Más Vladimir Ashkenazy en Dolby Atmos:los Diez preludios op. 23 y los Trece preludios op. 32 de Sergei Rachmaninov, además del célebre op. 3 nº 2, en grabaciones realizadas por Decca entre 1974 y 1975. Suenan escandalosamente bien, con un poquito de soplido (¿qué más da?) pero con una naturalidad, una calidez y un cuerpo admirables, desplegando graves poderosos sin necesidad de resultar abrumadores.
De las interpretaciones, poco hay que decir que no sepamos todos ya: estilo perfecto, pulsación riquísima –acordes llenos, ricos en armónicos–, fraseo plenamente natural, tensiones calculadas con enorme lógica, expresividad sin arrebatos ni excesos, también sin narcicismos o caídas en lo contemplativo, y siempre una enorme riqueza conceptual que demuestra la plena compresión de todos los aspectos del universo del compositor.
Por poner un reparo, el op. 23 nº 5, “a la marcha”, parece más rápido de la cuenta. Tampoco podemos olvidar que a señores como Gavrilov y Lugansky también se les ha escuchado cosas impresionantes en estas páginas. En cualquier caso, audición absolutamente imprescindible.
2 comentarios:
Gracias por el aviso de esta publicación. En la antepenúltima línea del texto cuando dice "Gavrilov y Ashkenazy..." imagino que se refiere a Ritcher o Lugansky en vez segundo. Un saludo
¡Por supuesto, quería decir Lugansky! Gracias por avisar del tremendo lapsus.
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