martes, 24 de julio de 2018

El Shostakovich de Gergiev, para andar por casa

Sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta de Shostakovich en interpretaciones de Valery Gergiev y su Orquesta del Mariinsky registradas entre 2012 y 2013 y editadas por su propio sello en un doble SACD multicanal. Repetición de la jugada, pues, porque estas obras ya las habían grabado años atrás para Philips. Los resultados son irregulares: no estamos en modo alguno ante el peor Gergiev posible, más bien al contrario, pero tampoco nos encontramos ante referencias discográficas.


Quizá la interpretación más conseguida sea la de la Cuarta, una lectura muy certera en el idioma y en la expresión, atenta tanto a la virulencia como a las atmósferas más o menos fantasmagóricas, comprometida en cuanto a la energía y sinceridad desplegadas, pero algo cruda a la hora de dejar en evidencia las limitaciones tanto de la orquesta, no óptima a la hora de enfrentarse a tan dificilísima partitura, como de su tosco y primario director, que combina pasajes muy notables con otros que dejan que desear. La escalofriante “aparición” en torno al minuto 20 del primer movimiento, por ejemplo, podría haber resultado mucho más terrorífica de haber trabajado más el peso de los silencios. La marcha que abre el tercero, lineal y dicha de pasada, apenas acumula tensiones. Tampoco el tremebundo clímax final resulta del todo apocalíptico. Además, hay algunas intervenciones solistas algo blandas y, en general, se puede avanzar más en claridad y depuración sonoras, como bien ha demostrado recientemente la recreación de Andris Nelsons aquí comentada. La toma sonora ofrece la amplísima gama dinámica que demanda esta partitura y recoge muy bien las no menos fundamentales frecuencias graves.

La Quinta recibe asimismo una notable lectura en la que queda claro que Gergiev no solo domina el idioma shostakoviano y que conoce todos los dobleces del universo expresivo del compositor –la visión no es nada “oficialista”–, sino también que ama su música y es capaz de recrearla con intensidad, logrando combinar brillantez y sentido lirismo, sarcasmo y garra dramática, siempre dentro de ese estilo vitalista, impulsivo antes que reflexivo, que caracteriza sus maneras de hacer. ¿El problema? En el cuarto movimiento Valerio se suelta la melena y monta el numerito decibélico. No es que no comprenda el sentido último de esta música, que sí lo comprende: es que resulta basto y vulgar como él solo.

El primer movimiento de la Sexta sabe ser al mismo tiempo bello y emotivo, ofreciendo un fraseo muy natural y cantable, pero su lirismo no resulta todo lo lacerante que debería; incluso, por momentos, parece algo blando. El segundo y el tercero están dichos con rapidez, incisividad y una muy conveniente dosis de ironía, amén de con la frescura y la animación que caracterizan a Gergiev, pero la habitual tosquedad del maestro también se hace presente. La coda final, algo más festiva de la cuenta. La orquesta rinde con profesionalidad, aunque el primer violín deja que desear.

Muy en resumen: versiones notables pero con demasiada competencia en el mercado como para interesarse por ellas. Busquen las integrales de Rozhdestvensky y Rostropovich. Ahí encontrarán los dos mejores Shostakovich posibles, el expresionista y el "romántico". Ambos son complementarios e imprescindibles. Lo de Gergiev es bueno, pero para andar por casa.

3 comentarios:

Pedro Fernandez Alvarez (Gondowe Endorion) dijo...

Hola, soy un seguidor de su blog desde hace poco tiempo. Me gustan mucho sus analisis muy objetivos. Sobre todo me encantan sus discografias comparadas, (cuando las encuentro).
Aparte de las integrales señaladas, podria decir cuales son sus versiones favoritas de la quinta?.
Un saludo y enhorabuena.

Gondowe dijo...

Hola, soy un seguidor de su blog desde hace poco tiempo. Me gustan mucho sus analisis muy objetivos. Sobre todo me encantan sus discografias comparadas, (cuando las encuentro).
Aparte de las integrales señaladas, podria decir cuales son sus versiones favoritas de la quinta?.
Un saludo y enhorabuena.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Hola, muchas gracias, se me fue el santo al cielo y no contesté. Mi Quinta favorita quizá sea esta que comenté de Tilson Thomas, que tuve la enorme suerte de escuchar en directo:

http://flvargasmachuca.blogspot.com/2016/06/tilson-thomas-nos-explica-la-quinta-de.html

La famosísima de Bernstein en Japón me parece de obligado conocimiento, pero no la puedo considerar referencial por su último movimiento, muy discutible.

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