viernes, 28 de noviembre de 2008

Wernicke tropieza con Falstaff

Una de las últimas realizaciones de Wernicke fue este Falstaff, un trabajo que respira teatralidad por los cuatro costados (¡qué dirección de actores!), pero de concepto harto discutible: aquí Sir John es un ya maduro pero aún atractivo hombre de negocios de raza negra enfrentado a la hipocresía de la vulgar y grosera sociedad sureña (sic). Indudablemente en Verdi hay mucho de ácida crítica, pero el radical planteamiento del malogrado director acumula tal cantidad de incoherencias con lo que se escucha -música y libreto- que a la postre el conjunto no termina de funcionar.

Dadas las demandas escénicas, no podemos culpar a Willard White de ofrecer un Falstaff en exceso sobrio y elegante, muy alejado de la riquísima caricatura de Shakespeare, pero sí de que su línea de canto resulte plana y ayuna de matices. El resto del elenco alcanza un buen nivel medio. Sobresalen la sensual Nanetta de Mia Persson y el divertido Bardolfo de Santiago Sánchez Jericó, y defrauda sobre todo -a pesar de su buena materia prima- el Ford del jovencísimo Marcus Jupither. Solvente la dirección de Enrique Mazzola, animada y vitalista aunque de trazo grueso; en todo caso, mejor así que como lo hace un Abbado.
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Artículo publicado en el número de enero de 2003 de la revista Ritmo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmmm, de todos los comentados hasta ahora este es el primero que desconocía totalmente.

Te debo unas impresiones sobre Falstaff, que es una obra que me apasiona.

Pásalo bien en Valencia :D

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