Muchas excusas he escuchado en los últimos días por parte de gente a la que aprecio para no secundar el próximo miércoles 14 de noviembre la huelga general convocada contra la política económica del Partido Popular. Que si no sirve para gran cosa, que si mi empresa a mí no me ha hecho nada, que si mi puesto es de tal responsabilidad que no puedo faltar, que si no hay que apoyar a los (según ellos) detestables sindicatos, que si lo que tenemos que hacer es trabajar más para sacar al país adelante… Lo significativo es que no pocos se irritan cuando se muestra desencanto hacia su actitud, prueba inequívoca de que algo les remuerde la conciencia. ¿Tal vez, en algunos casos, el móvil sea el miedo a perder el puesto de trabajo o, lo que me parece muy triste, a que le descuenten el salario de ese día?
Mirad, queridos: tal y como están las cosas, paralizar al país durante un día es la única solución para reconducir la política de unos gobiernos (el del PP, sí, pero también el del PSOE en los últimos meses en que estuvo en el poder) dispuestos a sacrificar a las clases medias en beneficio de las altas. Los recortes no son la solución, y ahí está el caso de Grecia para demostrarlo. Vamos por el mismo camino: los suicidios ya han empezado, la crispación aumenta y no tardarán en aparecer los partidos antisistema. De hecho la extrema izquierda ha asomado la patita, aunque haya sido en forma de la bufonería de Sánchez Gordillo. La extrema derecha espera agazapada rugiendo desde determinados medios de comunicación, de momento refugiada dentro de cierto sector del Partido Popular; no creo que vayan a esperar demasiado para escindirse y formar su propia alternativa de gobierno, cosa que ocurrirá cuando las clases más desfavorecidas estén completamente hartas del bipartidismo (lo dijo ayer la última encuesta del CIS: PP y PSOE siguen cayendo en picado) y se piensen que la salida es la opción antisistema: primero contra el capitalismo, luego contra la democracia, luego contra… ¿los judíos? Ya se buscará una cabeza de turco apropiada, posiblemente la de los inmigrantes. La historia es vieja conocida.
Que tenemos que apretarnos el cinturón parece inevitable, pero existe la vía adicional de plantar cara a los poderes financieros que controlan al poder político y reconducir esta alarmante redistribución de la riqueza: ¿hace falta recordar que las últimas estadísticas afirman con rotundidad que, al tiempo que las clases medias nos empobrecemos a pasos agigantados, los ricos son cada vez más ricos? Esto es una crisis, sí, pero una crisis aprovechada para beneficiar a una minoría (los tiburones del capitalismo financiero) a costa de la mayoría. Y los principales partidos políticos no han hecho sino seguirles el juego, quizá porque sus élites se preocupan más de permanecer en el poder que de cumplir su obligación, esto es, servir a los ciudadanos. La huelga no es para otra cosa que para recordarles esto último, algo tan evidente como olvidado.
También quisiera traer aquí, aunque en modo alguno soy comunista ni suelo estar de acuerdo con muchas afirmaciones del personaje, unas palabras recientes de Julio Anguita: “Los que desprecian el sindicalismo o se niegan a acudir a la huelga ''porque no sirve para nada'' deben creer que el sufragio universal, las vacaciones pagadas o la jornada de ocho horas nos las concedió la Virgen María por un milagro.” O a lo peor, Don Julio, es que no han estudiado Historia Contemporánea y no han oído hablar de los miles de trabajadores que durante siglo y medio han consagrado una enorme cantidad de esfuerzo y dinero, arriesgando a veces su libertad y hasta su vida, para conseguir las mejoras laborales que hoy nos están podando para pagar la deuda; deuda de los bancos, en gran medida, para cuya financiación nos exigen unos intereses que está llenando de oro a unos cuantos.
Lo que está claro es que la huelga sí que sirve de mucho; si no lo hiciera, los medios de comunicación afines a la derecha (¡la mayoría!) no insistirían tanto en hablar en contra de ella. También parece evidente que olvidar el egoísmo y lograr la unión de la clase trabajadora –los que trabajamos día a día, no los que especulan con las finanzas frente a un ordenador- resulta imprescindible. En fin, chicos, me repugnan los piquetes y acciones similares, pero no puedo dejar de utilizar este espacio personal para insistiros, una vez más, en que nos estamos jugando mucho más que el salario de un día; más incluso que un puesto de trabajo. Nos jugamos el futuro entero del país, de su economía, su distribución social, su política y su cultura. No hay otra alternativa que la acción. Acción pacífica, pero acción. Basta de excusas.
10 comentarios:
Totalmente de acuerdo!
Lo siento y eso que estoy de acuerdo con su análisis en muchos puntos. El drama es que malo si no voy y tan malo si voy. La huelga se patrocina por el otro bando que dice que no estuvo y cuyas soluciones son peores que las de los desbarbados actuales.
Completamente falso, Bruno, que la huelga esté "patrocinada" por el PSOE, emtre otras cosas porque esta huelga es de nivel internacional. Quizá le convenga echar un vistazo a esto:
http://www.asociaciondry.org/?p=2417
Recuente los países en los que se hace. El Psoe la apoya. Los sindicatos la patrocinan y se han apoderado de su convocatoria.Y su lema es gastar más,¿de dónde?, y en contra los recortes. Ni siquiera se atreven a decir dónde. Siempre se encuentran con beneficiados de su causa. Y lo del referéndum indica su intención. Y no digo que Rajoy no trampeara como cualquier político. En esas manos estamos. Tiene Ud. muchas razones en el análisis de la dantesca situación. Pero esa huelga, así enfocada, no es el camino, desde mi punto de vista.
¿Ha oído alguna propuesta seria de la oposición, que se supone la alternativa real?
Estamos en una ratonera.
No había leído su enlace. Pero lo que veo en la prensa:
"Acompañando a España, Portugal también irá a la huelga general el próximo miércoles. Habrá paros parciales en Grecia e Italia y manifestaciones, concentraciones y actos de solidaridad en otra docena de países europeos."
Huelga, en España y Portugal. Lo otro, mucho marketing. Ya que se manifiestan, tenemos problemas muy parecidos, pues el mismo día.
Pero, a fin de cuentas, lo importante es la solución a esto. Lo de DRY está muy bien. Pero a los que vivimos a la vez de Franco y faltaban organizaciones políticas nos gusta la pluralidad política. No ir por libre.
El asunto es convocar sin que no haya ninguna pancarta de las que van a aparecer y que los militantes revolucionen sus partidos.
Rajoy no trampea como los demás políticos, no, trampea ¡como ninguno lo ha hecho! Nada hay comparable en la historia reciente de España a su desfachatez.
En cuanto al PSOE y los sindicatos, es lógico que se apunten, para sacar tajada pero también por su ideología, ¿no le parece? Lo ilógico sería que no lo hicieran, como tambén sería ilógico que los del PP no saliesen a la calle con los obispos en defensa "de la familia" (de la familia tal y como ellos la ven, claro).
El lema de las reivindicaciones no parece que sea "gastar más", así a secas. Una propuesta muy seria es, por ejemplo, renegociar el pago de la deuda, eliminando intereses y ampliando los plazos. También lo es frenar el desmantelamiento del Estado del Bienestar, que es el que hasta ahora ha garantizado un nivel de consumo suficiente para que circule el capital; si se está desmantelando, es para beneficiar a los empresarios amigos del PP que quieren hacerse de oro haciéndose responsables de esos servicios. Tampoco me parece mala idea eliminar el Senado, o ciertos privilegios de la clase política, aunque sea chocolate del loro. Y encuentro necesario frenar la Ley de Costas de Rajoy encaminada a crear una nueva burbuja inmobiliaria. ¿No aprendemos de los erores del pasado? No es eso: es que al actual gobierno le importa un bledo lo de "hambre para mañana" si a sus amiguetes les garantiza "pan para hoy".
También sería necesaria una reformulación de la izquierda y de los sindicatos, pero esa es otra historia que no tiene tanto que ver con la salida a la crisis y sí con el planteamiento de alternativas serias.
En primer lugar le manifiesto que me es muy incómodo personalmente debatir con Ud. porque me siento su deudor y porque está claro que Ud. sigue su ideología y sus razones, que no le faltan.
Pero la cuestión es encontrar una solución factible a esta situación. Respecto a eso, lo de si Rajoy es mas falso o no que Zapatero puede ser tan interesante como comparar la maldad de Stalin o Hitler. Pero no nos arregla nada.
Respecto a la apropiación de los sindicatos y el PSOE el tema es recordar sus acciones en la época pasada. Y no es que se apunten. Es que lo organizan. Y no les veo propósito de enmienda ni nuevas intenciones. Lo único declarado es que tardaron en darse cuenta de lo de la burbuja de la vivienda y que la debieron pinchar antes. Como si no hubiera pruebas de que sabían de su existencia ya en época de Aznar. Pero a la vez estos políticos “tan previsores”, de todos los colores, han fomentado una estructuración de la sociedad de forma improductiva. Incluyendo toda la estructura administrativa y, no digamos, la política. Le saco esto porque mantener el Estado de Bienestar es muy difícil en estas circunstancias (debiendo la cantidad de dinero que se debe).
El asunto de la renegociación de la deuda ya veremos en qué queda. Pero ahí estará la deuda, aún renegociada, hasta que la paguemos..
Luego hay dos asuntos que Ud. me plantea que no se deben mezclar. Lo del consumo es muy Keynesiano pero no olvide que la sociedad produce bienes que van para consumo y para ahorrar. Luego ese ahorro sigue así o, una parte, se invierte en mayor o menor grado. Y lo que mantiene el flujo productivo es antes el ahorro que el consumo, que es dependiente de aquel. Y por las circunstancias de la burbuja productiva, la deuda y por las pirañas que nos rodean no ahorramos mucho precisamente. Trabajamos para las pirañas y para nuestros acreedores. Y no van a soltar la presa fácilmente. Y los políticos están para que no caigamos en esas garras.
Lo de privatizar la gestión de los servicios públicos es siempre un asunto muy controvertido. Le advierto que yo he tenido responsabilidades de gestión con medios públicos y es desesperante. Pero la limpieza pública la hace gestión privada y ya no llama la atención. En el fondo es que desconfiamos de que esa panda de bandoleros controle bien esa gestión privada de la cosa pública. Pero tampoco debemos confiar en que esos bandoleros gestionen bien, mediante sus enchufados, la cosa pública directamente. (Las Cajas de Ahorro es un buen ejemplo de corrupción total ejercida en medios directamente gestionados por políticos irresponsables. Irresponsables porque saben que nadie les tocará un pelo.)
El estado de bienestar no es el causante del flujo económico. Es la consecuencia posible de un buen funcionamiento económico de la economía real. Este asunto es muy importante tenerlo claro.
El Senado tiene gasto y complica las cosas. Como cientos de empresas públicas y estructura administrativa. Como el chiste de “le dieron mil puñaladas, la última de ellas mortal. Todas las puñaladas causan daño y hay que restañarlas.
Estoy de acuerdo con lo que dice de la reformulación. Añadiendo a la derecha y a los bancos. Y tiene que ver mucho con la salida de la crisis. Es imprescindible.
Ya le avancé anteriormente de que nos han metido en una encrucijada endiablada. Y que delante del carro están los gángsteres.
Me encantan los debates Fernando-Bruno. Deberían recopilarlos y publicarlos como el la correspondencia entre Bellow y Roth o Kawabata y Mishima. Tienen altura y lo que es altamente extraño en este estercolero donde vivimos, educación y criterio. Abz
Bruno, no se sienta incómodo a la hora de debatir. Nadie le obliga, ni nadie se lo impide. Yo me voy a permitir no replicar a su última baterías de argumentaciones, con algunas de las cuales coincido plenamente. Con otras no, pero el debate se haría interminable y no tengo tiempo para el mismo, sinceramente. Gracias por su tiempo.
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