Me prometí a mí mismo no tocar este blog hasta el Roberto Devereux del Maestranza, por la alarmante falta de tiempo del que dispongo. Sin embargo, hay dos cosas de las que me gustaría escribir, siquiera brevemente.
Vengo del Villamarta. Recital de Viktoria Mullova y Alasdair Beatson. Obras de Beethoven, Takemitsu, Pärt y Schubert en los atriles. Violín “moderno” y piano Steinway, puntualización importante porque los dos artistas han grabado hace muy poco este repertorio –salvo las obras recientes, claro está– con cuerda de tripa y fortepiano. En este caso, la influencia historicista solo se ha dejado notar en la incisividad de los ataques y en la relativa, muy relativa, moderación del vibrato, porque en líneas generales se puede decir que han sido interpretaciones “tradicionales”.
Tradicionales, sí, pero insuficientes: el sonido del violín no es muy agradable, sufre problemas de afinación, incurrió en agresividades innecesarias –ahí sí se puede hablar, quizá, de la nefasta influencia de algunos artistas HIP muy concretos– y la violinista rusa hizo gala de su proverbial incapacidad para transmitir calidez, poesía y emoción. Fue un témpano de hielo; con aristas, eso es cierto, pero verdaderamente glaciar. El pianista, aunque menos pimpante que cuando toca el pianoforte, se movió más bien dentro de una aseada superficialidad.
Distance de fée de Takemitsu y Fratres de Pärt no ofrecieron sensualidad, atmósfera ni misterio. Lo mejor –lo menos malo– vino con el Rondó en si menor de Schubert, en el que al menos los dos artistas desplegaron electricidad y sentido de los contrastes. De propina, el segundo movimiento de la Sonata Primavera de Beethoven, correcto pero tan aburrido como el resto del concierto.
Nueva grabación de las sinfonías de Robert Schumann con Barenboim y su Staatskapelle de Berlín. Se ha convertido en mi integral favorita, claramente por encima de las clásicas de Kubelik, Szell, Sawallisch o Karajan, como también de las dos anteriores del propio Barenboim. Por supuesto, el concepto no es muy distinto al de aquellas grabaciones, pero esta nueva grabación pierde en densidad, en gravedad y en hondura filosófica lo que gana en ligereza, luminosidad, elegancia y –no es contradicción– frenesí: el de Buenos Aires no mira ahora tanto a Brahms –cuyas sinfonías son obras de madurez, es necesario recordarlo– como al propio Schumann, con toda esa maravillosa dialéctica juvenil entre Eusebius y Florestán. También gana este nuevo acertamiento del maestro en sutileza, en riqueza a la hora de poner matices, en sentido orgánico del fraseo y –aunque parezca imposible– en belleza sonora.
Total, uno de los mejores testimonios sinfónicos de Daniel Barenboim, que alcanza dos picos particularmente altos: una Renana y una Sinfonía nº 4 geniales a más no poder. Estoy deseando que me llegue el Blu-ray audio que edita DG, porque he podido comprobar que el sonido Dolby Atmos –en Tidal– es muy superior al estereofónico de alta resolución que ofrecen otras plataformas.
3 comentarios:
También se ha convertido en mi integral de Schumann favorita. Infinitos matices, una belleza sonora deslumbrante y el tono justo para cada obra, y para cada movimiento, y para cada sección dentro de estos. Tiene tan asegurada la arquitectura que se puede permitir desmenuzar todo hasta el último detalle. Es realmente maravilloso, como su último ciclo de Brahms, o su último ciclo de Bruckner, o de Beethoven. Una pena que haya enfermado cuando empezaba a recoger los frutos de toda una vida para destilar estas ambrosías. Ha tenido la suerte, eso sí, de poder grabarlas con una calidad de sonido deslumbrante, en un espacio multicanal, un paso más allá del estéreo claramente, como este lo fue del mono. Hay que alegrarse y celebrar por lo que ha dejado. Sin duda uno de los grandes directores (y pianistas) de la historia.
La integral de Schumann dirigida por Barenboim aún está en preventa en Amazon (USA). Tengo que esperar hasta el 9 de diciembre, pero no la perderé. Gracias, Fernando, por comentarla.
Suerte con el "Roberto": uno de mis peores recuerdos operístico. No se si fue la producción, la obra o que yo no tenia el dia ... vaya aburrimiento! Pero es que es oir el nombre y tengo una semireacción alérgica.
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