Para empezar, las nuevas grabaciones ocupan solo 52 minutos del total. Los 21 minutos restantes lo integran muestras de las bandas sonoras originales: The Hateful Eight –dos fragmentos–, For A Few Dollars More, A Fistful Of Dollars (en mono, cuando este fragmento se puede localizar fácilmente en estéreo), La Califfa y The Untouchables. Viejos conocidos que todos tenemos en casa.
Y en cuanto a las nuevas grabaciones, nos encontramos ante los mismos arreglos que ya el propio Morricone había registrado en varios CDs y DVDs, con lo que nada se aporta. Además la toma sonora –las tomas: el registro se realizó en una larga lista de ciudades– dejan mucho que desear, especialmente cuando hablamos de un sello como Decca. Tampoco hay novedad en la dirección de orquesta, tan discreta como en Morricone suele ser habitual.
Lo dicho, una chapuza. Háganse con alguno de los DVDs de sus conciertos –que tampoco son una maravilla en sonido e interpretación, pero ofrecen el aliciente de poder ver además de escuchar– y olviden este mediocre producto.
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