No voy a extenderme. Todo lo que escribí en este blog sobre la partitura compuesta para la anterior entrega sigue siendo ahora válido. La diferencia es que esta vez solo hay un tema nuevo, el del despertar de la rebelión, que parece asimismo vinculado con el simpático personaje de Rose. Es bonito, pero insustancial. Y recuerda demasiado, ya lo decía la crítico de El Mundo, al universo musical de Harry Potter. Ya está: no hay ninguna otra aportación. El resto es una elaboración magistral de gran parte de los temas compuestos anteriormente, entre ellos el maravilloso de Luke y Leila escrito para The Return of the Jedi, que desde entonces no había hecho su aparición. El del personaje interpretado por Carrie Fischer resulta recurrente en esta nueva película; el rótulo de dedicatoria a la hija de Debbie Reynolds en los créditos finales se ve subrayado de manera magistral por la aparición del tema interpretado con un solo de piano, lo que voluntariamente nos saca del mundo sonoro de Star Wars y subraya su condición de homenaje a la desaparecida actriz.
Claro que a mí lo que más me parece un acierto es que sea la larga y preciosa melodía dedicada a Rey aquella con la que el compositor se enseñoree en esta partitura, porque en la anterior de la saga galáctica le sacaba poquísimo provecho a pesar de ser lo único realmente destacable de la misma. Por lo demás, es de justicia señalar que si el anciano maestro evidencia definitivamente haber perdido la inspiración melódica, también es verdad que su dominio de la escritura sinfónica ha alcanzado su grado más alto de depuración, tanto en lo que a contrapunto se refiere como en el sentido del timbre y de la integración con la imagen. Esta semana he vuelto a escuchar todas sus bandas sonoras para Star Wars –he arrinconado temporalmente la música clásica– y puedo asegurar que esta última es la mejor escrita de todas. Y es que, pese a los reparos expuestos, John Williams sigue siendo el más grande. Con diferencia.
¡Se me olvidaba! La banda sonora la pueden encontrar ustedes en Spotify.
3 comentarios:
Cuando escribes varias veces la misma banda sonora, con el mismo instrumento, a lo largo de décadas, con el único problema de añadir leitmotivs (algunos poco memorables, otros sí), acabas escribiendo mientras ves la tele, y en efecto con mucha virtuosidad.
Pero es que además todo el "cine de aventuras" decorado por Williams comparte unos mismos códigos. Es más, esos códigos se repiten en toda la música de Williams.
Williams me gusta mucho, cuidado, pero su época más creativa quedó muy, muy atrás, y lleva décadas repitiéndose más que el ajo, no solo dentro del universo StarWars (donde sería relativamente lógico).
He escuchado esta banda sonora en Spotify y en efecto es todo lo que dice Fernando: muy bien escrita, muy bien orquestada, tocada y grabada, entrelazando leitmotivs (siendo los de más calidad los más antiguos, en general). Llegará el día en el que un programa de ordenador podrá hacer esto mismo: generar variaciones sincronizadas con la imagen a partir de un determinado material.
Los músicos de cine que más me interesan (a ratos) son los que te sorprenden y son capaces de hacerte una música maravillosa, para cualquier clase de película con cualquier conjunto de instrumentos (cuerdas, una corneta y un bombo, o una orquesta sinfónica completa, o sintetizadores). No sé, un Ennio Morricone, pongamos por caso, o un Jerry Goldsmith.
A propósito... Qué opina del soundtrack de E.T. y Schindler's list?
Nemo, me temo que Goldsmith en sus últimos años se mantuvo en una "zona de confort" más bien decepcionante, y algo parecido se puede decir de Morricone, compositores ambos que me gustan muchísimo.
Julio César. E.T. y La lista de Schindler me parecen maravillosas. La banda sonora de E.T. ha sido recientemente reeditada en un doble CD excepcional, que tengo desde hace semanas en la mesa a ver si puedo comentarlo. Por desgracia no me encontrado tiempo para escribir unas líneas, y probablemente no lo encontraré.
Saludos cordiales a los dos.
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