viernes, 1 de julio de 2011

Imprescindible Mahler de Goldschmidt

Este triple CD editado por Testament presenta dos documentos diferentes. En primer lugar, la conferencia de treinta y cinco minutos que Deryck Cooke (1919-1976) ofreció para la BBC el 19 de diciembre de 1960 sobre su primera reconstrucción (aún incompleta, y por tanto con huecos sin música) de la Décima Sinfonía de Mahler, seguida por una interpretación de la misma a cargo de la Orquesta Philharmonia bajo la dirección de Berthold Goldschmidt (1903-1996); esta grabación, como es bien sabido, es la que emocionó a Alma Mahler de tal forma que esta entregó al musicólogo británico los fragmentos de partitura que aún tenía en su poder y levantó su prohibición de completar y ejecutar la sinfonía. En segundo lugar nos encontramos con el estreno en los Proms de 1964 de la primera versión definitiva (es decir, con los huecos rellenos) realizada por Cooke, la que conocemos habitualmente como Cooke II. Goldschmidt dirige de nuevo, en esta ocasión a la Sinfónica de Londres. El sonido es en todos los casos monofónico, muy aceptable para las circunstancias pero insuficientes para apreciar esta obra en toda su dimensión.



¿Interés? Histórico, bastante, y como no es cuestión de repetir lo que otros han dicho mucho mejor que yo, les recomiendo que lean el imprescindible artículo de José Luis Pérez de Arteaga en la web de la distribuidora Diverdi (enlace), donde podrán además obtener la traducción de la locución de Cooke. Musicológico, altísimo: yo ya sentía una rendida admiración por la Décima mahleriana, pero mi fascinación hacia ella ha aumentado después de que Cooke me dijera muchas cosas nuevas. En cualquier caso lo que quiero es llamar la atención sobre la interpretación, no la de 1960 (algo tosca, pero con detalles interesantísimos) sino la de los Proms cuatro años posterior. Hay, a mi entender, un buen número de desajustes y pifias instrumentales, y además hay que lidiar tanto con la discreta toma sonora como con la siempre problemática acústica del Royal Albert Hall, pero… ¡qué interpretación!

Este es el Mahler que a mí más me gusta: el que mira a Alban Berg. Haciendo uso de unos tempi más bien rápidos y, todo hay que decirlo, sin depurar completamente la planificación, el compositor alemán ofrece una lectura que renuncia a la blandura, a la ensoñación o al preciosismo sonoro para centrarse en los aspectos más expresionistas de la partitura, subrayando las asperezas tímbricas -admirable además el intenso colorido de la madera grave- y acentuando las disonancias, todo ello sin olvidar que hay mucho de amor (por la vida, por Alma) en estos pentagramas, y que por ende la poesía debe encontrar su lugar. Por eso mismo, y aun ofreciendo un Purgatorio menos inocente que nunca y resultando particularmente escalofriante el último movimiento, se aprecia en toda la lectura una emotividad sincera, directa y acongojante, que convierte la audición en una auténtica experiencia. Mi consejo es que no prescindan de vivirla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Intenté publicar este mismo comentario hace 1 mes, y por lo que veo, no acerté. Repito...

Existe una Décima de Mahler de Goldschmidt en estéreo con la orquesta de la Radio de Berlín (la misma de la que será titular Chailly años más tarde). Según la fuente del audio, en mp3, se trata de un concierto de 1968. Sin embargo, investigando en internet, en un artículo sobre la vida y obra de Goldschmidt se fecha el concierto en 1964, año precisamente del estreno de la versión completa de Cooke. De 1968 se detalla que existe otra grabación de la obra pero con la Radiodifusión Bávara. Aparte de la Sexta y la Tercera para la BBC. Misterios.

La interpretación es de una coherencia y de un dominio del lenguaje mahleriano que apabulla. Si gusta, podemos apañarlo.

Por cierto que en mi último arrebato mahleriano he (re)descubierto tres grabaciones que me han dejado muy impresionado y me han hecho pensar sobre la realidad de la actual interpretación mahleriana: Das Lied von Erde de Horenstein, la Séptima de Kondrashin con Leningrado y esta Décima de Goldschmidt.

Saludos.

CurroCrespo.

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