensualidad en el colorido, de carácter curvilíneo y mórbido en el fraseo, de levedad bien entendida. También de cierta indolencia. Y ya en pleno reinado de Luis XV, no debe olvidarse lo que significa ese movimiento maravilloso, aún detestado por numerosas sensibilidades, que es el rococó: delicadeza, amabilidad, coquetería y sentido de “lo bonito” bordeando o incluso entrando de lleno en el terreno de lo que para nosotros puede resultar cursi. A la hora de ponerse al frente de una orquesta barroca, Jordi Savall ha encontrado una articulación, una ornamentación, una combinación de colores instrumentales y un discurso general que sintoniza perfectamente con todo lo antedicho haciendo gala de una sensibilidad exquisita, y también de un verdadero derroche de imaginación.

De este modo, el “toque Savall” no tiene mucho que ver con los contrastes extremos del barroco italiano, con las densidades del territorio germano ni con ese distinción y solemnidad que asociamos a lo británico, aunque estas sean en buena medida responsabilidad de un alemán –Haendel– que antes de llegar a tierras británicas se había paseado por Italia absorbiendo todo lo que encontraba. Tiene que ver con Francia. Por eso quizá en el eminentemente “pictórico” programa Tempêtes, Orages & Fêtes Marines son Mathew Locke y Antonio Vivaldi quienes no acaban de convencer. Significativamente, son quienes –por razones sanitarias hay que abreviar el concierto– han caído del espectáculo de mañana. Pero ahí siguen un Rébel, un Marais y un Rameau difícilmente superables, además de un interesantísimo Telemann indisimuladamente afrancesado: no hay que escandalizarse, su música acuática deriva directamente del modelo de suite francesa. Todo ello servido, como era de esperar, por una orquesta all-stars que incluye nombres como los de Manfred Kraemer, Pierre Hamon, Marc Hantaï, Luca Giglielmi o Pedro Estevan. Lo dicho, un concierto para disfrutar a tope sin necesidad de zambullirse en profundidades sonoras ni expresivas.

1 comentario:

José Manuel dijo...

Buenas tardes, Fernando, ¿has visto este “regalo” que nos hace DECCA?: https://www.amazon.co.uk/Film-Scores-Bernard-Herrmann/dp/B09242ZMBT/ref=mp_s_a_1_1?dchild=1&keywords=herrmann+decca&qid=1621200843&s=instant-video&sr=1-1

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