En perfecta sintonía con el enfoque de su esposa, y por ende adoptando un enfoque muy distinto al de Celibidache un año antes con la propia Du Pré en el sobrenatural registro comercializado por DG y Teldec, menos rico en concepto y menos atento a la disección de la obra pero considerablemente más escarpado, Barenboim dirige con auténtica garra y obtiene un formidable rendimiento de una orquesta que se muestra en óptima forma y cuenta con solistas de excepción: se puede reconocer al enorme Jack Brymer. En cualquier caso, es lo de Jackie lo que deja al oyente profunda huella. Les aseguro que resulta difícil escuchar una interpretación solista no ya en esta obra, sino en cualquier repertorio, tan a tumba abierta como la presente.
La toma de sonido es monofónica, relega a la orquesta y sufre alteraciones en el volumen, pero aun así el testimonio es impagable. Por favor, vean y descarguen cuanto antes el YouTube. No se arrepentirán.
2 comentarios:
Si la versión de con Celibidache es el 10 imperecedero, ésta lectura con Barenboim debe andar por el 9,5999: ¡increíble el fuego de la batuta y para no creer lo que hace du Pré!
Me dejó con nudo en la garganta.
No lograba entender el significado del título del presente post. Ahora creo que se refiere a una interpretación arriesgada, sin temor al error o al posible fracaso en caso de exceso o equivocar las notas. De hecho, es lo que sucede cuando Jackie corta la cuerda al "serruchar" desmedidamente con el arco en el tercer movimiento y algunas desafinaciones. En resumen, el riesgo de hacer música con espíritu vivo. El nerviosismo interior de ella al momento de cambiar la cuerda, debe haber sido fenomenal.
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