Me sé de varios casos en los que críticos musicales se enviaban cartas a sí mismos para reafirmarse en sus opiniones y, al mismo tiempo, darse apoyo en sus ataques a otros. También me sé de quien guarda buenas maneras en su publicación para luego dedicarse bajo nick a poner a caer de un burro a algún presunto rival. O de quien se hartó de mandar mensajes bajo identidad falsa a su propio diario para insultar al colega que escribía en el mismo hasta lograr que le echaran y quedarse con su puesto. Y hasta me consta -este es al menos un caso divertido- de quien ha establecido en algún foro conversaciones con sus múltiples identidades.
Viene esto a cuento porque en las últimas semanas he detectado varios mensajes en blogs, foros y ediciones digitales de diarios diversos en los que se evidencian actitudes semejantes. Algunos son ridículos, del tipo “usted no tiene ni idea” o “usted es tal cosa o tal otra”, y si para algo sirven es para evidenciar la pobreza mental de quienes escriben réplicas de tal calibre. Pero otros son más graves. La última, de ayer mismo, fue el comentario homófobo -presuntamente ingenioso, por si fuera poco- que recibió un colega. Y no es el primero de esta índole que le mandan, aunque sí el único que hasta ahora se ha publicado (en el momento en que escribo estas líneas ha sido borrado por la redacción).
Si utilizar el anonimato para replicar las opiniones de alguien me parece, en general, bastante discutible, por no decir otra cosa, hacerlo para atacar a colegas me resulta de asquerosa cobardía. Aún existe la libertad de expresión en España, y hay margen suficiente para realizar acusaciones bajo nuestra auténtica identidad siempre y cuando no se pierdan, ay, la educación, la sensatez y la solidez de argumentos, valores que son justamente de los que desean prescindir quienes así actúan. Ahora bien, recurrir abiertamente al insulto, y no digamos a la homofobia, va mucho más allá de todo esto: resulta no solo por completo repugnante, sino impropio de personas que se dicen amantes de cultura y que tal vez hasta se dedican a formar a otros. Así nos va.
6 comentarios:
Al hilo de la multiplicidad de nicks hay un pianista creo que madrileño que ha creado su página web para darse descaradamente autobombo. Tiene un foro en el que usa múltiples nicks para darse halagos, como si fueran varias personas las que piensan que él es un músico genial. Incluso pone como un hito en su currículum el hecho de asistir, como productor de varios cd's de otro pianista, a la presentación de los mismos. xD
Pues yo sí que me he llevado en los últimos años algunas sorpresas desagradables, sí, por parte de personas de las que nunca me hubiera esperado determinados comportamientos. Será que soy muy ingenuo.
En el gremio de los pianistas el que mayor autobombo se ha dado era Isidro Barrio, una mezcla de Rappel y Parada.
Sin palabras
http://isidrobarrio.net/
si es que la envídia nunca ha sido sana en este país. Además que hay muchos que critican a escondidas, no tienen huevos para decirlo a la cara.
Efectivamente la música clásica, que es el mundo en el que me he movido ha gozado de ese tipo de comportamiento durante muchos años en España. ¿De qué nos vamos a extrañar si todo el mundo sabe qué es lo que ha pasdo aquí? ¿Qué escándalos son esos cuando lo que llamamos justicia en este campo no existe?
ESTE ES UN MUNDO MUY COMPETITIVO.
De toda la vida han existido los intereses creados y los padrinos.
CREO QUE EL QUE DEFIENDE LO QUE CREE QUE ES MERECEDOR DE SER DEFENDIDO NO ES QUE ACTÚE DE FORMA POCO ÉTICA, SI ADEMÁS LO HACE CON TODAS LAS DE LA LEY.
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