Kate Royal tiene un instrumento de mucha calidad: apreciable volumen, buena homogeneidad y un centro carnoso, de lírica auténtica, que ofrece un gran atractivo tímbrico. Técnicamente tampoco anda mal servida y lo único que se le puede reprochar es una dicción no siempre inteligible. Y en lo expresivo esta chica se desenvuelve de maravillas en el repertorio que ofreció en la emblemática sala londinense: Vocalise y Cinco canciones griegas de Ravel, La bonne chanson de Fauré y cinco de los Cantos de Auvernia. Toda la morbidez, la delicadeza sin blanduras y la sensualidad acariciadora de estas músicas estuvieron presente en sus recreaciones, muy especialmente en un Canteloube de tan contenida como intensa expresividad (emocionantísimas "La delaïssádo" y "Brezairola"), sin que por ello dejase de ofrecer chispa y picardía cuando era necesario ("Lou Boussu"). Habrá que ver cómo aborda otros territorios más compometidos, pero de momento la chica promete: hay que tenerla en cuenta.Fabuloso el acompañamiento de Malcolm Martineau. Me dice un experto amigo que este señor le parecía hace años un pianista bastante normalito, pero que hace poco pudo escucharle en directo, en Madrid, y al parecer le dejó asombrado. No me extraña, porque en Londres hizo gala de una pulsación riquísima, un colorido fuera de lo común, una chispa encantadora y una concentración admirable a la hora de desgranar las melodías más evocadoras. Estupendo recital, pues. A ver si pronto puedo volver por la capital británica: parece imposible encontrar una mayor concentración de espectáculos de música clásica por día en todo el planeta. Lástima que sea una ciudad tan rematadamente cara.
2 comentarios:
Parece la hermana de Carla Bruni, pero espero que al menos tenga mejor voz.
Yo la escuché en el Covent Garden en año pasado cantando Pamina, en La Flauta Mágica. No la conocía era, y me pareció impresionante. Lo mejor,de toda la función, que por otro lado era de muy buen nivel.
Lástima que el papel de Pamina fuese tan corto.
Publicar un comentario