lunes, 27 de junio de 2016

Tchaikovsky por Rozhdestvensky en el sello Altus

Caí en la trampa y compré uno de los discos que componen el ciclo de Sinfonías de Tchaikovsky grabado por Gennadi Rozhdestvensky al frente de su Gran Orquesta Sinfónica del Ministerio de Cultura de la Federación Rusa entre 1988 y 1989, concretamente el que incluye las sinfonías nº 2 y 3. Y digo trampa porque la toma sonora deja muchísimo que desear, no tanto por su chata gama dinámica como por la terrible distorsión tímbrica, sobre todo en los tutti. Ignoro si el problema está en las cintas originales o en la remasterización realizada ex-profeso en 2011 para el sello Alto, que es quien edita este ciclo por primera vez fuera de Rusia, pero lo cierto es que algo así no es de recibo para la fecha.

 
En cualquier caso, se trata de grandes interpretaciones en las que el marido de la Postnikova, ruso hasta el tuétano pero poco aficionado a caer en el tópico, dotado de una visión de la música bastante más combativa que seductora y un sentido del humor no poco socarrón, se muestra inspirado y comprometido a más no poder, aunque su visión del mundo tchaikovskiano resulta bastante personal: nada de interpretaciones ensoñadas ni evocadoras, tampoco particularmente sensuales, sino más bien ardientes, dramáticas, llena de garra y de energía perfectamente controladas, sonadas con sana rusticidad –pueden molestar las asperezas de los metales, típicamente rusos–, fraseada sin rigidez alguna y dicha con enorme convicción, aunque también un tanto unilaterales.

Su visión de la Pequeña Rusia ofrece un muy considerable interés, resultando en algunos sentidos reveladora. Tras una introducción particularmente brumosa se desarrolla un Allegro vivo denso, dramático y áspero, sensación a la que en gran medida contribuye la sonoridad bronca de la orquesta. En contraste, el Andantino marziale resulta más rápido que la media, estando lleno de animación y de sentido del humor, con una madera grave que frasea con considerable recochineo. El tercero está dicho con una potencia y una fuerza descomunales, sobresaliendo el tratamiento robusto de la cuerda y el muy carnoso e incisivo de las maderas. El cuarto se desarrolla en la misma línea, con ardor dramático considerable y algunos detalles –incisividad virulenta del piccolo– muy personales.

El movimiento inicial de la Sinfonía nº 3, Polaca resulta decidido y vibrante, pero se puede echar de menos una dosis mayor de misterio, de lirismo y de variedad expresiva, sobrando al mismo tiempo un punto de contundencia. En el segundo, sin todo el encanto y la sensualidad que puede desprender la página –escúchese a Rostropovich, mucho más lírico en su interpretación de la sinfonía– sobresale el portentoso tratamiento de las maderas, ricas en el colorido y de una asombrosa claridad, aportando además un sutil toque de ese humor corrosivo que es característico del maestro. En el Andante elegiaco el maestro destapa el tarro de las esencias y hace gala de un fraseo de apreciable flexible y efusivo, de enorme cantabilidad en todas las intervenciones instrumentales, derrochando poesía –sin bajar nunca la guardia– y acumulando tensiones hasta alcanzar unos clímax en los que la cuerda alcanza un ardor insólito. En el Scherzo, incisivo y un punto inquietante, lo que es muy de agradecer, sobresale de nuevo el increíble trabajo con las maderas en lo que a colorido y claridad se refiere. El Allegro con fuoco, finalmente, está lleno de empuje, potencia y grandiosidad, aunque aquí las peculiaridades del metal ruso, subrayadas por la toma sonora, pueden llegar a molestar.

En fin, lo de siempre: Rozhdestvensky es un enorme director, pero en demasiadas ocasiones no ha tenido suerte con la ingeniería de sonido.

4 comentarios:

amd dijo...

https://rutracker.org/forum/viewtopic.php?t=3562455

amd dijo...

https://rutracker.org/forum/viewtopic.php?t=3562455

Seguro que estas te van a gustar más.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Muchas gracias, AMD. Veo que son de la primera mitad de los setenta. A ver si suenan decentemente. Cordiales saludos.

amd dijo...

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