martes, 15 de febrero de 2011

Musique d’abord: presentación espartana, contenido suculento

Con la excusa del respeto a la naturaleza, Harmonia Mundi hizo frente a la crisis empobreciendo la presentación de su serie barata Musique d’abord (enlace) con cartón “ecosostenible”, diseño en sencilla cuatricromía, eliminación de cualquier tipo de ilustración y textos cantados exclusivamente en internet. En cualquier caso el contenido musical sigue siendo de interés; el de este segundo lanzamiento lo repasamos por orden cronológico de grabación.

El registro más antiguo se remonta a 1972. Nos referimos a las danzas del Renacimiento a cargo de René Clémencic, una tentativa pionera en un terreno en el que se va avanzado muchísimo, pero que aún hoy se escucha con respeto y cierto placer, cosa que no ocurre con las páginas medievales grabadas un año después que completan el compacto, muy superadas en lo filológico y en lo puramente musical.

De 1976 es el disco de canto litúrgico del rito eslavo-bizantino que ya estaba desde hace doce años en Musique d’abord y ahora se reedita. Monodia de carácter responsorial de gran belleza bien interpretada por un coro búlgaro, Chorale Sofia, que domina a la perfección el idioma -en el doble sentido del término- de esta música. Solo falta el incienso.

Si no tenía el disco Xenakis, hágase ahora con él: Pléiades es una partitura fascinante y la interpretación registrada en enero de 1986 por quienes la habían estrenado en mayo de 1979, Les Percussions de Strabourg, parece imposible de superar en virtuosismo, coordinación y capacidad para el matiz.

El lp que grabó en 1982 Claude Helffer con piezas más o menos folclóricas de Bartók más su tremenda Sonata resulta muy breve para la duración de un compacto convencional, pero su conocimiento parece ineludible toda vez que el malogrado pianista francés, haciendo gala de un sonido percutivo pero muy matizado, ofrece lecturas particularmente angulosas, incisivas e inquietantes que resaltan la modernidad de unas partituras que (me temo que es necesario recordarlo) oscilan entre lo muy atractivo y lo abiertamente genial.

La reconstrucción de una misa navideña de la Escuela de Notre-Dame de París a cargo de Marcel Pérès sigue siendo, con la inclusión del canto llano correspondiente y varios organa del periodo de Leonin (segunda mitad del XII), uno de los testimonios fonográficos esenciales para comprender el desarrollo de la polifonía en los primeros tiempos del Gótico. El Ensemble Organum de 1984 presenta unas sonoridades más convencionales, menos ásperas que el de hoy, pero la misma capacidad para generar tensión sonora.

Si los cuatro discos que acabamos de citar se encontraban todos ya en esta misma serie, se agradece el rescate de esta hace tiempo descatalogada grabación de hermosísimos motetes de Josquin Desprez registrada en 1986 y con la que Philippe Herreweghe daba un paso adelante en la interpretación de la polifonía franco-flamenca aportando un enfoque menos solemne y “místico” que el de los grupos ingleses, más ágil, inmediato y “humano”, y por ello más claramente renacentista. Su coro de entonces no es ni mucho menos el de ahora -a veces flaquean las sopranos-, pero el resultado sigue siendo de una admirable frescura.

Los Pecados de vejez de Rossini están llenos de encanto y humor, pero a veces poseen también -mediando influencias diversas, entre ellas la de Liszt- una hondura insospechada. Por ello merece la pena conocer esta selección, aunque la interpretación de Frederic Chiu, quien firma las excelentes notas de este registro de 1992, deje que desear: su sonido es poco variado, el fraseo cae tanto en lo mecánico como en el virtuosismo vacuo y se desaprovecha el vuelo poético de muchos pasajes. Las piezas más introvertidas son las que salen mejor paradas.

La Titán que grabó James Judd en 1993 tiene como únicos puntos de interés su espléndida toma sonora y la ensoñada lectura de Blumine que se añade como propina, porque el maestro británico cae en la trampa de ofrecer un Mahler de contrastes dinámicos exagerados -los pianísimos son casi inaudibles- en el que los pasajes más introvertidos resultan lánguidos e incluso (trío del segundo movimiento, sección central del tercero, remansos del cuarto) dulzones, amanerados y narcisistas.

Registrado en 1995, Cánticos de Oriente fue el primer disco en el que Sor Marie Keyrouz abandonó sus investigaciones sobre las músicas de tradición bizantina, melquita y maronita para grabar tan solo composiciones recientes, todas ellas en árabe, algunas de las cuales salen de su propia inspiración. Acompaña al sensualísimo y extraordinariamente emotivo canto melismático de la monja libanesa un rico conjunto instrumental de carácter mayormente oriental que redondea el que quizá sea su mejor disco. Los que vendrían después, más “occidentalizados” en la instrumentación y más convencionales -por no decir facilones- en lo musical, tienen menor interés.

Registro delicioso y que se escucha de un tirón es el que grabó en 1996 el excelente Ronald van Spaendonck, correctamente acompañado por Alexander Tharaud, con páginas francesas para clarinete y piano, en un admirable intento de, atendiendo al elegante y refinado sabor “francés” sin confundirlo con la blandura o la indiferencia, establecer lazos entre el vuelo melódico de un Saint-Saëns, la sensualidad de un Debussy, el misterio de un Honegger o la ironía de un Poulenc o un Milhaud, si bien es en este último campo donde el instrumentista belga parece sentirse más cómodo en lo expresivo.

Para terminar, el notable recital Brahms registrado en 2003 por el pianista californiano Jon Nakamatsu, poderoso en su sonido y muy centrado en lo expresivo, abordando la juvenil Sonata nº 3 con adecuado carácter sanguíneo -el movimiento final resulta un tanto nervioso y precipitado- y las otoñales Fantasien op. 116 y Klavierstücke op. 199 sin quedarse en lo meramente contemplativo y aportando una apreciable dosis de tensión dramática, aunque aún podría añadir una dosis extra de creatividad, al menos en la obra citada en último lugar.

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PD. Este texto es en realidad el que se suponía debía haber enviado esta mañana a la revista Ritmo sobre el presente lanzamiento realizado por Harmonia Mundi Ibérica. Por desgracia, y pese a que me prometí a mí mismo escribir lo menos posible sobre cada uno de los discos, casi he doblado los 3500 caracteres que tenía asignados. Contando con el permiso de mi editor, aprovecho la existencia de este blog para publicar el “author’s cut” y mañana enviaré un artículo mucho más breve a la revista. ¡El espacio manda! Aquí les dejo las fichas de los discos comentados.


BARTÓK. Danzas populares rumanas. Suite op. 14. Improvisaciones sobre canciones campesinas húngaras. Al aire libre. Sonata.
Claude Helffer, piano.
Harmonia Mundi, HMA 1951094
49’03’’
ADD
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BRAHMS. Sonata para piano nº 3. Fantasien op. 116. Klavierstücke op. 119.
Jon Nakamatsu, piano.
Harmonia Mundi, HMA 1957339
71’57’’
DDD
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E

DESPREZ. Stabat Mater. Motetes.
La Chapelle Royale. Dir: Philippe Herreweghe.
Harmonia Mundi, HMA 1951243
56’01’’
ADD
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MAHLER. Primera sinfonía. Blumine.
Orquesta Filarmónica de Florida. Dir: James Judd.
Harmonia Mundi, HMA 1957118
66’14’’
DDD
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ROSSINI. Pecados de vejez. ROSSINI/LISZT: obertura de Guillermo Tell.
Frederic Chiu, piano.
Harmonia Mundi, HMA 1957102
67’13’’
DDD
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XENAKIS. Pleiades.
Les Percussions de Strabourg.
Harmonia Mundi, HMA 1955185
44’04’’
DDD
**** R

ESCUELA DE NOTRE-DAME. Misa de Navidad.
Ensemble Organum. Dir: Marcel Pérès.
Harmonia Mundi, HMA 1951148
50’11’’
ADD
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DANZAS DEL RENACIMIENTO.
Clemencic Consort. Dir: René Clemencic.
Harmonia Mundi, HMA 195610
52’25’’
ADD
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DIVINA LITURGIA DE SAN JUAN CRISÓSTOMO.
Chorale Sofia. Dir: Dimitre Rouskov.
Harmonia Mundi, HMA 195641
54’35’’
ADD
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SOR MARIE KEYROUZ. Cánticos de Oriente (Himnos del Líbano).
L’Ensemble de la Paix.
Harmonia Mundi, HMA 1951577
74’00’’
DDD
**** R

1 comentario:

vicentet dijo...

pues que quieres que te diga, escribir con tanta reduccion de espacio pierde en muchos casos interes lo escrito por ir tan a la ligera....que pena que ya no se hagan articulos mas interesantes y contrastados!

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