sábado, 13 de enero de 2024

Jessye Norman con John Williams

Jessye Norman (1945-2019) grabó para Philips dos discos junto a John Wiliams: With a Song in My Heart y Lucky to Be Me. El primero de ellos se registró en junio de 1984 contando con la lujuriosa colaboración de nada menos que la Sinfónica de Boston, obviamente bajo el nombre Boston Pops. Jerome Kern, Cole Porter y Richard Rodgers aparecen con tres canciones cada uno, pero también hacen acto de presencia Harold Arlen y George Gershwin. Todo el disco es una verdadera delicia, porque la soprano norteamericana pone su voz, uno de los instrumentos vocales más impresionantes jamás escuchados, al servicio de unas músicas que las que cree a pies juntillas, y también porque el compositor de Star Wars dirige con la mezcla de brillantez y buen gusto que este repertorio necesita: nada de la dulzonería con que tantas veces hay que escucharlo. Advertir, eso sí, que son bastante mejores los arreglos realizados por su amigo y colega Alexander Courage que los de Dick Hyman, un poquito hortera.

El otro corresponde a enero de 1987 y agosto de 1989, aunque no se publicó hasta 1992. Aquí también están Gershwin y Rodgers, pero el abanico se abre muy considerablemente con los nombres de Weill, Loewe, Bernstein, Joel y Legrand. La diferencia grande viene por parte del acompañamiento: tan solo John Williams al piano. La ganancia es apreciable, porque a este repertorio le sienta de maravilla quitar todo colorismo orquestal, toda hojarasca sinfónica por muy atractiva que esta sea, para poner en primer término el núcleo de la cuestión: no otro que el enorme vuelo melódico de unos pentagramas mucho menos "menores" de los que algunos pedantes pretenden. No es el caso de Norman, que se toma la interpretación con tantas o incluso mayores ganas que en el disco anterior. Tiene sus más –Papa, Can You Hear Me?– y sus menos –Show Me–, pero está absolutamente maravillosa.


El primer disco es muy recomendable. El segundo, total y absolutamente imprescindible. Escúchelo de noche, a oscuras y –si a usted le gusta el alcohol, a mí no lo hace demasiado– tomándose un buen lingotazo.

2 comentarios:

Julio César Celedón dijo...

Imposible no soltar alguna lágrima con "I will wait for you". Definitivamente un álbum para relajarse.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Desde luego. Por cierto, la Norman tiene un disco entero dedicado a Michel Legrand, pero hace siglos que no lo escucho.

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