martes, 8 de septiembre de 2015

Daphnis y Chloé por Ozawa: relativa decepción

El ochenta cumpleaños de Seiji Ozawa –muy deteriorado de salud, pero por fortuna aún en este mundo– está siendo celebrado en Japón con una serie de reediciones, con nuevos reprocesados y formato SACD, de antiguos registros suyos para los grandes sellos discográficos, sobresaliendo los realizados para Deutsche Grammophon con la Sinfónica de Boston. Entre ellos ha llegado a mis manos el Daphnis et Chloé completo que grabó en 1974 con el concurso del formidable Tanglewood Festival Chorus.

Ravel Daphnis Ozawa

Esperaba una recreación de muchísima altura, porque el maestro oriental posee a manos llenas ese refinamiento, esa delicadeza, ese sentido del color pastel, ese fraseo curvilíneo y esa sensualidad características de Ravel. Y me he llevado una relativa decepción, no porque tales virtudes no estén aquí presentes, sino porque lo hacen de manera irregular: hay momentos que Ozawa paladea con enorme concentración y otros lastrados por un exceso de nervio en los que, extrañamente, incurre en el escándalo gratuito de cara a la galería. Tampoco la magia sonora y la elevación poética se hacen presente todo lo que debieran.

Asimismo hay que apuntar que las texturas no están trabajadas con toda la claridad de análisis deseable, aunque aquí parte de la culpa puede radicar en los ingenieros de grabación, más atentos a la sonoridad global que al detalle. Y eso que la toma no es en absoluto mala: tiene presencia, posee  agudos formidables y hace gala de una gama dinámica impresionante.

En fin, interpretación y grabación son notables, pero debemos recordar que mucho antes, en 1955, Charles Munch había grabado con la misma orquesta una lectura en absoluto inferior a ésta. ¡Y qué toma sonora tenía!

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