jueves, 9 de abril de 2020

Beethoven y Rattle en el Monte de los olivos

Siendo año Beethoven, estaba clarísimo que hoy Jueves Santo había que escuchar Cristo en el Monte de los olivos, el muy neoclásico oratorio estrenado por el de Bonn en 1803 que aún hoy continúa siendo objeto de división entre los melómanos. A mí me parece una obra claramente de segunda, pero no por ello exenta de interés: se escucha de un tirón y con sumo placer si la interpretación es de alto nivel. Es el caso de las dos que conocía, la magnífica de Barenboim (CSO, 1996) y la notable de Nagano (Harmonia Mundi, 2002), como también de la que he escuchado hace un rato: la de Sir Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín filmada en la capital alemana el pasado 7 de marzo, justo antes de la crisis del coronavirus, y disponible en la Digital Concert Hall.


¿Cómo realiza el exdirector de la Berliner Philharmoniker su aproximación? Pues pasando de largo ante sus aspectos más reflexivos y potenciando la vertiente operística de la página. El maestro británico se interesa poco por aspectos como la densidad, el sentido de la atmósfera, la poesía y la elevación espiritual de la primera parte, que no desea ver desde un punto de vista protorromántico, mientras que triunfa a la hora de desplegar vivacidad, sentido teatral y fuerza expresiva en toda la secuencia de la llegada de los soldados, las imprecaciones de Pedro y el coro final, el cual recrea de manera radiante. Lo de siempre en Rattle: poco de tinieblas, mucho de luminosidad. Gustará a unos melómanos más que a otros, aunque nadie podrá discutir la mano maestra con que está trabajada la orquesta berlinesa, portentosa, ni menos aún la labor del Coro de la Radio de Berlín bajo la dirección de Simon Halsey.

Gratísima sorpresa el tenor Franz Xaver Huber, de voz hermosísima, depurada línea de canto y valiente expresividad. La soprano Iwona Sobotka no se mueve al mismo nivel, pero recrea al ángel con gran profesionalidad y sin caer en ñoñerías. Bien a secas David Soar. Como la Digital Concert Hall es en estos días gratis para todos, yo que ustedes no me lo perdería. No va a haber esta tarde ningún Cristo bajo olivo sobre un paso, así que esta alternativa parece de lo más interesante.

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Para lo que ha quedado la Gheorghiu

Por supuesto, yo ya ando en casa. Escribiré poco a poco sobre lo que he escuchado en Bucarest.