sábado, 31 de mayo de 2025

El modernísimo Haydn de Klemperer

A veces hay que abandonar el empeño absolutamente inútil de estar al tanto de las principales novedades discográficas para volver a escuchar los grandes clásicos. Por ejemplo, las Sinfonías nº 98 y 101 "el reloj" de Franz Joseph Haydn grabadas por Otto Klemperer y la Philharmonia Orchestra en enero de 1960 para EMI. Puro Klemperer de última época, claro está.

La Sinfonía nº 98 recibe una interpretación especialmente dramática, algo claro ya desde la poderosísima introducción, que sobresale por su clarísima arquitectura de perfecto equilibrio polifónico, por el peso otorgado a la cuerda grave y por su humor nada fresco: más bien resulta agrio. El Adagio es un milagro por su lirismo de enorme vuelo impregnado de cierto poso amargo; increíble la manera de mantener la tensión a pesar de la lentitud. El Menuetto es demasiado sobrio en lo expresivo, pero es poderoso y se encuentra maravillosamente delineado. Algo parecido le pasa al Finale, sin chispa ni galantería alguna, pero con momentos de gran tensión dramática; la aparición del clave, en este contexto, queda un poco fuera de lugar.

La Sinfonía nº 101 sigue los mismos derroteros. Una introducción concentrada, llena de misterio, da paso a un Presto elegantísimo y muy viril, amén de soberbiamente delineado y de una transparencia insólita. Andante genial, lentísimo pero de pulso perfecto, cantable a más no poder, sensual pese a la sobriedad klemperiana y de un encanto filtrado faltaría más con el sarcasmo. Menuetto granítico, en exceso sobrio. Vivace conclusivo lleno de fuerza y de trazo muy decidido, tan racional como elocuente, con una asombrosa polifonía en la sección fugada y un elevado sentido de lo dramático. 

La pregunta: ¿es esta una interpretación romántica? Obviamente no: por muy grande que sea la orquesta, por muy lentos que nos parezcan los tempi, por muy densa que sea la tensión polifónica, toda la expresión se encuentra filtrada por la severísima mente de Herr Klemperer, que se dedica a explorar la forma por encima de las "emociones" más o menos puntuales. La cosa es si nos encontramos ante un neoclasicismo puro a pesar de situarnos en el punto más alejado posible de la praxis "históricamente informada" o si por el contrario (¿o quizá al mismo tiempo?) lo que tenemos es un perfecto ejemplo de la más insultante modernidad.

La toma se realizó en Abbey Road bajo la supervisión de Walter Legge. No convence: algo lejana y difusa. eso sí, tiren a la basura su antiguo CD y escuchen el reprocesado de 2023, por favor, a ser posible en la reproducción a 192 kHz.

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