Al segundo le pude escuchar en directo al menos un par veces. Una hace ya muchísimos años con la English Chamber en Madrid. Me parece que en Maestranza también le vi. O quizá fuera en Valencia: me falla por la memoria. La última fue un Rosenkavalier en el Real que, a decir verdad, me pareció mediocremente dirigido. El maestro británico dejó grandes cosas en disco, sobre todo en el repertorio mozartiano, pero lo que más admiro de él es su actitud vital. Fue uno de los pocos maestros –junto con Raymond Leppard– que reconoció públicamente su homosexualidad en los años ochenta, una época en la que semejante circunstancia estaba aún muy mal vista entre los directores de orquesta. Pero fue más valiente aún en otro aspecto. Tate estaba aquejado de una enfermedad que le causaba una considerable deformidad en su cuerpo: andaba cojeando de manera muy marcada, siempre con bastón, y lucía una enorme joroba en su espalda. Jamás pareció importarle el qué dirán (y les juro que se decía: recuerdo comentarios alrededor de mi butaca en aquellos conciertos). Nunca sintió vergüenza ni tuvo miedo de subirse a un escenario. Bravo.
Descansen en paz dos grandes maestros y un hombre muy valiente.
2 comentarios:
Yo tengo la "integral" de los conciertos para piano de Mozart con Uchida y el maestro Tate, que me parecen en general unas interpretaciones que van de bien a muy bien. También tengo ese projecto Dvorák del que hablas, y me gustó mucho su septima y octava. Saliendo del tema, que opina del Dvorák de Rowicki y la LSO? Fue mi primer acercamiento al compositor.
Lamento mucho no haber escuchado nada a Rowick. O casi nada. Quizá hace muchos, muchos años, en una colección de vinilos que tenia mi padre. Un saludo.
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