El otro día estuve paseando por mi ciudad a dos amigos muy melómanos. Salió el tema de la deuda municipal, una de las más altas de España, si no la que más: más de 929 millones de euros en 2002. Imposible hacer proyectos de cierta envergadura, entre ellos mantener al Teatro Villamarta. Me interrogaron por las razones de una trampa tan monumental, e intenté explicárselas. Pues bien, como este blog es leído en muy diferentes latitudes, he pensado que no estaría mal ponerlo aquí por escrito, dejando siempre claro que a muchas las afirmaciones que voy a hacer hay que anteponerles la etiqueta de "presuntamente". Todo, en cualquier caso, es vox populi.
Pedro Pacheco |
España, 1975. Muere el dictador y genocida Francisco Franco. Las incertidumbres propias de un cambio de régimen coinciden con la crisis económica mundial. Aquí en Jerez hay que añadir un factor fundamental: la industria vitivinícola había inflado artificialmente la producción para beneficiarse de las subvenciones y se produjo un overstock que, a su vez, condujo al despido de muchísimas personas. Si el paro en el país era altísimo, en Jerez resultaba galopante.
Las primeras elecciones municipales democráticas (1979) las gana Pedro Pacheco Herrera, del entonces llamado Partido Socialista Andaluz. Nacionalismo de izquierdas, por más señas. Talante populista y perfil de auténtico "cacique-compadre", habría que apostillar. Su solución para el desempleo es colocar masivamente a dedo en el ayuntamiento, obviamente a costa de hipertrofiar la plantilla del consistorio, claro está, y de dejarla entrampada por los siglos de los siglos. Se monta tan monumental red clientelar –beneficiados directos, amigos de estos últimos y aspirantes a llevarse algún pellizco– que la ciudadanía le vota masivamente y se perpetúa en la alcaldía hasta 2003.
Durante este período el gasto público también se incrementa de manera sustancial gracias a las obras que "dejaban muy bonita la ciudad", a decir de muchos: se abren, cierran y reabren zanjas, se ponen y se quitan pabellones y monumentos... La cosa es ofrecer constantes contratos a empresas que también entran a formar parte de la referida red.
Plaza de Belén, ubicación proyectada para la Ciudad del Flamenco |
Por su fuera poco, se emprenden dos macroproyectos de esos que en aquellos tiempos de vacas gordas –que no eran tales, sino enormes préstamos bancarios– buscaban "poner a la ciudad en el punto de mira". Si en Sevilla, por poner un ejemplo muy cercano, se tuvieron que tragar las tristemente célebres "setas de la Encarnación", en Jerez fueron el Circuito de velocidad y la Ciudad del Flamenco. El primero se terminó y está en uso, aunque no queda nada claro hasta qué punto la inversión se ha amortizado con las visitas anuales de los motoristas. La segunda se empezó, nunca se acabo y actualmente es una inhóspita plaza dura, porque se ha renunciado definitivamente a ella después de haberse invertido en el proyecto muchos millones de euros –hace años se hablaba de diez millones, no sé cuántos más habrán sido al final–. Mientras tanto, una parte del casco histórico se caía –se sigue cayendo– a cachos. En el lado positivo, la reapertura del Teatro Villamarta en otoño de 1996, aunque no es menos cierto que desde el principio se gastó en él con escaso control por parte del consistorio. Pólvora del rey, ya saben.
En 2003 muchísimos jerezanos se cansaron del cacique y ganó el PSOE. Pacheco se alió contra natura con el PP y permitió que el tercer partido más votado llegara al poder: la nueva alcaldesa sería la que lo es ahora mismo, María José García-Pelayo, pero a cambio de dejarle a él la concejalía de... ¿Lo adivinan? Sí, la de urbanismo, que es donde se corta el bacalao. Y el bacalao lo siguió cortando con ella y desde 2005 con la siguiente alcaldesa, ya del PSOE: Pilar Sánchez. Tanto esta última como Pacheco terminarían pasando una temporadita en la cárcel por corrupción.
García-Pelayo volvió en 2011, ya en plena crisis económica mundial, e intentó adelgazar el ayuntamiento... empezando por la gente colocada por el PSOE, qué casualidad. Desde las más altas instancias se lo echaron para atrás: no se puede revocar el contrato de los funcionarios. ¿No había caído en ello? Eso sí, colocó el busto de José María Pemán en el Villamarta para complacer a ciertas élites ultraderechistas de la localidad.
María José García-Pelayo, en su salsa |
Entre 2015 y 2023 gobernaría el PSOE encabezado por Mamen Sánchez. Ahora, como dije antes, ha vuelto García-Pelayo. Da igual quien gobierne: el hipertrofiado ayuntamiento por un lado tiene que pagar las abultadas nóminas de una plantilla que solo se podrá ajustar cuando a los funcionarios les llegue la jubilación, por otro ha de que abonar las deudas a muchos proveedores y, finalmente, tiene que saldar cuentas con la banca. Me consta que no hay ni para tinta de impresora.
¿Quien tiene la culpa de todo esto? Lo tengo claro: los jerezanos. Porque aquí se ha votado libremente, los ciudadanos sabían lo que había y los alcaldes han salido de aquí. Tampoco hemos de extrañarnos: ¿se acuerdan de aquella famosísima jerezana llamada Lola Flores que pidió que cada españolito pusiera una peseta para pagarle a ella su deuda con Hacienda? Pues eso. Jerez de la Frontera, ciudad del mamoneo.
2 comentarios:
La verdad es que leído así es una verdadera pena. E imagino que está situación no es exclusiva de allí.
El sistema funcionarial tiene sentido pero está totalmente desvirtuado. Y la red clientelal empresarial que sería una alternativa. También.
En fin...nos queda la música como consuelo.... Y este estupendo blog
VCM, muchísimas gracias. El ser humano es el que es, en Jerez y en Honolulu, pero tengo las sospechas de que aquí hay un grado especial de corruptelas. Me duele mi pueblo.
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