Lo confieso: estoy gordo. Además de no hacer ejercicio alguno, me encantan las comidas densas y sabrosas. Platos de cuchara, chacinas, queso graso y, sobre todo, buenos dulces. Detesto la pechuguita de pavo con lechuga para cenar. Por eso mismo no me ha gustado nada la Pasión según San Mateo de Bach a cargo de la Orquesta Barroca de Friburgo que acabo de escuchar en el Maestranza. Me arrodillo ante Lionel Meunier con el mayor respeto y admiración por tener un coro que canta tan increíblemente bien, Vox Luminis, pero desde el punto de vista expresivo me ha parecido un director glacial. Un Bach tímido, anémico, sin vida y sin emoción. Cero calorías.
Todo ello suponiendo que haya trabajado la interpretación con la orquesta, no solo con su conjunto vocal. Caso de que no lo haya hecho, todo queda explicado. Solistas vocales en la misma línea: casi todos cantando con técnica perfecta, pero insípidos a más no poder. La excepción, Alexander Chance.
Mañana o pasado intentaré explicarme mejor. Feliz Semana Santa.
1 comentario:
Los escuché en Barna y tampoco me convencieron. Una con Bach ya pasa buena velada , ha de pasar algo gravisimo para destrozar la perfección de la Pasión según San Mateo...y no pasó, pero me dio la sensación de una faena de alivio.
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