La Sonata nº 21, D. 960 recibe lectura apolínea en el buen sentido, muy hermosa y equilibrada, de expresividad íntima y recogida mas no exenta del amargor que la partitura demanda, si bien es cierto que Brendel rechaza acentuar contrastes y prefiere quedarse en una moderación que no termina de enganchar. En cualquier caso, resulta difícil no dejarse seducir ante la poesía de altos vuelos que logra en el Andante sostenuto, o por los múltiples detalles que, aquí y allá, revelan lo gran artista que es.
Bastante mejor la Wanderer, una interpretación realmente espléndida en la que, aun sin perder esa elegancia que caracteriza sus maneras de hacer, el artista despliega entusiasmo y pasión bien controlada en perfecto equilibrio con el lirismo introvertido que la obra también demanda.El disco merece la pena por ella. Por cierto, el CD ofrece el mismo acoplamiento que el LP original, hace poco ha sido reeditado para goce de los numerosos amantes del vinilo.
2 comentarios:
Tengo que reconocer que no tenía ninguna grabación de las tres últimas sonatas de Schubert, de hecho sólo había escuchado la última (por Richter y fue un descubrimiento de los grandes, vaya primer movimiento, ahora me cuesta aceptar cualquier otra visión del mismo) y me hice con el doble de Decca que recoge las tres últimas sonatas por Brendel. Se trata por tanto de la misma grabación que comentas en la entrada. Todavía no la he escuchado, espero hacerlo pronto. Tendré presentes sus opiniones. Un saludo.
Lo de Richter con la D. 960 es sencillamente histórico. Saludos cordiales.
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