Se preguntan algunos ingenuos cómo es posible que discos abiertamente flojos salgan muy bien parados en las revistas especializadas. ¿De verdad hay que responder esto aquí? Pues por qué va a ser, hombre, por qué va a ser: por la publicidad que pagan las casas discográficas, Sony Classical entre ellas. Miren las páginas impresas de las revistas y/o los banners de sus respectivas webs, y luego comprueben lo que dice el crítico de turno en su imparcialísima reseña.
Ocurre en España, ocurre ahí fuera, ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo. Las revistas están para lo que están: para ofrecer el mayor margen de beneficio económico posible a su propietario. Y alguno hay por ahí de una publicación muy, pero que muy veterana que, me consta, está forradísimo. Del asunto de las Guías Penguin mejor hablamos otro día.
21 comentarios:
Nada nuevo sobre la faz de la tierra. Pagar dinero por promocionar o hacer sonar música en los medios audiovisuales ha sido y sigue siendo una práctica habitual de industria musical. Sony, Emi, Warner y Universal ya tuvieron que llegar a sendos acuerdos extrajudiciales para esconder sus vergüenzas. Emi estuvo judicializada durante largo tiempo por procedimientos derivados de la payola - pagar por sonar-. El grupo PRISA y todo su conglomerado audiovisual llegó a poseer una empresa de derechos musicales editoriales denominada Nueva Edición S.A.
El hombre siempre ha tenido una extraordinaria habilidad para hacer chanchullos y estás practicas que bordean la ilegalidad no se extienden únicamente a la radiodifusión y medios impresos, sino que alcanzan a las plataformas musicales en las que se ceden derechos de la propia música para promocionar la música. En los términos que nos ocupan, estás revistas ya no son ni la sombra de los que fueron y lógicamente mantienen prácticas y vicios del pasado.
Exactamente es así, Javier. No es que la crítica esté toda comprada, en absoluto, pero sí que el dinero compra muchas críticas.
En España el caso más famoso y evidente es el de Fotogramas. Si la distribuidora pone mucha pasta, la crítica ha de ser positiva sí o sí. El responsable pregunta a una serie de críticos qué les ha parecido ola película, y le encarga la reseña a quien más le haya gustado. El crítico no miente, pero la revista está haciendo trampas.
En el caso musical, el premio al mayor descaro se lo lleva Ritmo. Para concretar, el Ritmo de los últimos años, el que tiene a Gonzalo Pérez Chamorro como redactor jefe. Sony es la discográfica que más publicidad inserta. Cuando sale un disco de este sello, se lo manda a alguien que lo vaya a poner por las nubes con seguridad. Si no hay nadie con el perfil idóneo para eso, o sencillamente el lanzamiento es muy importante, el propio Pérez Chamorro es el que escribe. Y escribe exagerando, ocultando parte de la verdad o siendo abiertamente falso: quienes tuvimos la oportunidad de conocerle sabemos bien sus gustos y les pillamos las insinceridades al instante.
El disco este de Thielemann/Levit tiene que salir puesto por las nubes en todas las revistas por obra y gracia de Sony Classical. Eso es así. En Ritmo casi seguro escribirán la reseña Pérez Chamorro o su íntimo amigo Javier Extremera, muy acrítico entusiasta de Thielemann. Yo he escuchado la mitad del lanzamiento y no he podido seguir con la cosa. Mi tiempo vale demasiado como para ponerme a escuchar un Brahms blandito y sin estilo.
Y hablando de Sony y de una pianista que casi nunca menciona: Khatia Buniatishvili. ¿Qué opinión le merece? Porque en Amazon sus discos tienen cientos de calificaciones a cuál más alta. Un saludo.
Pura mercadotecnia de Sony!! Pianista joven y atractiva, pareja del actor Orlando Bloom.....Lo mejor de todo es que tengo un amigo crítico que hizo un reseña de un recital suyo, no precisamente positiva, y en el portal web se negaron a publicársela. Presiones externas le dijeron .
Wink, me ha pillado usted: he escuchado muy pocas cosas de la Buniatishvili, hasta el punto de que no puedo emitir una opinión mínimamente fiable.
Kapsweiss, le agradezco mucho que comparta su impresión sobre la artista. Y lo que cuenta sobre las "presiones externas" me parece extremadamente grave. Lo que no sé es si es cuestión de Sony Classical, efectivamente el sello que más dinero pone para hacer publicidad, o de la agencia de esta señora, que debe de ser tan poderosa o más que la de Makela, un señor de enorme talento pero infladísimo gracias a la mercadotecnia.
En fin, que me está dando mucho morbo escuchar más cosas de la Buniatishvili. A ver si esta semana encuentro tiempo: los 75 exámenes de Geografía de 2º de Bachillerato me 4están matando.
Espero que me excuse por no poder dar más detalles. Dejo, sin embargo está noticia, por si le resulta de interés:
https://www.elconfidencial.com/cultura/2023-09-15/genio-impostora-caso-buniatishvili-madrid_3734192/
Y ánimo con los exámenes. Yo mañana me pongo con 60 de historia de la música y la danza. También de segundo de Bachillerato.
También quiero señalar que el artículo citado anteriormente lo firma Rubén Amón, figura muy discutida o polémica entre el mundo de la música clasica (con lo que ello conlleva).
Buniatishvili es una sentimentaloide empedernida que ha sabido marcar su territorio confiriendo a sus interpretaciones un sello diferencial en base a
una expresividad que a menudo consiste en desvirtuar los tempis, otorgando una mayor dilatación y concentración expresiva. Su puesta en escena es espectacular, posee una técnica portentosa, aunque claro está, en demasiadas ocasiones se aleja de la fidelidad hacia la partitura y compositor .
Bueno, tanto me ha picado la curiosidad que acabo de escuchar el Nº 2 de rachmaninov por la señora esta y Paavo Järvi. No me ha parecido un fraude: más bien una pianista sobrada de medios que no posee ni el sonido ni el estilo adecuados para el compositor ruso, y que además se muestra manifiestamente inmadura en los aspectos puramente expresivos. Vamos, que no me ha convencido. He escrito una reseña aquí:
https://flvargasmachuca.blogspot.com/2013/12/concierto-para-piano-n-2-de-rachmaninov.html
Ah, por si queda alguna duda de que los discos de Sony Classical rara vez salen mal parados en las revistas especializadas:
https://scherzo.es/bruckner-desde-una-grandiosa-y-tranquila-serenidad/
Por supuesto, me parece una barbaridad eso que dice Hurwitz de que este ciclo Bruckner es un bodrio, pero tampoco estoy nada de acuerdo con lo que concluye Ortega Basagoiti en su crítica: "el balance general es el de un ciclo excelente". Ni de coña, vamos.
Señor que firma como Alberto Cañizares:
Ante todo, me parece inadecuado en tono de ironía agresiva con que usted ha entrado en mi blog. Me parece oportuno que escriba usted pestes de mí en algún otro lugar, siempre y cuando existan argumentos para ello, pero un blog es algo así como “la casa de alguien”. Nadie entra en la casa de otra persona para insultarle. Si se le permite entrar en mi casa, es decir, escribir aquí, guarde las formas.
Me parece dudoso que usted se llame Alberto Cañizares. He entrado en su perfil y ha sido recién creado. Por lo que veo que conoce, probablemente es usted un crítico musical que se siente aludido. A la hora en que envió su mensaje entraron en mi blog direcciones de IP procedentes de Madrid, Barcelona, Xixona y Valladolid, entre otras procedencias.
Dice usted que afirmo que “Ni se le pasa por la cabeza que, cuando un crítico pone bien un disco que a usted no le gusta, quizá es porque a ese otro crítico si le gustó”. Miente descaradamente. Lo puede comprobar cualquier lector que lea con detenimiento mis anteriores comentarios, particularmente aquel en el que hago referencia al funcionamiento de Fotogramas. No necesito decir más. O quizá sí: parafraseando una de las frases del artículo que me han enviado escrito por Rubén Amón “en modo alguno la mayoría de las críticas están compradas, pero sí que se compran críticas”.
(Sigo abajo)
Cañizares” me ha tirado de la lengua, así que sigo.
Hay críticos, no sé si muchos o pocos, que con sus textos lo que buscan es medrar en el mundillo, o al menos codearse con artistas. Y también hay artistas que buscan medrar ganándose las amistades de esos críticos.
Un ejemplo. He denunciado muchas veces en este blog que todas las críticas recibidas en la revista Ritmo por el Teatro Villamarta desde su reapertura en 1996 hasta un par de décadas más tarde han estado manipuladas: el crítico José Luis de la Rosa ponía absolutamente todo por las nubes, su pareja fue nombrada regidora del teatro con única experiencia de haber cantado un par de temporadas en el coro, y la revista citada seguía recibiendo pagos por insertar publicidad del teatro jerezano. ¡Todos contentos! Lo cierto es que el crítico en cuestión, aprovechando el cargo de su pareja y que él mismo cantaba en el coro, se iba a cenar con los artistas después de las funciones líricas. Y claro, escribía en consecuencia, lo que supone un fraude para el lector y una maniobra poco ética para el artista.
Me explico con un caso muy concreto: Il Trovatore de mayo de 1999. El tenor, un señor murciano por más señas, estuvo francamente mal. Aquí no caben gustos ni otras historias: recuerdo muy bien que fue un canto penoso. Pues bien, en Ritmo De la Rosa, que además cantó en el coro en las dos funciones del título verdiano, escribió que “fue un Manrico modélico”. ¿Por qué demonios tiene ese cantante derecho a poner en su currículo de éxitos una crítica abiertamente embustera y por completo condicionada por la amistad? ¿No es esto tan inmoral como obtener un cum laude poniendo como presidente del tribunal de tu tesis a un amigo íntimo tuyo? ¿Por qué tienen otros cantantes españoles, los que no han entrado en el juego de irse a cenar con los críticos, que competir con un señor que vale menos de ellos pero que falsifica sus éxitos? De acuerdo con que en los teatros luego se realizan audiciones para comprobar la auténtica valía del aspirante de turno, pero todos sabemos que presentar una selección de textos de prensa extremadamente laudatorios sí que cuenta a la hora de hacerse un nombre.
Eso es solo un ejemplo. Del Villamarta podría contar muchos más. Y de Ritmo. ¿Saben ustedes que un crítico que cantaba en el antiguo coro del Teatro Real, el que había antes del Intermezzo, escribía en esa revista las críticas de los DVD de las propias funciones madrileñas en que él cantaba? Pues sí. Como el crítico jerezano antes aludido, era artista en la función y crítico de la misma. ¡Toma ya imparcialidad! La diferencia es que De la Rosa, tristemente, falleció antes de que le llegara su hora, mientras que el otro actualmente es un director coral que se mueve bastante bien en el gremio. Otro día les cuento lo de aquel otro crítico de Ritmo que escribía críticas extremadamente elogiosas de una soprano… ¡que era su novia! Y creo que sigue en plantilla.
El tal Cañizares ha vuelto a escribir. Esta vez más agresivo e insultante aún. A mitad de su mensaje he dejado de leer y lo he enviado directamente a la carpeta de spam. Se acabó en lo que a él se refiere.
Tercer mensaje de Cañizares. Este ni lo he leído: a la basura. Este señor pertenece a la especie "Hater Internauticus Vulgaris". Es probable que sea alguien que me conoce y que se esconde en un perfil recién creado en google. He borrado su primer mensaje y una de mis contestaciones sobre algo personal que, ya habiéndolo él leído, sobra en este contexto. Al caraxo.
Yo no pregunté por Buniatishvili para que se montase este guirigay. Le recomiendo los videos remasterizados de Bernstein tocando los conciertos de Beethoven con la batuta de Bernstein. https://www.youtube.com/watch?v=YPIlF8DFC1s
Espero que así se le olviden todos esos comentarios innecesarios que han aparecido por aquí. Un saludo
Wink, no es usted culpable, sino este señor que es un hater/troll de libro.
Obviamente su perfil recién creado (dos únicas visitas al mismo) indica que su nombre es un seudónimo. Las direcciones de IP de sus tres mensajes apuntan a Madrid. Su conocimiento de cuestiones internas del mundillo, como lo de Ferysa o lo de Carrascosa en Polygram, sugieren que es un crítico musical de ya cierta edad.
Diría más: la excelencia de la escritura, el tono al mismo tiempo irónico y chulesco y el uso de seudónimo para atacar a Carrascosa apuntan a cierto crítico famoso que acostumbraba a hacer estas cosas en un foro llamado. Incluso veo probable que sea el troll anónimo que acosa a Carrascosa en su blog. La foto de Thielemann en esta entrada podría ser otra pista que apunta hacia su nombre verdadero.
Decepcionante, Sr. López. Le afeo un par de cosas y se vuelve usted un histérico de libro y empieza a soltar y a soltar, a contar su vida (es para lo que montó este blog, ¿no?). Y, para rematar, borra todo excepto sus pataletas infantiles, y me califica de "hater" y "troll". ¿Qué pasa, que sólo quien le da palmaditas en la espalda ("laudatio-fellatio", por usar sus propias palabras) es un interlocutor válido? No importa, no sólo leí lo que escribió y tomé buena nota, sino que guardé varios pantallazos. Le dejo con sus miserias. Hasta pronto.
Publico esta cuarta intervención de "Cañizares" para que el lector vea cómo es de pesado el maromo este.
Lo de las capturas de pantalla no lo pillo. ¿Para qué demonios las quiere, si él es el autor y puede volver a escribirlas en cualquier momento y difundirlas cuanto quiera? En otros medios, claro: lo que he dejado establecido que no voy a dejar que lo haga en mi propio blog. ¡Hasta ahí podíamos llegar!
Que algunos críticos musicales utilizan con frecuencia el anonimato en las redes para mostrar su verdadero rostro, por lo demás, es una realidad patente. El caso más conocido es el del recientemente fallecido Eduardo Torrico, durante el día profesional trabajador, persona muy educada y cordial (según me cuentan quienes le conocieron bien), crítico de lenguaje moderado e ideas razonables, pero por las noches forero bajo el nombre de Bellerofonte, agresivo y radical en su defensa de lo HIP, políticamente situado en la extrema derecha, propenso al insulto directo a otros críticos...
Lo de la "laudatio-fellatio" no es invención mía, por desgracia. Qué más quisiera yo. Se le ocurrió a un amigo a raíz de ciertas críticas escritas sobre Pablo-Heras Casado por personas que presumen de todo lo contrario, de ser especialmente duros con quienes hay que serlo. El asunto es fácil: si se trata de un artista muy conocido que no te puede ayudar en nada, leña al mono, llámese Barenboim, Domingo o como quiera llamarse. Pero si tiene poder en los círculos en los que el crítico de turno se mueve y puede "echarle una manita", a arrodillarse toca. No hace falta que diga que hay una diferencia muy grande entre una crítica altamente elogiosa y una "laudatio-fellatio". Son dos géneros distintos y el lector sabe distinguirlos perfectamente. Bueno, el lector y hasta un niño de diez años, tan extremo es el grado de adulación personal al que se llega y tan rimbombante la palabrería utilizada. Vamos, que ni la historiografía franquista con Don Pelayo...
Por lo demás, el mosqueo del "Cañizares" revela que he descubierto su verdadera identidad. Vaya, qué casualidad: hace muy poco él mismo ha escrito (sin "laudatio-fellatio" , ciertamente, pues utiliza argumento razonables y un tono adecuado) una elogiosa reseña sobre cierta labor de Heras-Casado... No, claro que no es casualidad. Se siente aludido.
Qué pesao, de verdad. A las 17:03 recibí otro mensaje de "Cañizares". De este no he leído ni el encabezamiento: directamente a la basura. Simplemente quiero que los lectores lo sepan, para que se den cuenta de qué suerte de personaje es este señor. Si sigue mandando mensajitos no tendré más remedio que hacer lo de otras veces cuando aparece un hater de estos, que es cerrar el blog a comentarios. En fin...
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