miércoles, 23 de diciembre de 2020

Gendron, Leppard y la LSO hacen Haydn y Boccherini

Este disco no lo he visto con Qobuz. Lo compré hace poco –versión en CD de una colección de Planeta– en una conocida librería de ejemplares de segunda mano en Cádiz: Raimundo. Se trata de un registro editado por Philips, bajo la producción de Vittorio Negri y con soberbia toma sonora realizada en julio de 1965, en el que Maurice Gendron, Raymond Leppard y la Sinfónica de Londres interpretan el Concierto para violonchelo nº 1 de Haydn y el Concierto para violonchelo en Sol mayor, G. 480 de Boccherini.

 

Gendron me ha gustado mucho. Por descontado, en Haydn carece de la enorme tensión interna de una Du Pré, quizá también de su profundidad, pero posee dos virtudes importantísimas: un sonido cálido y carnoso, verdaderamente para derretirse, y un fraseo de cantabilidad extrema lleno de humanismo y comunicativo a más no poder. De ahí que lo mejor de su recreación de un conmovedor, maravilloso Adagio. Leppard dirige con valentía, también con exceso de músculo –se echa de menos la English Chamber– y quizá con más severidad de la cuenta, sin toda la variedad expresiva posible. En cualquier caso, la excelencia de su trazo y el deseo indisimulado de atender al pathos que contiene esta música terminan ganando la partida.

Más redondo me parece el acercamiento del maestro londinense a Boccherini: de nuevo “clásico” en el sentido más tradicional del término, muy alejado de la ligereza y de la incisividad en la articulación de los acercamientos más renovados a este repertorio, pero más ágil y contrastado que en Haydn, extremo en su depuración sonora y atentísimo al sabor agridulce de un Adagio en el que, de nuevo, Gendron está maravilloso. Entre ambos saben sacar lo mejor de una música hermosísima que lamento no haber escuchado antes. El registro que comento, por cierto, fue su primera grabación mundial.

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