sábado, 28 de enero de 2023

Dos maneras de tropezar con la Romántica de Bruckner: Mehta y Abbado

Ha sido una interesante experiencia escuchar seguidas estas dos versiones de la Sinfonía nº 4 Romántica de Anton Bruckner: la de Zubin Mehta y la Filarmónica de Los Ángeles registrada los días 13 y 14 de abril de 1970 para Decca, y la de Claudio Abbado con la Filarmónica de Viena que los ingenieros de DG recogieron, sin mucho acierto que digamos, en octubre de 1990.

En el momento de realizar su grabación californiana, al maestro de Bombay le quedaban dos semanas para cumplir los treinta y cuatro. Hay que admirar que a esa edad lograse levantar con semejante solidez un edificio sonoro tan complicado como la Romántica, haciéndolo con una lógica constructiva tan indiscutible, con tan meridiana claridad de planos sonoros, desgranada con enorme naturalidad y por completo ajena tanto a blanduras más o menos pastoriles como al nerviosismo. Desdichadamente, ya desde el arranque se evidencia una absoluta desconexión de Mehta con el contenido espiritual de la obra. No es que el resultado sea frío, no es eso. Simplemente, la poesía, la sensualidad y la elevación espiritual no aparecen por ningún lado. Mejor, en cualquier caso, los dos últimos movimientos que los primeros, francamente flojos. 


La lectura de Abbado es mucho más bella: lógico, teniendo a su disposición semejante orquesta. Y el milanés sí que ofrece calidez, sensualidad, contemplación paisajística, inquietud espiritual y grandes dosis de sentido teatral. Desdichadamente, el maestro no se cree la obra en ningún momento. Todo lo contrario, su enorme técnica se pone al servicio de un evidente narcisismo que le lleva a ofrecer numerosas frases en exceso suaves, languideces varias, contrastes dinámicos tan exagerados como innecesarios y opulencia desatada. La arquitectura, claro está, se resiente por completo, y el resultado es una interpretación tan vistosa, seductora y espectacular como discontinua, trivial e insincera.

En resumidas cuentas, dos maneras muy distintas de tropezar con la misma sinfonía. Mi grabación favorita es la de todo el mundo: Karl Böhm con la Filarmónica de Viena.

3 comentarios:

Bruno dijo...

Compré en su momento la de Mehta... y, perversamente, la regalé, con lo que me valía entonces un disco, para ver si le gustaba al destinatario. Insustancial. Como la de Abbado, que también compré y me sirvió para no repetir ya mas a Abbado, ni en Bruckner, ni en Mahler, ni en nada.
Curiosamente de joven Mehta grabó la 9 con la OFV y le salió muy bien, como la Resurrección. Lo que le he escuchado de Bruckner o Mahler siempre ha sido muy irregular. De todas maneras una vez en Valencia, sustituyendo a Celebidache con la OSMunich, hizo una octava de Bruckner en la que se dejó el alma. (Interpretación en las antípodas de las que hacía el titular por esas fechas con esa orquesta)
Escuché a Abbado con la OSL y a Mehta con la de Israel en fechas próximas la 5 de Mahler. Lo hizo mucho mejor Mehta. A Abbado le gustaba fantasear con exibicionismos. Pianísimos que no escuchaba ni él mismo y extravagancias. Mehta era mucho mas musical y seguía la obra.

Mireia P.B. dijo...

Bueno, no tiene nada que ver con el tema ...pero no lo puedo evitar: acabo de ver el trailer de "Tàr" y me preguntaba cuantos LPs de los que tiene tirados por los suelos reconoce.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bruno, me encanta su manera de explicarlo: "Pianísimos que no escuchaba ni él mismo". ¡Bravo!

Mireia, acabo de ver el tráiler de Tar. Efectivamente, se reconocen unos cuantos discos. Me llama la atención que la Quinta de Mahler de Abbado, que por cierto a mí me parece horrorosa, salga en LP, porque se trata de una edición muy reciente la de este formato. Se ve que DG, implicada en la película, quiere promocionar su producto.

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