Habida cuenta de que Sir Simon sintoniza de maravilla con la frescura, la luminosidad, las ganas de vivir y el sentido del humor que rebosa la labor creativa del genial compositor austriaco, uno podría pensarse que este viaje ofrece ante todo una visión lúdica de la misma. Pues no, y ahí está lo más interesante: aunque haya unas cuantas bromas más o menos previsibles, Rattle ofrece una selección muy equilibrada donde se pone bien de relieve la increíble capacidad del autor a la hora de ofrecer pathos, hondura reflexiva y fuerza dramática, incluyendo así páginas memorables como el arranque de La Creación, el terremoto de Las siete palabras, la introducción de El invierno o el Largo de la Sinfonía nº 64. Por supuesto, también hay espacio para la cantabilidad, la sensualidad y para la galantería, bien representada esta última por el tercer movimiento de su Sinfonía nº 6 Le matin, toda una oportunidad para que se luzcan los increíbles atriles de la Filarmónica de Berlín. ¡Y cómo lo hacen!
En cuanto a la interpretación propiamente dicha, nada nuevo con respecto a lo que ya le conocíamos del muy notable –aunque un tanto irregular– doble CD de sinfonías grabado con esta misma orquesta para EMI allá por 2007. Es decir, un Haydn a medio camino entre la tradición y el historicismo, mezclando de manera interesante la sonoridad musculada de la formación alemana con una articulación muy influida por los instrumentos originales, y más concretamente por Harnoncourt, aun sin adoptar radicalidad alguna y ofreciendo al mismo tiempo un sentido de la elegancia y la distinción británicas que desde siempre –recuerden a Colin Davis– le ha sentado muy bien al compositor. Por descontado, hay mucho de ese sentido del humor que es especialidad de Rattle, aunque este es más risueño que jocoso o sanamente rústico. El Finale de la Sinfonía nº 90, como en el disco antes citado o en su filmación de la obra completa también en la Digital Concert Hall, es un verdadero prodigio de electricidad, chispa y fuerza: del mejor Haydn que yo haya escuchado nunca.
1 comentario:
No me parece Rattle el intérprete más adecuado para esas obras excelsas e inigualables que son la sinfonías de Haydn.
Aunque parecen obras hechas para el gran público, son obras muy serias.
Precisamente su gran virtud es que ponen el arte musical al alcance de casi todos.
Confieso que todavía no he escuchado esas interpretaciones de Rattle, que probablemente se salven gracias a la Filarmónica de Berlín.
Una orquesta que parece que dijo ya vale de seriedad, ningún director va a mejorarla así que pongamos directores estrella al frente.
Si Von Karajan levantara la cabeza....
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