Famosísimo disco este, grabado en agosto de 1982 por el sello Philips, con Jessye Norman, Kurt Masur y la Orquesta del Gewandhaus de Leipzig haciendo los Cuatro últimos lieder de Richard Strauss y otras célebres canciones del compositor alemán. Nunca me había interesado por él, tal es la manera que me echaba para atrás la presencia de un Masur que me aburrió profundamente en la Ariadna en Naxos que hizo con la propia Norman.
Al final lo he adquirido de segunda mano y he comprobado que, pese a mis reparos, se trataba de una maravilla. Y no por Masur, que dirige con delectación y también cierta morosidad, sino por una Norman en absoluto estado de gracia: no solo posee la mejor voz –desde el punto de vista puramente instrumental– jamás escuchada en esta música, sino que interpreta con insuperable estilo –decadentismo y carácter hedonista en su punto justo– y la emoción a flor de piel, llenando esta música de acentos de los que ponen la piel de gallina. Si no fuese por una tal Schwarzkopf...
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