sábado, 29 de marzo de 2014

Noche andaluza con la Orquesta de Valencia


Batuta granadina, solista malagueño y compositores de Sevilla y Córdoba. No se sabe muy bien qué hace el pobre de Cesar Franck en la segunda parte del programa, la verdad, en esta velada netamente andaluza que nos ofreció ayer viernes 28 de marzo la Orquesta de Valencia bajo la dirección del maestro Miguel Ángel Gómez Martínez, quien desde luego dejó bien claro que no es ningún bulo eso de que posee una de las mejores técnicas de batuta del suelo hispano: la formación levantina sonó mucho mejor de lo que suele habitualmente, por lo que no caben en ese sentido sino felicitaciones a los músicos y su director.

Turina abría el programa con La procesión del Rocío. Puedo repetir sin problemas lo que dije en la entrada anterior sobre la interpretación discográfica del mismo maestro.

«Un alivio escuchar por una vez a un director que arrincona los tópicos folclóricos para deleitarse con sosiego –se trata de la interpretación más lenta de todas– en las hermosas melodías de Turina y en los aspectos más ensoñados, diríase que pseudoimpresionistas, de una página que definitivamente ofrece más posibilidades de las que hasta ahora parecía. Además, el maestro granadino hace uso de pinceles finos, traza con cuidado y planifica con claridad: por fin se escucha el clímax de la procesión con grandeza y sin el habitual barullo. Eso sí, le faltan la gracia y el salero de un Arbós y un Argenta.»
En suma, una interpretación de primera fila para una partitura de segunda. Y no de segunda sino de tercera me parece la obra que vino a continuación, los Nocturnos de Andalucia del cordobés Lorenzo Palomo, compositor que por cierto fue titular de esta misma orquesta en los años setenta. Algunos la criticarán por eso que los pedantorros llaman falta de compromiso con la modernidad, porque bien es cierto que la obra, una especie de Stravinsky neoclásico con aires folclóricos hispanos, podía estar escrita hace ochenta años. Tal vez no falten quienes la alaben justamente por lo contrario, por su deseo de llegar al gran publico en una época en la que todavía hay demasiados compositores empeñados en caminar exclusivamente por sus propias vías, aun a costa de que nadie les siga. Yo no voy a entrar en semejante debate, porque soy de los que piensan que cualquier lenguaje es válido siempre que haya inspiración de por medio. Y eso, justamente, es lo que falta en este largo y aburrido concierto para guitarra en el que, no obstante, se salva la enorme belleza lírica y nocturnal del penúltimo movimiento.

La dirección de Gómez Martínez fue sin duda irreprochable, quizá menos stravinskiana que la de Frühbeck de Burgos en Naxos. En aquel registro el solista era el inmenso Pepe Romero, quien en Valencia ha vuelto a demostrar que su técnica a la hora de extraer los más variados colores de la guitarra es tan grande como su sensibilidad. Si no hubiera sido por él y por la excelente labor de batuta y orquesta, la audición se hubiera convertido en un monumental ladrillo.

Obra maestra absoluta en la segunda parte, la Sinfonía de Cesar Franck. Me gustó como Gómez Martínez trazó el primer movimiento: decidido, vibrante, altamente dramático y de gran inmediatez comunicativa, a despecho de que, además de pasar de largo ante pasajes que deberían haber estado mucho más aprovechados, en general pareciese mucho antes epidérmico que sincero. Las cosas fueron a peor en los otros dos: ni rastro del lirismo, la sensualidad y el humanismo que debe destilar el segundo, mientras que en el tercero todo sonó muy fuerte y muy vistoso, con pocos matices y escasa sensibilidad. Más bien vulgar y machacón, vaya. Una pena.

8 comentarios:

Bruno dijo...

Esto de comentar conciertos puede ser como los toros. Cuestión de gustos. Imagínese que ni fuí al concierto. Pero lo que dice se me ajusta a mi experiencia. Pues el Sr. G.M. tendrá su mérito pero yo elegía los conciertos pensando si me lo iba a pasar "bien". Al fin y al cabo es un espectáculo en directo.
Con este hombre decidí que ni una más. Todo en su sitio. Pero yo no voy a escuchar todo en su sitio sino a ver a músicos "arriesgando".
En fin, que triunfe. Pero en otra orquesta. Si alguna virtud ha tenido esta orquesta es que normalmente pone carne en el asador.

Pablo Ramis dijo...

Yo pertenezco a la OV (Fernando, te vi en la tercera fila...) y estoy totalmente de acuerdo con Bruno. Lo de MAGM tiene un mérito increíble (buena técnica de batuta, memoria prodigiosa, un excelente oído), pero este señor musicalmente es un aburrimiento. Todo lo hace igual, le da igual que sea Franck, que Strauss que Bach. Respeto ciego a la partitura y nada más. Seguramente, como dice Fernando, tocamos más afinaditos y más juntitos, mucho más aseado y pulcro todo. Pero es un director previsible del que sabes exactamente cómo va a ir la cosa durante el concierto. ¡Si hasta puedes contar en los calderones los tiempos y entrar sin mirar! Ni pizca de improvisación, de dejarse llevar, de intentar algo nuevo en el momento.
Y enhorabuena por el blog, por cierto.

Bruno dijo...

Syncmaster, me quita Ud. un peso de encima. Piense que yo he seguido a su orquesta desde los tiempos de Unger, Ferriz, García Asensio, Cifre, ¡Martínez Palomo!, Pirfano, García Navarro, etc... y no sigo. Aprovecho para manifestar que están uds. como nunca. Pero, por encima de todo, me lo he pasado muy bien en muchas ocasiones con uds. Incluso cuando no disponían de instrumentistas como, ejem, la Sra. Rubio que me ha confirmado que la trompa es un bellísimo y ¡seguro! instrumento. Y muchos más de Uds. Mis mejores deseos para la (mi) orquesta.

Pablo Ramis dijo...

Pues muchas gracias por tus palabras, amigo Bruno. Y más sabiendo que vienen de una persona con tal experiencia.

bruckner13 dijo...

Veo Sync que recién has descubierto este blog. Expandes tus miradas más allá de Eliteclasica. xD

Saludos.

Pablo Ramis dijo...

Pues no, la verdad es que lo sigo desde hace mucho tiempo, y me gusta, por cierto. Pero nunca había intervenido. Y en esta ocasión le pido disculpas a Fernando por haber monopolizado los comentarios...

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

No, si es un placer. Saludos desde Valencia. A ver si llego vivo esta noche al pueblo...

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Ahora que encuentro un hueco, contesto con un poco más de calma.

Brono, de Gómez Martínez se suele decir eso mismo que siemopre cumple pero nunca arriesga. Yo no estoy del todo seguro, porque le escuchado cosas francamente buenas (este mismo Turina, sin ir más lejos), cosas dignas sin más y cosas muy flojas. Desde luego no puedo considerarme fan suyo, aunque tampoco me parece bien que López Cobos le tuviera durante años vetado en el Teatro Real.

Syncmaster, muchas gracias. Es una de las pocas veces que un músico se acerca por aquí para una cosa que no sea acordarse de mi árbol genealógico. No sabía nada de tu blog, que estoy descubriendo ahora. Le pondré un enlace, por supuesto. Por cierto: ¿por qué será que en Valencia me han reconocido unas cuantas veces y en Madrid nunca? ¿Será que tengo más lectores allí? Me da un poco de palo, la verdad, porque soy bastante tímido, aunque no voy a ocultar que también alegra.

Bruckner 13, en Eliteclásica me han puesto un par de veces a caldo. No diré que me da igual o que me siento por encima de ellos. Más bien me da pena, pero qué le voy a hacer.

Saludos.

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