Con bastante retraso, Decca se digna a pasar –al menos en la plataforma Tidal– a Dolby Atmos la sinfonías de Jean Sibelius por su niño mimado Klaus Mäkelä. Me decido, pues, a completar la audición de su aplaudido ciclo, empezando por la Sinfonía nº 1.
Comienza con alguna excentricidad, como dejando claro desde el principio lo que se va a ir revelando conforme pasan los minutos: esta es, claramente, la versión de un director joven y con ganas de comerse el mundo, vistosa y de enorme inmediatez comunicativa, al tiempo que muy personal en concepto y en detalles, apostando para ello por una visión particularmente áspera y combativa de esta partitura. Es decir, en el extremo opuesto a un Karajan, un Bernstein o un Rattle –sensacional Lenny en su registro en Viena, no así los otros dos– y moviéndose más bien en el terreno de un Barbirolli, un Ashkenazy o un Paavo Järvi. ¿El problema? Sir John lo hizo mucho mejor, mientras que el jovencísimo maestro finlandés solo alcanza inspiración verdaderamente grande en algunos pasajes del movimiento conclusivo. Por lo demás, perfecto control de la Filarmónica de Oslo y sonido Sibelius cien por cien.
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