jueves, 2 de junio de 2022

Mozart por Giulini y Weissenberg

No conocía este disco: conciertos para piano KV 271 y KV 467 de Wolfgang Amadeus Mozart por Alexis Weissenberg, la Sinfónica de Viena y Carlo María Giulini, registrados en junio de 1978 por ingenieros del sello EMI y servidos en una remasterización ya antigua, de 1987, pero que suena razonablemente bien. Artísticamente, lo que era de esperar: mejor la batuta que el pianista.


En uno de los momentos más inspirados de su carreta, el de Barletta ofrece una dirección de admirable clasicismo, noble y equilibrada en la expresión. En el sublime Concierto para piano nº 9 muy cálida en el fraseo, humana a más no poder en su Andantino, aunque no muy vivaz, nada incisiva y bastante ajena no solo a los claroscuros, sino también al pathos: el amargor solo se intuye desde la distancia, filtrado por una suave luz crepuscular. El pianista desgrana su parte con enorme pulcritud y ajeno a cualquier suerte de narcicismo, pero su toque escasamente variado y su habitual asepsia expresiva terminan lastrando los resultados.

En cualquier caso, muy notable recreación, cosa que no se puede decir del Concierto nº 21: aquí Weissenberg no solo se muestra mucho más neutro, sino que en el Allegro vivace conclusivo cae en un mecanicismo difícil de soportar. ¿Cómo pueden algunos seguir aseverando que este señor fue un gran pianista? Giulini parece dejarse contagiar por la rutina en el primer movimiento, pero en el Andante destapa el tarro de las esencias haciendo gala de esa cantabilidad en la que ningún otro maestro ha podido nunca superarle; en el tercero aporta una chispa y una picardía muy convenientes.

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