Me he llevado mucho tiempo intentando pillar en compacto la Scheherezade de Rimsky-Korsakov en interpretación de Paul Kletzki con la Philharmonia Orchestra grabada por EMI no sé si en 1959 o 1960, por una cuestión sentimental: fue la primera versión que escuché, toda vez que cuando era pequeño era el vinilo de la edición original española, con sonido monofónico, la que sonaba en mi casa. No me ha sido posible encontrarla, pese a que me dicen que hubo por ahí una edición limitada en algún país concreto.
Al final he buscado en las descargas de MP3 de Amazon, localizando dos versiones: una de ellas en mono y la otra, en la web española, en estéreo. Me la he descargado y, efectivamente, suena estereofónicamente y evidenciando una toma sonora que en origen debió de ser portentosa, pero la decepción ha sido grande: no se trata de un trasvase desde compacto sino de un ripeado (perdón por el barbarismo) de vinilo, y encima mediocremente realizado, con distorsiones puntuales y una edición aberrante que incluye en varias ocasiones la omisión de brevísimos –apenas uno o dos segundos– pero fundamentales momentos de la partitura. Pero eso o nada, así que de momento hay que conformarse.
En cuando a la interpretación, creo que hace honor a su fama. Me ha recordado a la realizada con la misma orquesta poco antes bajo la batuta de Lovro von Matacic, es decir, sobria, rigurosamente trazada y ajena a preciosismos sonoros, además de recorrida por un admirable carácter dramático, pero esta vez con un maestro, el polaco Kletzki, que alcanza un grado bastante superior de inspiración y comunicatividad. El viaje de Simbad ofrece así una enorme grandeza, las aventuras del Príncipe Kalendar poseen elevado sentido narrativo y la fiesta en Bagdad resulta trepidante –no tanto como en la increíble versión de Muti– sin dejar de estar maravillosamente controlada. Un poco más de encanto y sensualidad en el tercer movimiento y esta interpretación podría considerarse como una de las referencias. El violín de Hugh Bean, por su parte, ofrece momentos muy encendidos. Dentro de unas semanas espero publicar una discografía de la obra donde hablaré de otras interpretaciones.
Ah, lo más curioso: al ser la primera vez que utilizo los servicios de descargas de Amazon, he tenido que instalar el Amazon Cloud Player, y… ¡cuál sería mi sorpresa al encontrarme en esa nube una enorme cantidad de archivos MP3 con las grabaciones que he ido comprando en formato Compact Disc en la referida tienda! Una gentileza a agradecer, porque además los archivos se pueden escuchar y descargar desde el ordenador, así como desde los smartphones (el mío es un Android) para llevarlos a cualquier parte. Pero eso sí: mucho cuidado con las descargas que compran, a ver si les venden otro ripeado…
16 comentarios:
No conocia esa version de Kletzki pero me sorprende bastante como a finales de los 50 y primero de los 60 la EMI tenia en catalogo tantas versiones; Ademas de la nombrada, la de Von Matacic, la de Beecham y la de Silvestri.Investigaré en mi discografia pero creo que esa version no la tengo.En todo caso a veces es un chasco oir las viejas versiones, como me paso con la de Markievich cuando la volví a oir despues de tantos años (era un disco que le grabé a mi tia que era del circulo de lectores y tenia una buena coleccion de vinilos) no era lo mismo y la encontré bastante mas fria y seca que lo que recordaba.
Bien, pues una de las mayores injusticias del mundo de la crítica musical se ha cometido con su Beethoven, prácticamente silenciándolo. Filarmónica Checa (Supraphon), mediados de los sesenta.
Una mezcla de Szell y Toscanini, con una originalidad, al mismo tiempo, y una claridad que ya la quisieran para sí muchos historicistas.Aunque poocos pero persistentes, algunos nos empeñamos en insistir que ese Beethoven de Kletzki está entre los más grandes.
Ah! se me olvidaba: no apto para los amantes de las grandes masas sonoras, místicos, trascendentes y demás...
Le hice caso, Javier, y ya estoy en posesión de ese ciclo Beethoven. Pero ojo, el de Toscanini me gusta poco y el de Szell no me entusiasma, así que dudo que lo de Kletzki llegue a conmoverme.
Gracias Fernando:
En todo caso el Beethoven de Kletzki, para apreciarlo hay que situarlo en su contexto, en su línea. No lo puedes valorar bajo el prisma de tu admirado, y por otra parte referencial, Barenboim, porque no tiene nada que ver.
No obstante, dentro de la línea que podríamos calificar de objetivista, debe ocupar los primerísimos puestos. Para mi corto entender observo y trato de expresar el por qué:
1) Original dentro de la objetividad. Tiene su sello y SONIDO propio (qué difícil esto).
2) Claridad de la orquesta proverbial (aunque hay quien discrepa esa Filarmónica Checa sonaba muy bien.Creo que es más claro que Gardiner (instrumentos originales)en su famoso ciclo de mediados de los 90 (DG).
Todo el ciclo mantiene un nivel medio muy alto con una 7ª absolutamente grande. No obstante resaltaría la alegría y frescura de la 4ª. La originalidad del primer movimiento de la 5ª, el bellísimo sonido de la sexta (no he escuchado a ninguna otra orquesta sonar tan bonito como en los primeros compases del primer movimiento), la tensión y claridad de la séptima, la alegría y optimismo de la octava. La tercera y 9ª son también muy notables, pero, claro, aquí la competencia es tan brutal...Primera y segunda, haydianas, expuestas con belleza, claridad, ligereza, son también muy notables.
Tú lo podrás expresar mucho mejor, incluso para discrepar, pero para los amantes de este tipo de Beethoven, creo sinceramente que no es inferior en modo alguno a Szell, y lo prefiero a Leibowitz, a Schuricht o (dentro de lo poco que he escuchado) a Scherchem, por citar a otros que están bastante próximos y mucho más reconocidos.
Javier, no estoy de acuerdo con que yo me vaya a expresar mejor. Lo que sí es verdad es que mi percepción es diferente de la suya. Precisamente acabo de escuchar esa Séptima de Beethoven de 1967 y he tomado las siguientes notas:
"El maestro polaco es de los que en esta obra se apartan de lo trepidante y extrovertido para tomarse las cosas con calma y realizar, sosteniendo bien el pulso y manteniendo siempre una apreciable sobriedad, un soberbio análisis de la escritura beethoveniana donde todos los elementos están maravillosamente diseccionados sin que se pierda de vista la solidez de la arquitectura global. Lo hace, además, con un fraseo no exento de amplia cantabilidad y cierta nobleza, pero sin terminar de penetrar en la médula expresiva de las notas. De este modo, los dos primeros movimientos resultan en exceso objetivos, escasos de aliento lírico y de sentido humanista, por no decir aburridos. Interesa más el tercero, con unos tríos flexibles y misteriosos que anuncian claramente los de Barenboim, y un final nada rápido pero lleno de implacable tensión. Nada del otro jueves la orquesta."
En cualquier caso, muchas gracias por la recomendación y por compartir sus apreciaciones. Si alguien nos lee, podrá tener dos visiones distintas que supongo le enriquecerán. Como siempre, animo a todo el mundo a dejar sus opiniones, aunque en este caso concreto es bien difícil porque ese ciclo de Kletzki no ha conocido mucha circulación.
Si seguramente tendrás razón tú. Yo no puedo desmenuzar tanto el análisis, voy a sensaciones genéricas (del TODO), más globales. Impresiones generales, en definitiva. No llego a mucho más. En base a esta aclaración, si no te importa, cuelgo el comentario general (bastante amplio)que llevo elaborando desde esta tarde, basándome en trocitos de toda la integral que he vuelto a escuchar a medida, y que mañana o pasado aparecerá seguramente también colgado en la página de Amazón.es. Por cierto, el precio que aparece ahí, parece ser que de una edición japonesa es demasiado caro. Creo recordar que estaba más barato en Diverdi (bueno ya sabemos de la irregularidad de Amazón en estos temas). De todas formas yo la había obtenido de forma furtiva.
Beethoven - Kletzki - Pág.1
¡Qué injusticia la que se ha cometido con esta integral sinfónica de Paul Kletzki! ¿Los sesudos comentaristas de los principales medios europeos no han escuchado está integral? Quiero establecer un principio de partida con el fin de que aquellos cuyos gustos no están dentro de este concepto interpretativo, si lo desean, se eviten la molestia de seguir leyendo estas torpes líneas.
Si consideramos que la originalidad dentro de un concepto interpretativo, como yo opino, es razón de peso para elevar una interpretación por encima de otra incluso más perfecta, pero, al mismo tiempo, más convencional; esta de Kletzki se sitúa ya entre las 4 ó 5 integrales sinfónico beethovenianas más significativas. Y a todo esto hay que señalar que Kletzki no ha inventado nada en la interpretación de Beethoven. Lo que sí ha hecho es seguir determinada línea interpretativa, dentro de la tradición, edulcorarla con su propio sello, valerse de una orquesta magnífica capaz de tocar con una claridad y limpieza superior a muchas orquestas de cámara o incluso con instrumentos originales, y ya tenemos el resultado: Sobre una base toscaniana nos muestra una integral bellísima, de sonido brillante, aterciopelado, claro, con una tímbrica única, donde en los movimientos lentos parecen asomarse unas formas con un lirismo subyugador próximo a Bruno Walter.
Kletzki va más allá que Szell en la búsqueda del matiz, del detalle. Su sonido (el de la Filarmónica Checa aquí) está más adelgazado todavía que el de Szell con Cleveland. Esta masa sonora casi camerística nos muestra un Beethoven muy moderno en la forma aunque enraizado en la tradición en el fondo.
A modo de resumen tenemos:
Unas primera y segunda sinfonías de espíritu Haydiano, ligeras, brillantes, desenfadadas, juveniles, donde, por otra parte, con tempi bastante tradicionales, todos los temas melódicos están cantados con auténtica delectación. La sensación que uno tiene con la escucha es que estamos ante un Beethoven que mira al pasado pero de reojo hacia el futuro, hacia el romanticismo.
Con la tercera entramos ya en el genuino Beethoven. Aun sin renunciar al pasado, Kletzki es consciente del cambio de etapa, y nos ofrece, muy en la línea de Szell, una tercera de tempi ligeramente rápidos, tensa y lírica a partes iguales, dramática y contenida según el momento, y siempre con la claridad y matiz marca de la casa.
La cuarta vuelve al espíritu Haydiano pero a un Haydn romantizado; ofreciendo sensaciones similares a primera y segunda. El primer movimiento en particular es de los más claros de toda la discografía y la belleza sonora (lo siento pero voy a decirlo) casi se asemeja a Cleveland con Szell, a pesar de que aquí Don George, dentro de este concepto, es inalcanzable.
(Continuación)
Beethoven - Kletzki -Pág. 2
La quinta es distinta a todo lo escuchado. El destino llama, más que con tibieza, con cierto desencanto a nuestra puerta, pero, al mismo tiempo, lo hace seguro, de forma inexorable, y se muestra más firme a medida que avanza el desarrollo del movimiento. No he escuchado tanta claridad en el primer movimiento hasta la moderna interpretación de Paavo Jarvi; aunque, claro, esta última es otra cosa.
La sexta es una interpretación bastante convencional, lineal, con pocos contrastes, con unos tempi tirando a lentos, excepto el primero, pero a cambio, ¿con qué nos encontramos? Nos encontramos con una de las sextas más bellas, placenteras, reflexivas y de espíritu campero de toda la discografía. Particularmente me depara sensaciones sonoras más placenteras que la del propio Bruno Walter. Si después de escuchar esta interpretación alguien piensa que la Filarmónica Checa de entonces no era una orquesta puntera en Europa, pues sinceramente estaríamos escuchando cosas radicalmente distintas. Para finalizar, si valoramos en la sexta sinfonía de Beethoven la belleza sonora reflexiva por encima de cualquier otra cuestión, esto tiene un nombre: Paul Kletzki.
Sobre la séptima diría que pocas veces, por no decir ninguna, hemos escuchado una versión con el ritmo y tensión requerida, con ese espíritu resuelto y danzable tan característico, y que, al mismo tiempo, se realice con esa belleza, escuchándose todas las familias instrumentales con tal claridad, sin solapamientos, en un diálogo perfecto. Uno tiene a veces la sensación de que Beethoven reescribió varias veces la misma obra, según quien fuera el tipo de intérprete. Desde luego que a Kletzki se le escuchan más cosas que a otros.
La octava vuelve al espíritu de Haydn. Todas las virtudes descritas anteriormente están aquí: claridad, ligereza, belleza sonora, virtuosismo, equilibrio, espontaneidad y todo sonando muy natural. Hace tambalearse, con sus propias armas, a la que considero la referencia: Szell/Cleveland.
Llegamos por fin a la novena, y la sombra de Toscanini asoma más que en ninguna otra. Contrastes sonoros más duros. Por primera vez el drama se impone claramente al lirismo. La luminosidad que ha adornado toda la integral se torna más oscura, pesimista. Una versión también a tener muy en cuenta.
El ciclo Ketzki se podía comprar, no sé ahora, hace poco a 1€ el disco, CD, en una tienda de segunda mano en Valencia. Calle Ruzafa. Provenía de una serie de esas que publica una revista.
Para reafirmar a Javier le comento que le oí en directo la Heroica, hará unos 45 años, y se notaba cada sección. Fué muy interesante.
Javier, gracias por ampliar los comentarios. Se me olvidaba decir que, efectivamente, el estilo Kletzki en Beethoven (hablo de la Séptima) a mí también me recuerda bastante al de Szell.
Bruno, esa tienda valenciana en Ruzafa es de lo más interesante, he encontrado cosas muy baratas y difíciles de encontrar ahí.
Es que por fascículos, estando atento, se han comprado, en muchas ocasiones,cosas muy buenas.
Por cierto, sobre la crítica de Beethoven-Kletzki: David Hurwitz, en classicstoday, las ha analizado en una edición de Supraphon, de tres en tres, y al menos a las tres últimas les pone 10.
Fernando, SE ME OLVIDABA:
Gracias por permitirme plasmar estos torpes pero sentidos comentarios en tu blog.
Fernando:
¿Has borrado la entrada que habías colgado hoy sobre la comparativa de la S. Clásica de Prokofiev? He visto algún comentario que pudo haberte molestado y cuando volví a entrar para comentar algo, ya no estaba.
Otra cuestión, ¿tienes un email que puedas colgar al margen del blog por si procede comentar algo alguna vez sin que quede aquí reflejado?
Efectivamente, estoy molesto y la he mandado al limbo. Mi email es el flvargasmachuca, con el Gmail detrás.
Fernando,no nos castigues a todos por lo que opine otro. Estas comparativas que haces, además de extraordinarias( no hay nada comparable en España)no solo son una guía también son un verdadero gozo. Cuélgala de nuevo y no renuncies a ponernos otras. Yo entro a diario en este blog para ver que hay de nuevo y sin él me encuentro " huérfsno". Gracias . AMCSánchez
no se que importancia tiene el apoyo que uno le pueda dar al sr vargas-machuca en su desinteresada tarea de hacernos conocer sus opiniones tan fundadas y didacticas para nosotros los aficionados, pero le deseo que su molestia sea algo pasajero y que continue con sus posteos.
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