Leo en la prensa la carta de un profesor indignado porque algunos le dicen que los de la enseñanza andamos de vacaciones. Ya pensaba yo que alguien andaría por ahí soltando semejante barbaridad, pero la sospecha previa no ha menguado mi irritación al confirmarlo. ¿Vacaciones? ¿Qué vacaciones?
Miren ustedes, aunque es posible que haya por ahí quienes aprovechen las circunstancias para hacer mutis por el foro, y es seguro que unos cuantos –los más mayores– han visto limitada su capacidad de acción por su desconocimiento de las nuevas tecnologías, puedo asegurarles que yo y la mayoría de los compañeros con los que mantengo contacto estamos trabajando mucho. Muchísimo. Una barbaridad. Con algunas ventajas con respecto a la enseñanza presencial –no tener que lidiar con la disciplina en el aula, sin ir más lejos–, pero también con importantes inconvenientes que a la postre terminan pesando mucho más que aquellas, y que a medida que han pasado las semanas han ido acumulando más y más secuelas no solo psicológicas, que son las más, sino también físicas. Si ustedes son de los que han tenido que practicar el teletrabajo al cien por cien, saben de qué estoy hablando.
Dicho esto, somos unos privilegiados. Mantenemos nuestro sueldo. No tenemos que sufrir la precariedad. Hay demasiadas personas pasándolo muchísimo peor que nosotros, por no hablar de cuantos han tenido que recibir atención médica por el virus o han perdido la vida por su culpa. Pero de ahí a decir que estamos de vacaciones hay una distancia sideral. Insisto en que estoy trabajando más intensamente que nunca, y que es así para la mayoría del colectivo al que pertenezco. Y a pesar de salir muy poco de casa, no tengo tiempo para nada más. Tampoco para la música: esta semana he escuchado muy poca, aunque intento seguir adelante con una comparativa de la Quinta de Mahler que no sé cuándo voy a terminar. Lo que sí sé es que no he podido poner nada para comentarlo en el blog, ni tengo textos guardados en la "nevera" para publicarlos. Vamos, que este blog queda parado hasta que encuentre tiempo entre tantas "vacaciones".
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Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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