miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sorpresa: magnífico Bruckner por Belohlávek


Prolongué unas horas mi fin de semana en Valencia para asistir, en el Palau de la Música, al concierto que la Sinfónica de la BBC ofrecía el domingo 9 de noviembre. Y lo hice por las obras, los Wesendonk Lieder y la Quinta de Bruckner, mucho antes que por director, un Jirí Belohlávek al que en directo y en disco le he escuchado de todo, bueno y malo, y al que no suponía un buen intérprete para este repertorio. Estúpido prejuicio: su interpretación del monumento bruckeriano fue sensacional.

El director checo consiguió lo más difícil: mantener la tensión a lo largo de los ochenta minutos de sinfonía, y hacerlo con la concentración necesaria para no perjudicar la delicada arquitectura del edificio sonoro. No hubo puntos muertos ni precipitaciones, aunque el Adagio podía haber estado más paladeado aún. La complicada polifonía estuvo meridianamente expuesta, incluyendo las secciones fugadas de ese catedralicio movimiento conclusivo. Pero es que, además, se trató de una interpretación cálida, comunicativa y con todo el desgarro y el carácter visionario que se desprende de la partitura. Sin llegar a la genialidad de los más grandes directores de esta sinfonía (Klemperer, Jochum, Solti), lo de Belohlávek fue admirable.

Espectacular la orquesta, a la que he encontrado en mucho mejor forma que hace un año en los Proms; tocar así semejante partitura, con tal seguridad y brillantez, está solo al alcance de las mejores agrupaciones sinfónicas. Sólo alguna pifia muy puntual empañó ligeramente los resultados. En la primera parte del concierto, Belohlávek respaldó con gran solvencia a la voz oscura, de notable registro grave, de la cálida mezzo Dagmar Pecková. Memorable concierto.

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