martes, 31 de enero de 2012

Tilson Thomas hace Debussy y Berlioz (y II)

El concierto que ofrecieron Michael Tilson Thomas y la Orquesta Sinfónica de Londres en el Palau de la Música de Valencia el domingo 29 se pareció bastante, como era de esperar, al que hicieron el martes en Londres y ya comenté en este blog (enlace). Hay sin embargo algunos matices que quiero hacer. En directo no me ha parecido tan extraordinaria, aun siendo sin duda espléndida, la interpretación de los Cuatro preludios en orquestación de Colin Matthews: por momentos me pareció que el director californiano actuaba un poco de cara a la galería, buscando la brillantez sonora por encima de la atmósfera. Me pasé todo el tiempo pensando en qué hubiera hecho Celibidache con esta música… A lo mejor yo no tenía la noche.

M Tilson Thomas

En lo que a la Fantasía para piano y orquesta se refiere, me sigue pareciendo una más que notable interpretación la de Tilson Thomas y Nelson Freire. Además fui injusto al decir que el maestro no cuidó del todo la claridad: creo que tiene razón Ángel Carrascosa, en su comentario de la interpretación en Madrid del mismo programa (enlace), cuando dice que la obra no está del todo bien orquestada. Que la culpa es más de un Debussy algo bisoño que de la batuta, vamos. En directo semejante circunstancia se aprecia mucho mejor. El público valenciano no aplaudió con especial entusiasmo –la obra es flojita- y el pianista brasileño no ofreció propina. Interesante, en cualquier caso, poder acercarnos a una página poco conocida de uno de los grandes genios de la música: el contrastado afán pedagógico de Tilson Thomas se deja notar.

Un placer escuchar la Sinfonía Fantástica en directo a una orquesta como la London Symphony: pese a algún ligero desajuste y a unas trompetas no del todo finas y con problemas para empastar, la experiencia meramente auditiva –interpretaciones aparte- es mucho más satisfactoria que la que tuvimos quienes asistimos la semana anterior a la ejecución de esta misma página por la Nacional de España (enlace). Con Tilson Thomas volvieron a ser muy apolíneos, elegantes y refinados los tres primeros movimientos, pero también se quedó de nuevo la pasión por el camino: esta página necesita una atmósfera más enfebrecida. Sea como fuere, es de justicia destacar el maravilloso el fraseo de los violonchelos en la escena campestre, en la que esta vez no noté amaneramiento. Coincido con Ángel en que la marcha al cadalso resulta un tanto frívola: a mí me gusta que suene más bien poderosa y opresiva. El aquelarre estuvo lleno de energía, vivacidad y virtuosismo, pero a Tilson Thomas, casi siempre demasiado rápido y mucho más atento a la brillantez que al matiz expresivo, se le escapó la mala leche de la página. El público aplaudió a rabiar. Al final conseguí –había cola- que me firmara unos discos. Como era de esperar, es un tipo la mar de simpático. O al menos a mí me cae estupendamente.

lunes, 30 de enero de 2012

Las Bodas de Fígaro por Marriner

MOZART: Las bodas de Fígaro.
José van Dam, Barbara Hendricks, Ruggero Raimondi, Lucia Popp.
Academy os St. Martin in the Fields. Dir: Neville Marriner.
Decca, 4705732
3 CDs - 173'51''
DDD
Universal
***


Interesante opción de compra esta versión de Las bodas de Fígaro: pasa ahora a serie media, la toma de sonido es espléndida, se ofrece la partitura completa y el nivel interpretativo es notable. En el lujosísimo elenco destaca el Conde de Raimondi, cantado e interpretado en una línea muy diferente -más española, o al menos más latina- a la del referencial Dieskau. Los demás están bien, aunque no resulten del todo adecuados para sus personajes: a Van Dam no le ha ido nunca la comedia, mientras que la Popp convence más como Susanna -con Solti- que en el rol de la Condesa. Al frente de su espléndida y adecuadísima Academy, Marriner ofrece una lectura ágil, transparente, equilibrada e incisiva, que si no llega a convencer del todo es por su consabida tendencia a caer en lo trivial y lo pimpante.

________________________________
 
Texto extraído de un artículo publicado en el número de febrero de 2003 de la revista Ritmo sobre el segundo lanzamiento de la serie "The Opera Compact Collection", editada por Decca.

PS. Supongo que saben ustedes que la versión "que hay que tener" es la de Karl Böhm y Jean-Pierre Ponnelle en DVD (DG), una maravilla en lo musical y en lo teatral.

viernes, 27 de enero de 2012

Tilson Thomas hace Debussy y Berlioz (I)

El "eternamente joven" Michael Tilson Thomas (Los Ángeles, 1944) vuelve cada cierto tiempo a ponerse frente a su queridísima Sinfónica de Londres para hacer gala de su consabida desigualdad como director de orquesta: sensacional para casi todo lo que dirige del siglo XX y no muy interesante, en general, para la música del XIX. Tenemos ahora la ocasión de verle en España dos programas diferentes entre Madrid, Valencia y Zaragoza. En mi caso espero estar en la ciudad del Turia (precios muy inferiores a los de Ibermúsica en el Auditorio Nacional gracias a las subvenciones) para escucharle Debussy en la primera parte y Berlioz en la segunda. Curiosamente ya sé cómo va a estar -más o menos- el referido concierto, porque ha llegado a mi poder la transmisión radiofónica del que los mismos artistas ofrecieron el pasado martes 24 en Londres. Lo comento ahora y así me ahorro de tener que extenderme a la vuelta, que ya estaré bastante ocupado escribiendo sobre el Don Giovanni de Miller y Mehta en Les Arts.


Cuatro preludios en orquestación de Colin Matthew para empezar: Voiles, Le vent dans la plaine, Ce qu’a vu le vent d’Ouest y La cathédrale engloutie. Música de última época, abstracta y fascinante, en la que Tilson Thomas demuestra su enorme sintonía con Debussy con una recreación de pulso concentradísimo, sensual y misteriosa a más no poder, además de extraordinariamente sensible en lo que a timbres y texturas se refiere. A mi entender, un trabajo sensacional y difícilmente superable. Ya solo por esos diecisiete minutos el concierto merece la pena.

Menos interés tiene la Fantasía para piano y orquesta, una obra juvenil en la que el compositor francés, aun dando buena cuenta de su talento, se quedó más bien corto en lo que a inspiración se refiere. La batuta realiza un trabajo cálido y comprometido, aportando además cierto lenguaje "romántico" acorde con la etapa de formación del artista. Paladear el segundo movimiento con mayor calma y voluptuosidad no le vendría nada mal, en cualquier caso. Tampoco clarificar mejor las texturas. Al piano se encuentra el polémico Nelson Freire, sobre el que no puedo emitir juicio global alguno porque conozco poco -algo de Chopin, Brahms, Franck y Saint Saëns- de su trayectoria. En este Debussy me parece que realiza un buen trabajo: solvente en los complicados aspectos virtuosísticos, ortodoxo y musical en lo expresivo, pero sin la variedad en la pulsación ni la riqueza de acentos que en la obra ofrecían un Gieseking o un Ciccolini.



Sinfonía Fantástica en la segunda parte. Recreación algo superior a sus dos grabaciones discográficas comentadas en este blog (enlace), ante todo porque la London Symphony, pese a algunos resbalones puntuales, es aun mejor que la Sinfónica de San Francisco. Me parece que ahora los dos primeros movimientos están algo más conseguidos, perdiendo un poco los dos últimos. En cualquier caso el concepto es parecido. El arranque resulta espléndido, de una morbidez acariciadora, pero en el desarrollo del movimiento, siempre elegante y fluido, el maestro se queda mucho antes con los "ensueños" que con las "pasiones" con que lo definió Berlioz, hasta el punto de que la coda final llega a ser morosa. El vals está bien, a secas: falta empuje dionisíaco. La escena campestre la aborda Tilson Thomas intentanto sonar "en estilo", pero confundiendo "lo francés" con el hiperrefinamiento, la languidez y hasta cierta blandura amanerada, algo que en modo alguno creo que tenga que ver -seguro que más de uno lo querría interpretar así- con su condición de homosexual militante (enlace). En cualquier caso es todo un placer auditivo el modo en el que el maestro trabaja los bloques sonoros, sus colores y texturas, con una plasticidad que ya querría para sí el masivo Herr Frühbeck (enlace). La marcha al cadalso, controlada y ajena al efectismo, solo llega a alcanzar la tensión deseada hacia el final. Al aquelarre le falta un poco de atmósfera, pero poco a poco la batuta se va caldeando hasta conseguir, gracias a su estupenda técnica y al buen rendimiento de la orquesta, un final con toda la brillantez deseable. Nos lo pasaremos muy bien.



miércoles, 25 de enero de 2012

Iolanta y Perséphone en el Real

Programa doble con Iolanta y Perséphone en el Teatro Real. Cuchillos afilados desde hace meses: que si las obras valen poco, que si habría que haberlas hecho en versión de concierto, que si Mortier se cree que nos va a enseñar algo, que si Peter Sellars viene a provocar, que si se van a quedar las butacas vacías con la que está cayendo, que si... Los de siempre ya no saben qué argumentar para que el nuevo gobierno eche cuanto antes el belga y el Teatro Real vuelva a ofrecer una programación basada en el sota, caballo y rey. Lo conseguirán, pero  mientras tanto nosotros estamos disfrutando de funciones de apreciable altura, entre ellas las de los tres títulos precedentes (Elektra, Pelléas y Lady Macbeth) y estas que ahora se ofrecen en la Plaza de Isabel II. La de ayer martes, por cierto, también por el canal televisivo Mezzo, buena muestra -lo es también la filmación del concierto del 1 de mayo de la Filarmónica de Berlín- de que por fin la ópera madrileña está empezando a conseguir el eco mediático necesario a nivel internacional, algo que hasta hace poco resultaba casi impensable. Comento la función del pasado sábado, que presencié después de haber realizado una entrevista al director musical de la producción, Teodor Currentzis (enlace).

Persephone Sellars Madrid

Me gustó mucho la labor del griego en Iolanta, pues desgranó con enorme sentido melódico -tomándose su tiempo pero sin perder tensión interna- sus bellísimas melodías, evitó tanto la blandura como el efectismo e inyectó un amplio aliento espiritual a la partitura, que sin ser lo mejor de Tchaikovsky contiene música suprema, particularmente el dúo de amor entre los protagonistas.Currentzis la reivindicó de manera inmejorable y logró que los melómanos salieran radiantes habiendo descubierto (menudos papanatas los que creen que nadie les puede enseñar nada, menos aun Mortier) una obra magnífica. La inclusión antes del final de un bellísimo fragmento de la Liturgia de San Juan Crisóstomo del propio Tchaikovsky me pareció una idea excelente, ofreciendo además una buena oportunidad para demostrar la estupenda forma en que se encuentra el Coro Intermezzo, que sin duda ha demostrado ser la elección apropiada para esta nueva etapa del Teatro Real.

Iolanta Sellars Teatro Real

Ekaterina Sherbachenko se encargó del rol titular: voz interesante, algo justita por arriba –muy mal el agudo al final del dúo-, pero bastante musical y en cualquier caso afortunada a la hora de recrear la delicadeza e ingenuidad del personaje. Junto a ella, Pavel Cernoch puso un instrumento de discutible atractivo al servicio de una recreación de adecuado apasionamiento. Estuvo estupendo Dmitry Ulianov en la hermosa aria del rey René, resultó algo basto Alexej Markov como Robert, evidenció sus tablas el veterano Willard White como Ibn-Hakia y convencieron las tres féminas encargadas de encarnar a las cuidadoras de Iolanta. Espoleados todos por la controlada incandescencia de la batuta, puede decirse que pese a las desigualdades canoras nos encontramos ante una notable recreación de la partitura. Como dije arriba, el público salió encantado.

Si Tilson Thomas (RCA, 1997) reivindicaba los valores tan puramente stravinskianos del ritmo y la incisividad mientras Nagano (Virgin, 1991) se había centrado en el estudio de colores y texturas, tratadas siempre con asombrosa elegancia, Teodor Currentzis descubrió los aspectos más atmosféricos y espirituales de Perséphone con una lectura lenta, de trazo difuminado y enorme sensibilidad. Desdichadamente el griego no logró inyectar la tensión interna necesaria para soslayar la innegable debilidad de los pentagramas. Reconozcámoslo: aunque están ahí la escritura maestra de Stravinsky y su poderosísima personalidad, se desprende cierta sensación de rutina, por no decir de falta de inspiración, y sin un pulso de lo más firme y un imparable impulso rítmico por parte de la batuta la audición se hace un poco cuesta arriba. Currentzis ahí se quedó corto, aunque obtuvo un extraordinario rendimiento del coro –gran protagonista musical de la obra- y se benefició del buen hacer de Paul Groves, como siempre algo apurado en el agudo pero bastante superior a los tenores de las dos grabaciones arriba citadas. Cumplió con corrección la actriz Dominique Blanc en el rol titular.

Peter Sellars

Defraudó Peter Sellars, pero en el buen sentido: en su propuesta escénica –coproducción con el Bolshoi- no hubo ni provocación, ni escándalo, ni caprichos, ni soflamas políticas ni discursos paralelos. Solo pudo chocar, para las sensibilidades más conservadoras, que la vestimenta fuese “moderna” y que la escenografía se basase en unos cuantos marcos de puertas y telones abstractos pintados por George Tsypin. Por lo demás fue la de Iolanta una realización sensata, cuidadosa, que recurría antes a la colocación de los personajes en el escenario y a la fuerza dramática de la iluminación –recuérdese que el libreto gira en torno al descubrimiento de la luz- que en la dirección de actores. Muy por encima de lo conseguido en el título de Tchaikovski, aun recurriendo a la misma escenografía, lo ofrecido por el regista norteamericano en Perséphone ha sido para quien esto suscribe una de las cosas más bellas que ha visto en el Teatro Real. Sellars supo integrar los dos conceptos manejados por el compositor ruso, el del teatro clásico y el de la espiritualidad cristiana, a través de una visión bastante personal de poderosísimo magnetismo plástico e inteligente manejo tanto de las masas corales como de los dos protagonistas, tenor y recitadora, sumando a todo ello las fascinantes coreografías de cuatro bailarines camboyanos cuyos hipnotizadores movimientos rimaban a la perfección con la sinuosidad de la partitura. Por cierto que la idea de desdoblar a Perséfone en dos, la que actúa y la que baila, no era de Sellars sino del propio Stravinsky. Al público pareció no entusiarmarle el resultado. Yo salí fascinado. Al final tuve la oportunidad de pedirle un autógrafo a Peter Sellars: ¡vaya tipo pintoresco y divertido!

martes, 24 de enero de 2012

Frühbeck, Ax y mi problema con Beethoven

Confieso que tengo un problema serio con Beethoven. Con su música para piano, concretamente: me parece tan inigualable lo que con ella hace Daniel Barenboim que interpretaciones a cargo de cualquier otro artista –con las excepciones de Gilels, Arrau y Kissin- me dejan tan insatisfecho que no soy capaz de disfrutar de ellas. Es problema mío, insisto, y no de los artistas, que a veces son muy grandes y hacen cosas estupendas. Es el caso de Emanuel Ax (web oficial), al que el pasado domingo 22 por la mañana le escuché en el Auditorio Nacional un Emperador muy bien tocado -hubo roces menores que no importan en absoluto-, dicho con propiedad, con entusiasmo, excelente trazo y apreciable musicalidad, siempre dentro de esa línea objetiva que caracteriza al pianista norteamericano.

Emanuel Ax

Ahora bien, a mi modo de ver no hay color comparado con Barenboim en cualquiera de sus grabaciones de la obra: el sonido puramente beethoveniano, la naturalidad en el fraseo, la concentración, los matices en la pulsación, la variedad anímica, la riqueza de concepto, el hondo sentido humanístico... Por eso mismo lo que hizo Ax, siendo seguramente bueno, a mí me resultó muy insuficiente. Rafael Frühbeck de Burgos ofreció su Beethoven de kapellmeister de pura cepa germánica, robusto, enérgico y musculoso, consiguiendo excelentes resultados en el primer movimiento y resolviendo con digna solvencia los otros dos. El pianista ofreció propina de Schumann.

Músculo, mucho músculo, hubo en su recreación de la Sinfonía Fantástica de la segunda parte. Densidad, vigor, brillantez, contrastes de grandes masas sonoras... Poco de elegancia, refinamiento, sensualidad o morbidez, que son también señas distintivas del mundo sonoro de Berlioz. Tampoco vamos a regatear al anciano maestro -setenta y ocho tacos ya- su manera de clarificar líneas y descubrir detalles interesantes, sin que dejemos de reprocharle al mismo tiempo más de un capricho en la agógica que no aportó nada en particular. La orquesta en general respondió bien, por momentos muy bien, y se lució de modo especial en el aquelarre, ni que decir tiene el movimiento en el que el veterano maestro se sintió más a gusto. Se buscó claramente el aplauso y se consiguió con creces. El abundante público -colgaron el “no hay billetes”- salió de lo más satisfecho.

lunes, 23 de enero de 2012

Un tío raro y fascinante

A petición de mi redactor jefe en Ritmo –acabo de reincorporarme a la revista después de unos meses apartado para cumplir con otras obligaciones- tuve que entrevistar el pasado sábado a Teodor Curretzis (web oficial). ¿Se acuerdan? Le puse a caldo en este blog hace meses (enlace). Me gustó mucho, sin embargo, su dirección del Macbeth verdiano (enlace), en cuyo making-of ya se vislumbraba que el aun joven director griego -treinta y nueve años- es un tipo bastante raro. Pueden imaginarse mi estado de nerviosismo al acudir a la cita, que además iba a tener lugar en la propia vivienda de Currenztis en la Plaza de Oriente, junto al Teatro Real donde estos días anda haciendo Iolanta y Perséphone.

Teodor Currentzis

Por fortuna las cosas fueron bien, entre otras cosas gracias al apoyo de mi colega y buen amigo José Sánchez Rodríguez, que habla inglés bastante mejor que yo. En entender lo que decía no tuve especial problema. Currentzis impresiona en más de un sentido. Es alto, altísimo, y luce un cabello “romántico” que cuadra muy bien con su arrolladora personalidad. Alguien me dijo que era una especie de versión masculina de su compatriota María Callas. Es completamente cierto, y así se lo dije. “¿Por la nariz?, preguntó sin cortarse un pelo”. Pues no: por su vehemencia, por la rotundidad de sus afirmaciones, por aseverar que la manera en la que él hace las cosas es la única correcta al tiempo que ejerce una profundísima autocrítica,  por su defensa de la expresión muy por encima de la belleza sonora, por su insistencia en autoinmolarse en cada actuación aun a costa de un enorme sufrimiento físico y psíquico, por su insatisfacción permanente y -en definitiva- por su radical manera de entender la música como un modo de vida.

Le dije lo mucho que me habían gustado su Macbeth, su Wozzeck y su Decimocuarta de Shostakovich. Y que su Réquiem de Mozart me había horrorizado. Él lo considera su mejor disco, fruto de diez años de investigaciones, y me hizo una -apasionada, como no podía ser menos- defensa de los resultados. Hablamos también de sus próximas grabaciones, los Conciertos para piano de Shostakovich que está a punto de sacar Harmonia Mundi y la trilogía Mozart-Da Ponte que va a editar Sony Classical. Saldrán también Iolanta y Perséphone, en este caso editadas en DVD por el propio Teatro Real. Pero hablamos sobre todo de lo que a él le apetecía: de su manera de acercarse a la creación -ejerce también de compositor, actor y director de escena- y de su visión religiosa -es cristiano ortodoxo- pero también marcadamente platónica del fenómeno musical. También de su desprecio hacia la rutina, hacia el "star-system" y hacia el aburguesamiento del arte, y de su firme creencia de que éste ha de servir no para entretener sino para conmover.


Hombre educado, sensible y de vasta cultura, Currentzis habla por los codos. Tanto que yo mismo tuve que cortar: me parecía que noventa minutos era ya un abuso por mi parte, particularmente cuando el reloj pasaba de las tres y media. Sabía además que acude con dos horas de antelación a todas las funciones para reunirse con los cantantes y hacer observaciones sobre la velada anterior (su cantidad de ensayos con la orquesta es también, me consta, muy superior a la media). Sin embargo me daba la impresión de que no le hubiera importado seguir conversando con nosotros durante horas, tal es su pasión por comunicar. Me confirmó que tiene previsto venir al Real hasta 2016 con un título por temporada, más algunos conciertos sinfónicos. El año que viene, Macbeth y Réquiem de Verdi, y en la temporada siguiente con su orquesta Musica Eterna para hacer la Rappresentatione di anima e di corpo de Cavalieri. Luego vendrán Tristán, Dama de Picas y Don Carlo, nada menos. ¿Y el programa doble Tchaikovsky/Stravinsky de esa misma noche? Pues me gustó muchísimo su labor en Iolanta y bastante menos –aun siendo muy interesante- lo que hizo con Perséphone. Ya lo contaré en este blog cuando encuentre tiempo.

sábado, 21 de enero de 2012

Barenboim homenajea a Celibidache

Hermoso homenaje de Ibermúsica a la figura de Sergiu Celibidache: en honor del más grande intérprete de la Tercera de Bruckner que se recuerde -yo tuve la oportunidad de escuchársela en Sevilla en 1993 cuando vino precisamente de la mano de Alfonso Aijón-, se ofrece una lectura de la misma obra a cargo de quien mejor la hace hoy, Daniel Barenboim. Los resultados fueron más que notables, si bien muy por debajo -a mi entender- de la genial lectura que grabó el de Buenos Aires hace años frente a la Filarmónica de Berlín para Teldec: los dos minutos menos que ahora le ha durado, sin ser determinantes, dan una buena pista de por dónde fueron ayer noche los tiros en el Auditorio Nacional. Sí, Barenboim hizo gala de su perfecto conocimiento del idioma del autor y de una musicalidad apabullante, pero justo es reconocer que anduvo a ratos un poco escaso de concentración. Repasado lo que escribí el pasado junio acerca de su interpretación en Granada (enlace), creo que puedo traer aquí las mismas líneas, incluyendo lo que señalé del adagio:

"Hubo, ciertamente, mucho nervio y garra dramática en el primer movimiento, pero si ahora destaca por algo es por la naturalidad de su desarrollo. El segundo comenzó algo desconcentrado, centrándose poco a poco para ofrecer, a través de riquísimas sutilezas de la agógica, una interpretación más anhelante que extática, lo que no puede ser del gusto de todos. Estuvo muy bien el scherzo, particularmente por un trío rústico, flexible y distendido, sin la rigidez de su grabación en Chicago. Y sensacional el movimiento conclusivo, de nuevo una lección de cómo planificar tensiones y distensiones, de cómo cantar las melodías y de cómo extraer de la orquesta, adecuadísima, el necesario sonido organístico".

No puedo dejar de suscribir lo que dice Arturo Reverter en sus notas con respecto a la Staatskapelle de Berlín, "orquesta de sonoridad tan germana, tan oscura y densa, matices propios de los conjuntos de la Alemania profunda y derivados de una acrisolada tradición". Pero debo añadir que ayer viernes 20 de enero se mostró en lo técnico por debajo del nivel que ha exhibido a lo largo de estos últimos veranos en Granada precisamente en su integral Bruckner, y me refiero tanto a las diferentes familias instrumentales en su globalidad como, ya de modo más concreto, a las trompas. Por lo visto la noche del jueves, con la Cuarta del mismo autor, estas últimas estuvieron (aún) peor. Esas cosas hay que cuidarlas, por favor.

viernes, 20 de enero de 2012

Barenboim y Arenas: no al Diván, sí al ladrillo

Declaró ayer Barenboim en la Fundación Juan March -anda haciendo sinfonías de Bruckner para Ibermúsica: espero escuchar hoy la Wagneriana- que "la Fundación West-Eastern Divan Orquesta no está ligada a ninguna ideología política, así que sólo espero que el Gobierno de España no convierta a la institución en objeto de debate político", añadiendo que lo único que el PP tiene que aclarar es si quiere "ayudar a los palestinos e israelíes y darles una educación musical o no" (noticia completa). Me temo que hay que advertir al de Buenos Aires que la decisión ya está tomada desde hace tiempo, que el Partido Popular -eufemístico nombre de una agrupación política al servicio mucho antes de la plutocracia que del "pueblo"- ya declaró que en el momento en que llegasen al poder en la Junta de Andalucía, la Fundación Barenboim-Said sería borrada del mapa. Mucho dinero para estos tiempos de crisis, o eso dicen.


Pretende el PP enfrentarse a la crisis de una manera sui generis. Lo dijo su candidato Javier Arenas hace pocos días: derogar el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) y los planes subregionales, además de modificar la Ley del Suelo, recordando -sigo el texto publicado por El País- las posibilidades de Andalucía como zona residencial “privilegiada” para los europeos. ¿Y la economía sostenible, esa misma en la que tantísimo insistimos los profesores de Ciencias Sociales en  nuestras clases? No se corta Arenas: “somos la mejor zona residencial de la Unión Europea y quiero deciros que estoy harto de la milonga de la economía sostenible, porque el turismo, la agricultura y las zonas residenciales son la mejor economía sostenible de Andalucía”. Continúa El País índicando que sobre los aplausos que celebraron la afirmación, apostilló el líder popular: “harto de la milonga, de la milonga”. Total, pura cultura del ladrillo, de esa que tanto le gustaba a ese buen amigo de Arenas que es Francisco Camps, con los resultados que ustedes ya conocen en la Comunidad Valenciana.


En cualquier caso parece que los andaluces no le hacen ascos al Partido Popular de cara a las próximas elecciones autonómicas: las últimas encuestas, publicadas ayer mismo, le dan la mayoría absoluta. Los votantes, espoleados de manera inmejorable por los bochornosos casos de corrupción que se andan descubriendo en el PSOE regional, habrán colaborado así a una verdadera vuelta a los años sesenta y setenta, a la trasformación total de nuestras costas en un "Megatorremolinos" con la excusa del "progeso". Ya saben, el turismo en un gran invento. Que viva el pelotazo urbanístico. Lo demás, milongas. Les dejo con una milonga a cargo de Barenboim.

miércoles, 18 de enero de 2012

Adiós a Leonhardt

Me he despertado esta mañana leyendo en el blog “El patio de butacas” (enlace) la triste noticia de la desaparición de Gustav Leonhardt. No suelo publicar aquí obituarios, entre otras cosas porque no tiene sentido repetir lo que el mismo día otros dicen mucho mejor que yo, pero me parece que lo mínimo que el enorme músico holandés se merece por mi parte es que recupere este breve texto que escribí hace bastantes años, en 1999 concretamente, para el Teatro Villamarta de Jerez con motivo de su actuación al frente de la Orquesta Barroca de Friburgo.
_________________________________________________________

"Uno de los mayores e inaprehensibles fenómenos que haya conocido la interpretación musical de esta segunda mitad de siglo." Con esta clarividente contundencia ha descrito Jesús Trujillo en las páginas de Ritmo (Junio 1998) el arte del genial clavecinista, organista, director y musicólogo holandés Gustav Leonhartd con motivo de la publicación por parte del sello Teldec/ Das Alte Werk de una edición especial de veintiún compactos recogiendo buena parte de los más de cien discos que permanecen como testimonio de una de las más largas, honestas, arriesgadas y apasionantes trayectorias artísticas que se han conocido en nuestro tiempo.


Desde que en 1950, con sólo veintidós años, se presentara en Viena con una obra del calibre de El Arte de la Fuga, Leonhardt ha desarrollado una carrera en la que no sólo ha mostrado una deslumbrante destreza técnica frente al teclado y profundizado como nadie lo ha hecho en este siglo en las entrañas de la insondable obra de Johann Sebastian Bach, abordando con la misma lucidez páginas de Froberger, Scarlatti o Rameau. También ha sido uno de los padres de la denominada escuela germano-holandesa, que protagonizó la más feroz revolución interpretativa de la música barroca que se ha conocido, reivindicando a la hora de abordar este repertorio, tan deformado por las maneras propias del postrromanticismo, algo que entonces pareció a muchos una moda pasajera: la adecuación estilística (afinación, articulación, ornamentación) a la estética de los siglos XVII y XVIII, acompañada por la recuperación de la peculiar sonoridad de los instrumentos antiguos.

Testimonio revelador de la labor de estos pioneros es una empresa discográfica que aún hoy permanece como la más ambiciosa jamás realizada: la grabación de las 199 cantatas religiosas de Bach que se han conservado. El proyecto lo iniciaron en 1971 Leonhardt y su colega Nikolaus Harnoncourt, repartiéndose entre ambos al cincuenta por ciento la dirección de las obras y trabajando de manera independiente pero con la suficiente coordinación como para lograr un resultado homogéneo. Repasando la lista de colaboradores nos encontramos con nombres que hoy día son figuras señeras de la interpretación del Barroco: por sólo citar los más significativos, el contratenor René Jacobs, el cellista Anner Bylsma, el flautista Frans Brüggen y, sobre todo, el director coral Philippe Herreweghe y su Collegium Vocale de Gante (¿recuerdan la fascinante Pasión según San Mateo que nos ofrecieron el pasado abril?).

En 1981 finalizó la gigantesca labor: cuarenta y cinco volúmenes -trasvasados hoy a un total de sesenta discos compactos- con una música excelsa, hasta entonces casi desconocida, en interpretaciones hoy día un tanto superadas por las nuevas generaciones de intérpretes, pero en ese momento totalmente novedosas, arriesgadas y reveladoras.

¿Cómo es el Bach de Gustav Leonhardt? Quienes le hemos visto en directo y nos hemos acercado para pedirle un autógrafo y manifestarle nuestra profunda admiración podemos responder que es, sencillamente, como la propia persona: serio, respetuoso, austero, aislado en su complejo mundo interior, ajeno por completo a la vanagloria mundana, y al mismo tiempo cálido, cordial, transparente y profundamente humano.


Con todo, para ser sinceros hemos de reconocer con Jesús Trujillo que, "cuando empuña la batuta, Leonhardt muestra su rostro más severo, su faz más científica. (...) Demasiado preocupado por las -a veces ofuscadoras- realidades históricas, demasiado concentrado por dominar un instrumento cuyas fuerzas no consigue doblegar, el Leonhardt director no despliega su inspiración con el mismo ardor y autoridad que caracteriza al hombre del teclado".

Sea como fuere, la presencia del anciano Leonhardt al frente de la magnífica Orquesta Barroca de Friburgo, haciendo sonar la asombrosa música del compositor del que ha sido y es su más excelso intérprete, supone uno de los mayores acontecimientos culturales que ha conocido Jerez de la Frontera en los últimos años. A nosotros nos corresponde actuar en consecuencia.

_________________________________________________

PS. Los textos para este concierto y para otro del Cuarteto de Tokio que se ofrecía por las mismas fechas fueron las primeras notas al programa que me encargó el Villamarta. Me hizo ilusión, claro. Semanas más tarde me retiraron ambos encargos sin mediar explicación alguna, aunque me ofrecieron como "premio de consolación" publicar -obviamente sin cobrar- lo que ya había escrito de las mismas, que es lo que ustedes tienen arriba. Al acudir a los respectivos conciertos descubrí que las notas las terminó escribiendo Justo Romero. Perdóneme Leonhardt por enturbiar con esta anécdota mi pequeño homenaje.

martes, 17 de enero de 2012

Ballo con Davis y Caballé

VERDI: Un ballo in maschera.
José Carreras, Montserrat Caballé, Ingvar Wixell, Patricia Payne.
Orquesta del Covent Garden. Dir: Colin Davis.
Decca, 4705862
2 CDs - 130'51''
ADD
Universal
***


El Ballo no convence globalmente, pero es indispensable para los fans de la Caballé, quien sin rendir aquí en todo momento al cien por cien ofrece una Amelia referencial; su “Morró, ma prima in grazia” es antológico. No llega a semejante altura Carreras, aunque está entregadísimo y comunicativo. El resto interesa menos. La dirección de Colin Davis es elegante, pero descafeinada y un tanto ajena al lenguaje verdiano.
________________________________
 
Texto extraído de un artículo publicado en el número de febrero de 2003 de la revista Ritmo sobre el segundo lanzamiento de la serie "The Opera Compact Collection", editada por Decca.

domingo, 15 de enero de 2012

Lang Lang deslumbra en Viena

Su técnica es extraordinaria, tal vez la mejor del planeta. Es difícil escuchar a un pianista con una agilidad tan asombrosa, con una gama de colores tan amplia, con una potencia sonora tan abrumadora, con unos pianísimos tan delicados, con un fraseo tan flexible y controlado al mismo tiempo, sin lugar para que la arquitectura se tambalee; con una capacidad tan enorme para desplegar brillantez y descender al mismo tiempo al más sutil de los matices, en definitiva. Y sin embargo, Lang Lang (Shenyang, 1982) tiene mucho peligro, porque es tan consciente de sus posibilidades que con frecuencia se deja llevar por el mero exhibicionismo y llega a resbalar de manera considerable: es lo que le pasó en Granada en 2007 junto a Barenboim en un despistadísimo Primero de Brahms. Por eso mismo tenía un poco de miedo de este Blu-ray, correspondiente a un recital en la Musikverein de Viena ofrecido los días 27 de febrero y 1 de marzo de 2010, que me compré hace tiempo a buen precio –en una tienda del extranjero, por supuesto- y que hasta ahora no he visionado. Me ha gustado mucho.

Lang Lang Live Viena Bluray

Me ha sorprendido, habida cuenta de que su Mozart no me suele entusiasmar, lo bien que interpreta a Beethoven, aunque desde luego en una línea ajena a las densidades filosóficas del “más grande” en este campo, obviamente Barenboim. En la Sonata nº 3 (una obra temprana, de 1874-75) aborda los movimientos extremos mirando al pasado, que suenan risueños, galantes e incluso coquetos, pero en absoluto triviales o amanerados. El segundo no resulta particularmente denso pero ofrece toda la concentración y cantabilidad deseables, mientras que en el tercero sabe añadir toques encrespados sin renunciar a la visión global de la pieza, mayormente apolínea. En la Appasionnata el pianista chino ofrece una versión que se aleja de la atmósfera gótica para ser más bien fresca y juvenil, de una tensión extrovertida antes que soterrada  y una cantabilidad que no resulta agónica sino más bien contemplativa, aunque no por ello caiga en lo ensoñado. Obviamente es imposible olvidar la hondura que en esta página alcanza Barenboim o, en una línea igualmente distante, la áspera rebeldía de Gilels, pero la realización de Lang Lang es posible y digna de elogio.

Menos me ha interesado su Albéniz. Del libro I de Iberia el chino ofrece una visión excesivamente delicada e impresionista, muy cercana a Debussy, a la que le faltan atmósfera, densidad sonora y sentido español, aunque también sean de apreciar sus numerosos hallazgos. Concretando un poco, me ha defraudo “Evocación”, una lectura hermosísima, delicada y muy contemplativa pero fuera de estilo, quizá por recrearse en exceso en el sonido. Mucho mejor “El Puerto”, que sí ofrece chispa aunque ésta no sea española. “Corpus Christi” es una verdadera exhibición de la más colosal técnica imaginable, pero se sigue echando de menos un concepto más apropiado.

De la Sonata nº 7 de Prokofiev nuestro pianista construye una lectura muy inteligente en la que, sin renunciar en modo alguno al lenguaje propio del compositor, consigue que los aspectos maquinistas y opresivos de su escritura no resulten meramente mecánicos, y también que los líricos no se escoren en exceso al romanticismo para ofrecer en su lugar un marcado carácter onírico y cierta ambigüedad expresiva. El resultado es absolutamente magistral, deslumbrante.

Las propinas se concentran en Chopin. El Estudio op. 25, nº 1 lo interpreta con asombroso sentido de los colores y las texturas. Apasionamiento controlado y elegancia aunada con rotundidad presiden una interpretación de la celebérrima Polonesa nº 6, op. 53, Heroica, que potencia los aspectos más elegantes de la pieza. En el Gran vals brillante nº 2, op. 34 nº 1 todo es portentoso, particularmente la flexibilidad de un fraseo dispuesto a descubrir muchas cosas nuevas, pero también la capacidad para aunar cantabilidad y brillantez sin caer en el mero espectáculo sonoro. El Blu-ray ofrece asombrosa calidad audiovisual, pero la filmación me parece algo mareante. Para los que dispongan de la tecnología necesaria, se incluyen varias de estas piezas filmadas en Berlín en junio del mismo año en formato 3D. Mi recomendación es que busquen el mejor precio posible y se lo compren. Ojalá el joven pianista nos siga ofreciendo cosas así. Ah, tienen otro comentario en el blog de Ángel Carrascosa (enlace).

sábado, 14 de enero de 2012

Macbeth por Currentzis y Tcherniakov

Como dentro de poco tendré la oportunidad de escuchar a Teodor Currentzis en el Teatro Real, he decidido dejarme llevar por las críticas altamente positivas de Ángel Carrascosa (enlace) y Pablo Vayón (enlace) y adquirir el Blu-ray editado por BelAir del Macbeth que dirigió en la Ópera de París, a petición de Mortier, en abril de 2009. Bien, las cosas muy negativas que dije del director griego en este blog (enlace) las sigo manteniendo, pero he de reconocer que su trabajo en este emblemático título verdiano me ha gustado mucho. Es la suya una dirección fogosa, electrizante, implacable, de altísimo contenido teatral y de una rusticidad sonora de lo más adecuada, pero también flexible y lírica cuando debe. Como dijo Ángel, el modelo –clarísimo- es el de Riccardo Muti, bastante más que el de Claudio Abbado, por citar a dos enormes recreadores de la magistral partitura. Un trabajo formidable, desde luego, en el que hay incluso momentos geniales, lo que no me va a impedir poner un reparo: en más de una ocasión a Currentzis se le va la mano en contundencia, y da la impresión de que lo hace no tanto dejándose llevar por el temperamento sino más bien por deseos de epatar al personal. En ese sentido me recuerda a James Levine, y no lo digo precisamente como elogio. La orquesta se comporta, pero sin llegar a deslumbrar.

Verdi Macbeth Currentzis Tcherniakov

Dimitris Tiliakos me parece un Macbeth digno sin más: canta con muy buen gusto pero se queda corto tanto en lo vocal -sobre todo por abajo- como en lo psicológico. Violeta Urmana me hubiera sorprendido de no ser porque le escuché el papel en Sevilla allá por 2004 (con Carlos Álvarez y el horroroso director enchufado por el barítono malagueño, Daniel Lipton). No hay mucha novedad con respecto a entonces: sin alcanzar las cumbres expresivas de Callas y Verret, la cantante lituana -instrumento de primera magnitud, técnica soberbia- compone una Lady Macbeth de asombrosa perfección, sin apenas desigualdades y siempre poderosísima, amén de por completo ajena a cualquier tipo de exceso o truculencia. Ferrucio Furlanetto está tan gastado que a veces resulta desagradable escucharle, aunque sí posee esa nobleza en el canto y esa línea verdiana de las que carece el protagonista. El tenor Stefano Secco hace un más que correcto Macduff, pero hubiera convencido más sin gimoteos en su aria.

Lo que no me ha gustado es la propuesta escénica de Dmitri Tcherniakov. Esta es la tercera producción que le veo al moscovita. Me interesó la de El jugador: la dramaturgia Prokofiev encaja bien con las maneras de hacer de este señor. En Eugenio Oneguin (enlace) me convenció muy poco. Lo de Macbeth es aun peor, pero no porque la acción se traslade al siglo XX, las brujas sean paseantes o la Lady no pase de ser una marujona, sino porque existe una fragrante contradicción entre lo que se escucha, un universo sonoro romántico, desatado y marcadamente gótico, y lo que se ve, un melodrama burgués aburrido y trivial, por muy bien resuelto que esté -admirable la dirección de actores- y por muy atractivas ideas teatrales que presente. Estamos ante teatro de gran calidad, pero no ante una buena traducción de Verdi, Piave y Shakespeare. Una vez más, Tcherniakov monta su discurso paralelo y decide servirse a sí mismo.


Total, un Macbeth con una dirección musical y una Lady de primerísimo nivel, pero solo eso. ¿Merece la pena? No tengo del todo claro si he invertido bien mi dinero, la verdad. Un dato que puede inclinar la balanza del lado positivo: aunque la edición de la partitura es la revisada, sin duda superior a la original (enlace), se incluye el hermoso “mal per me” de 1847 que canta -en calzoncillos en esta producción- el agonizante Macbeth. Se me olvidaba decir que Mortier –si no le quitan de en medio los del Partido Popular- traerá a Currentzis para dirigir este mismo título en Madrid, lo que es buenísima noticia, y además en una propuesta escénica diferente a esta que él mismo encargó. Estaremos atentos.

jueves, 12 de enero de 2012

Berrea, berrea

Van aquí unos extractos de la noticia aparecida esta mañana en Diario de Sevilla (enlace) acerca de la posible próxima temporada del Teatro de la Maestranza.  Los subrayados son míos, obviamente.

“En terreno verdiano, la dirección del Maestranza ha apostado por la ópera Rigoletto como plato fuerte (…). Será la tercera vez que dicho título suba a la escena del teatro del Paseo de Colón, tras las de octubre de 1991 (con Alfredo Kraus como el mejor Duque de Mantua imaginable) y las de febrero de 1996. Precisamente en esta segunda ocasión fue protagonista quien lo será de esta tercera entrega, el barítono Leo Nucci.





Considerado en la actualidad, a sus 70 años, como el mejor barítono verdiano, Nucci sigue manteniendo una frescura vocal y una capacidad de transmisión emotiva que le hace poseer aún una muy apretada agenda. El cantante, que también protagonizó en el Maestranza un soberbio Barbero de Sevilla en abril de 1997, será el centro de un primer reparto de campanillas en el que cantarán también figuras tan conocidas como el canario Celso Albelo y Patrizia Ciofi, cantantes ambos muy familiarizados con esta ópera y con el propio Leo Nucci. Los tres cantantes protagonizaron, la noche del 22 de junio del 2009 una velada histórica en el Teatro Real, al ser la primera vez que en dicho teatro se realizaba un bis durante una ópera. Fue la única función que Nucci cantó de aquel Rigoletto, y tras la interpretación del dúo Sí, vendeta, tremenda vendetta, junto a Patrizia Ciofi, los incesantes aplausos del público obligaron a repetir la pieza. Dicha actuación le valió a Nucci el galardón al mejor cantante masculino de ópera del 2009 en los Premios Líricos del Teatro Campoamor de Oviedo.”



Decir que Kraus fue en 1991 el mejor Duque de Mantua imaginable me parece, como mínimo, una exageración. Calificar de soberbio al Barbero de Castro/Zedda, altamente discutible (salvo que se considere soberbio lograr dormir a las ovejas en un título como este, que ya tiene mérito la cosa, ya). Pero decir que el señor Nucci mantiene su frescura vocal va mucho más allá, y no digamos ensalzar la “Vendetta” de 2009 en el Teatro Real, cuyo bis estaba (no hay más que remitirse a la rueda de prensa, donde se dejaban caer las intenciones) más que preparado. En fin, arriba les dejo esta perla por si no la conocían. A la histórica prueba me remito. Aprovecho para dejarles otra “Vendetta”, para que ustedes vean lo mal que estuvo Plácido Domingo haciendo lo que obviamente no debería hacer, pero también para que se pregunten por qué para los mismos que lo del tenor madrileño es un horror, que sin duda lo es, lo de Nucci resulta antológico. Y calibren, de paso, cuál de los dos cantantes (nacido en 1942 el boloñés, en 1941 o quizá varios años antes el madrileño) conserva mayor frescura vocal. ¡Cómo le pueden a algunos los prejuicios!




miércoles, 11 de enero de 2012

El Debussy de Bernstein en Roma: mejor de lo que se dice

En 1989 –fallecería al año siguiente- Leonard Bernstein visitó Roma para ponerse al frente de la Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia con un programa íntegramente dedicado a Claude Debussy: Images (Gigues, Rondes de printemps e Ibéria, en ese orden), Preludio a la siesta de un fauno y La mer. No tuvo muy buena fama el compacto que editó en su momento DG. No hace mucho la filmación de Unitel salió en DVD editado por Cmajor, y tampoco el éxito ha sido grande. Yo, que hasta ahora no conocía estas interpretaciones, me he llevado una gran sorpresa con el visionado: aunque es cierto que la formación romana no es precisamente para tirar cohetes y que no estamos aquí ante el Lenny más inspirado, creo que nos encontramos ante lecturas de buen nivel que son muy dignas de tener en la estantería.

Bernstein Debussy DVD

¿Cómo es el Debussy de Bernstein? Para entendernos, se encuentra en las antípodas de Boulez: es cálido, brumoso, sensual, flexible en el trazo y de colorido tan rico como difuminado. También de un hedonismo un punto narcisista, como a veces ocurre con este director, pero aquí la cosa no llega a mayores. De hecho, y al margen de las referidas limitaciones de la orquesta, no es fácil encontrar graves reparos. En Ibéria sobran algunos portamentos, como también ciertos efectismos derivados de la contrastada teatralidad de la batuta. El Fauno resulta lento y particularmente contemplativo, quizá en exceso. La mer adolece de alguna discontinuidad en el trazo, lo que le impide alcanzar toda la tensión deseable en determinados momentos clave. En cualquier caso es este un Debussy ortodoxo, comunicativo y seductor que merece la pena conocer, máxime teniendo la oportunidad de disfrutar de la maravillosa gestualidad de Bernstein. Aquí les dejo este botón de muestra para que juzguen por ustedes mismos.

lunes, 9 de enero de 2012

Cenerentola por Marriner

ROSSINI: La cenerentola.
Agnes Baltsa, Francisco Araiza, Ruggero Raimondi.
Academy of St. Martin in the Fields. Dir: Neville Marriner.
Decca, 4705802.
2 CDs - 149'10''
DDD
Universal
***


Bastante lograda resulta la labor de Sir Neville en La Cenerentola, aunque se pueda echar de menos algo de espontaneidad y luminosidad italianas. Notabilísimo el elegante Araiza, tan recurrente a las medias voces, mientras que la Baltsa atiende a todas las facetas del personaje sin terminar de profundizar en él. Raimondi no impresiona en lo vocal, pero nos descubre la faceta más mezquina de Don Magnifico. Alaimo es un Dandini algo soso. Como hay muy poca competencia en serie media, y menos aún con tan estupendo sonido, el registro es recomendable.
________________________________
 
Texto extraído de un artículo publicado en el número de febrero de 2003 de la revista Ritmo sobre el segundo lanzamiento de la serie "The Opera Compact Collection", editada por Decca.

viernes, 6 de enero de 2012

Trovatore con Del Monaco y Tebaldi

VERDI: Il trovatore.
Mario del Monaco, Renata Tebaldi, Ugo Savarese, Giulietta Simionatto.
Orquesta del Gran Teatro de Ginebra. Dir: Alberto Erede.
Decca, 4705892
2 CDs - 102' 8''
ADD
Universal
***

De este Il Trovatore sorprende la relativamente buena calidad de la toma para tratarse de una grabación de 1956. Por lo demás, es un registro apropiado para cierto tipo de aficionado “tradicional”, concretamente el que va buscando más el poderío vocal que una intensa recreación dramática de la obra. Mejor, en todo caso, las estupendas Tebaldi y Simionato que el exhibicionista y brutal Manrico de Del Monaco o el vulgar Conde de Savarese. La dirección de Erede, de brocha gorda pero eficaz.

________________________________
 
Texto extraído de un artículo publicado en el número de febrero de 2003 de la revista Ritmo sobre el segundo lanzamiento de la serie "The Opera Compact Collection", editada por Decca.

jueves, 5 de enero de 2012

Sánchez Estrella: dimita, por favor

A la señora ha tardado poco tiempo en vérsele en plumero. Ya saben, María del Mar Sánchez Estrella, Delegada de Cultura del PP en el ayuntamiento de Sevilla que preside Juan Ignacio Zoido. La que mantiene el brutal recorte que ya inflingió al PSOE a la ROSS (enlace). La que lanzó el globo sonda de convertir en Festival de Música Antigua en cita bianual (enlace). La que suprimió las ayudas a los teatros para invertir esa cifra en un juego de lucecitas y proyecciones en la fachada del consistorio, pura cultura de escaparate (enlace). Esa misma.


Ya se intuía de qué pie cojeaba, pero ahora, con la dimisión -léase expulsión- hace tiempo esperada -pese a sonrojantes desmentidos de la munícipe- del director del Festival de Cine, lo ha confirmado plenamente. Lean las declaraciones: Sánchez Estrella desea que la próxima edición el festival esté "más abierto a la ciudadanía y menos orientado al cine minoritario y de autor" (enlace). ¿Comprenden?

Señora Sánchez Estrella: está usted haciendo un daño enorme a la cultura en Sevilla. Usted no es solo  insensible, sino una verdadera ignorante, por lo que no está en absoluto preparada para ejercer el cargo. Lárguese cuanto antes, por favor. El futuro cultural de Sevilla se lo agradecerá.


lunes, 2 de enero de 2012

La consagración de la Primavera: discografía comparada (I)

ATENCIÓN. Esta entrada queda aquí de manera testimonial, porque ha sido sustancialmente ampliada en este enlace.
____________

A estas alturas no les voy a descubrir a ustedes nada nuevo sobre el más famoso ballet de Stravinsky, estrenado en medio de un enorme escándalo el 29 de mayo de 1913 en el Teatro de los Campos Elíseos de París con coreografía de Vaslav Nijinsky y bajo la dirección musical de Pierre Monteux. Lo que sí les quiero proponer son estos apuntes que les pueden dar una idea de las tras grandes líneas interpretativas –complementarias entre sí, eso por descontado- que ha conocido en disco Le Sacre du printemps: la dura, seca y violenta, que es en cierto modo la “oficial” por ser la defendida por el propio autor, la propuesta digamos intelectual de Pierre Boulez, atenta ante todo al análisis de la portentosa escritura orquestal, y una tercera, en cierto modo inaugurada por Karajan y Bernstein, que descubre los numerosos lazos que, pese a todo, vinculan a la genial partitura con el pasado romántico e impresionista. Como en otras ocasiones, hemos puntuado las interpretaciones del uno al diez. Verán ustedes que, en la opinión de quien suscribe, el nivel medio de las grabaciones discográficas es altísimo a pesar de la incuestionable dificultad que entraña la interpretación de semejante obra maestra.

Stravinsky Consagracion Markevitch

1. Markevitch/Philharmonia (Testament, 1951). La pobre toma sonora no permite valorar del todo hasta qué punto el maestro ruso obtiene claridad de la fabulosa orquesta en esta interpretación fresca, vitalista, amén de magníficamente trazada sin parecer en ningún momento calculada ni intelectual. Ahora bien, siendo cálida y emocionante, y logrando la danza del sacrificio una alta dosis de frenesí, da la impresión de que en su grabación en estéreo –editada por Testament en el mismo compacto- Markevitch alcanzará cotas aún superiores de salvajismo y tensión interna. (9)


Stravinsky Consagracion Monteux Decca

2. Monteux/Sociedad de conciertos del Conservatorio de París (Decca, 1956). Sinceramente, no entiendo el enorme prestigio de esta grabación si dejamos a un lado el valor, indiscutible, de que fue Monteux quien estrenó la obra. Lo más interesante de su dirección me parece su tímbrica incisiva y descarnada, a lo que aquí contribuye una toma sonora, en temprano estéreo, seca y cortante. Su claridad es también admirable. El problema, aparte de la muy discreta calidad de la orquesta, es que la arquitectura no está bien construida. De hecho, los momentos más conseguidos impresionan más por la acumulación de decibelios que por la tensión sonora alcanzada. (6)


 Stravinsky Consagracion Markevitch

3. Markevitch/Philharmonia (Testament, 1959). Esta grabación sí que sigue manteniendo con plena justificación su enorme fama, siendo todo un modelo dentro de una línea dura, vitalista y salvaje, mucho antes espontánea que cerebral. Más adelante se escucharán interpretaciones más claras, más analíticas, desde luego más misteriosas y, en general, de mayor riqueza conceptual, pero pocas veces tan electrizantes y poderosas como esta, que culmina en una danza del sacrificio de un salvajismo inusitado. La excelencia de la orquesta hace mucho por el resultado. La toma sonora es algo turbia, pero la remasterización realizada por Testament del original de EMI recoge con fidelidad su amplia gama dinámica. (10)


Stravinsky Consagracion Sony

4. Stravinsky/Columbia (CBS-Sony, 1960). El compositor se reafirma a sí mismo con una lectura decididamente no solo antirromántica, sino también anti-impresionista, que procura evitar cualquier elemento de sensualidad –quizá por eso los pasajes lentos van algo apresurados en esta lectura- para centrarse en un discurso seco, tenso y violento, por momentos terrorífico, en el que sobresale la agresividad implacable que se acumula en toda la danza de la elegida. Lástima que la orquesta deje mucho que desear y que, en parte por ello mismo, la claridad diste de ser la deseable. Aun así, a conocer. (8)


Stravinsky Consagracion Monteux 50 aniversario

5. Monteux/Sinfónica de Londres (radio, 29 de mayo de 1963). En principio el morbo de esta retransmisión radiofónica es enorme, escuchar al casi nonagenario Pierre Monteux dirigiendo Le Sacre cincuenta años justos después de que él mismo estrenara la obra en París. Por desgracia, e independientemente de la precariedad de la toma, lo que nos encontramos es una interpretación mediocre desde el punto de vista técnico, por no decir chapucera, y muy desganada desde el expresivo. Particularmente grave es toda la primera parte, aquejada de una terrible flacidez. La segunda mejora un tanto gracias a la atmósfera nocturnal que el anciano maestro obtiene en su introducción y a que en la danza del sacrificio tanto él como la orquesta de la que por entonces era titular le ponen más ganas al asunto. Aun así, el resultado es tan pobre que se comprende que hasta la fecha no haya habido ninguna edición oficial de este registro. El interesado en conocerlo lo puede encontrar fácilmente en la red. (2)


Stravinsky Consagracion Ancerl

6. Ancerl/Filarmónica Checa (Supraphon, 1963). Hace tiempo que me pregunto por qué algunos aficionados tienen en tanta estima a la Filarmónica Checa de los años sesenta. ¿Están sordos? Por lo demás, nos encontramos ante una versión llena de fuerza telúrica, de brutalidad y estridencia, que pierde un tanto por su tendencia al ruido y al descontrol. Además, a la introducción de la segunda parte se le podía haber sacado más partido. La remasterización es horrorosa, aunque al menos mantiene la gama dinámica. (7)


Stravinsky Consagracion Karajan I

7. Karajan/Filarmónica de Berlín (DG, 1963-64). Esta fue la grabación que llevó al compositor a acusar a Karajan de ser un “bárbaro de salón”. Vista a día de hoy, la afirmación no pasa de ser la típica boutade stravinskiana. No se puede acusar precisamente a esta interpretación de carecer de fuerza o brutalidad. Si acaso, de dejarse llevar por el exceso de nervio -en la primera parte, sobre todo- y por caer puntualmente en el escándalo gratuito, así como por no terminar de ofrecer la deseable continuidad en el trazo. Quizá lo que molestase a Stravinsky fuese la manera en que el salzburgués, haciendo gala de una plasticidad y un sentido del color portentoso, subraya los aspectos atmosféricos y sensuales escondidos en la partitura, destacando en este sentido la introducción de la segunda parte y el arranque de la danza del sacrificio. (7)


Stravinsky Consagracion Ozawa

8. Ozawa/Sinfónica de Chicago (BMG, 1968). Aunque no especialmente divulgada, he aquí una magnífica versión, por batuta –jovencísimo Ozawa– y orquesta, que no aporta nada en especial en la primera parte pero resulta sorprendentemente brutal -sin llegar al descontrol, aunque sea algo efectista- en la segunda. Falta quizá un poco de atmósfera. (9)


Stravinsky Boulez Sony

9. Boulez/Cleveland (Sony, 1969). La propuesta de Boulez –existe una grabación anterior de difusión más limitada- llegó en el momento oportuno para demostrar que a la fiera no había que tenerle miedo. Pero lo hizo no domesticándola, sino estudiándola a través de un minucioso análisis del entramado tímbrico y rítmico en el que todas las líneas quedan al descubierto sin que se pierda de vista la arquitectura general, trazada con tensión implacable a pesar de la relativa lentitud, y adoptando ese punto de distanciamiento expresivo tan caro a Stravinsky y al propio Boulez. Se puede echar de menos el salvajismo de sus predecesores, como también esa sensualidad que otros maestros aportarán más adelante, pero es difícil entender la historia interpretativa de Le sacre sin esta reveladora lectura. (9)

 Stravinsky Consagracion Bernstein LSO

10. Bernstein/Sinfónica de Londres (CBS-Sony, 1972). Interpretación espontánea, dionisíaca y muy comunicativa, llena de fuerza, tensión y brutalidad, pero también cargada de misterio, de sensualidad y hasta de erotismo, comprometida en todo momento y no poco imaginativa, en la que hay que reprochar la escasa claridad del entramado orquestal, lo que puede deberse en gran medida a una grabación -en origen cuadrafónica- que en absoluto está a la altura de las circunstancias. Lástima. (9)

 Stravinsky Consagracion Solti Chicago

11. Solti/Chicago (Decca, 1974). Como era de esperar, Solti ofrece una versión realizada de un solo trazo, muy bien expuesta,intensa, comunicativa, incisiva en la tímbrica, brillantísima sin caer en excesos y de un elevado sentido teatral. Lástima que resulte algo precipitada en algunos pasajes a los que se les podía haber sacado mayor partido, y que no sea no todo lo reflexiva y misteriosa que debiera. Su grabación posterior quizá sea un punto mejor. (8)


Stravinsky Consagracion Karajan II

12. Karajan/Filarmónica de Berlín (DG, 1975). Karajan no debió de haber quedado muy contento de su primer registro cuando se dio tanta prisa en volver a grabar la obra para el mismo sello. Aparte de beneficiarse de una toma sonora más satisfactoria, el salzburgués ofrece ahora una lectura técnicamente más depurada, mejor planificada y con menos excesos, pero por desgracia hacen su aparición -ahora sí- algunos amaneramientos y narcicismos marca de la casa que terminan lastrando el resultado. (7)

 Stravinsky Consagracion Colin Davis

13. Colin Davis/Concertgebouw (Philips, 1976). Hay que elogiar la atención de la batuta a los aspectos misteriosos y atmosféricos de la obra, así como la soberbia ejecución por parte de la Concertgebuw, pero a Sir Colin le cuesta trabajo mantener la tensión int  erna e intenta paliar semejante insuficiencia con efectismos varios. El resultado es irregular, deslavazado. Muy buena la toma sonora. (6)


Stravinsky Consagracion Mehta NYP

14. Mehta/Nueva York (CBS, 1977). Irreprochable idioma y elevado entusiasmo logran una buena versión en la que se echa de menos virtuosismo por parte de la orquesta y en la que hay que reprochar a la batuta algún pasaje pesado en la primera parte y escasa claridad en el final, dicho con mucho empuje pero algo tosco. Alucinante gama dinámica en la remasterización realizada de modo casero por un aficionado en la red, que recupera una cuadrafonía demasiado espectacular, con muchos instrumentos por detrás del espectador. (7) 


Stravinsky Consagracion Muti

15. Muti/Philadelphia (EMI, 1978). Sin mostrar interés alguno por la sensualidad, la atmósfera ni la riqueza de colorido, pero sabiendo remansarse de la manera adecuada cuando es necesario, el aun joven maestro italiano hace uso de una orquesta impresionante y de una técnica de batuta no menos admirable para ofrecer una lectura dentro de la más estricta ortodoxia de lo brutal, de lo salvaje y de explosivo, aunque manteniendo todo siempre bajo el más estricto control y logrando inyectar la tensión, indesmayable, a través de la acumulación y no del exceso puntual. Falta, si acaso, un poco más de imaginación para alcanzar lo excepcional, como también una toma sonora de mayor claridad y definición tímbrica. (9) 


Stravinsky Consagracion Maazel

16. Maazel/Cleveland (Telarc, 1980). Si no fuera por un par de molestas excentricidades, podría decirse que se trata de una versión ortodoxa y muy bien llevada, que sin llegar en ningún momento a la genialidad atiende a tanto a lo sensual como a lo rítmico y sabe construir bien el edificio sonoro hasta lograr un final impactante. La grabación, espléndida y pasada a SACD, es la primera digital de la obra. (7)

 Stravinsky Consagracion Dorati

17. Dorati/Sinfónica de Detroit (Decca, 1981). Ya al final de su prolongada carrera discográfica, el maestro húngaro nos ofrece una recreación sanguínea y vitalista, con mucho nervio, quizá esto último en exceso, pues hay pasajes que podían estar paladeados con mayor concentración y sentido del misterio. En cualquier caso el excelente pulso de la batuta, el irreprochable rendimiento de la orquesta, el buen estilo y la sinceridad que desprende la interpretación terminan ganando la partida. (9)


 Stravinsky Consagracion Cascavelle

18. Markevitch/Suisse Romande (Cascavelle, 1982). Aunque han pasado nada menos que veintitrés años entre su última grabación oficial y este tardío testimonio radiofónico, el anciano Markevitch sigue fiel a sí mismo y vuelve a destapar la caja de los truenos para ofrecer una lectura impulsiva, vitalista y salvaje que parece salir de las mismas entrañas de la tierra. Lástima que el maestro no termine de aquilatar la arquitectura -por momentos está al borde de precipitarse, mientras que la claridad dista de ser la esperable-, y que la orquesta diste de ser precisamente la Philharmonia. La toma sonora tampoco está a la altura. (8)


Stravinsky Consagracion Bernstein DG

19. Bernstein/Israel (DG, 1982). El Bernstein de los años ochenta fue el más genial, pero también  en más proclive a la blandura. Aquí, por desgracia, dio la de arena. En realidad la primera parte está bien, aunque por momentos suene un punto deslavazada, sin toda la tensión interna posible. Lo que falla es la segunda, donde Bernstein sucumbe a la blandura -intenta ser sensual, pero le sale moroso- y el amaneramiento. Eso sí, se revelan algunos detalles orquestales que indican que estamos ante un gran director. (6)

Stravinsky Consagracion Rozhdestvensky

20. Rozhdestvensky/Sinfónica de Londres (Nimbus, 1987). Ya desde los primeros compases se evidencia que el maestro ruso va a optar por ofrecer una visión muy personal basada en un fraseo a ratos muy paladeado, una enorme atención a detalles orquestales que generalmente pasan desapercibidos y, sobre todo, una potenciación de los aspectos más misteriosos y atmosféricos de la página, lo que no le impide ofrecer en los clímax una buena dosis de brutalidad. Por desgracia la lentitud con que aborda la primera parte le hace perder el pulso seriamente desde la danza de las adolescentes hasta la aparición del sabio, momento a partir del cual sí nos encontramos con la grandísima interpretación esperable. La toma sonora, de volumen bajísimo, es algo difusa, aunque ofrece a cambio una gama dinámica extraordinariamente amplia. (8)

Stravinsky Consagracion Barenboim Paris

21. Barenboim/Orquesta de París (Erato, 1987). Las ingenieros de sonido lograron en este registro recoger toda la gama dinámica de la partitura, pero lo hicieron –como ocurre en el de Rozhdestvensky– a costa de realizar la grabación a un volumen extremadamente bajo. Como además la toma resultó bastante desequilibrada en planos sonoros y un punto reverberante, muchos aficionados nos formamos una idea negativa de la interpretación. Vuelta a escuchar, pero dándole mucha caña al potenciómetro, creo que la opinión era equivocada: nos encontramos ante una muy buena lectura de la obra en la que, a despecho de una planificación horizontal no del todo lograda y echándose de menos una orquesta de mayor fuste, Barenboim subraya acertadamente los aspectos “góticos” de la obra sin salirse de tiesto en los estilístico y sin renunciar a la brutalidad cuando debe. En cualquier caso, su posterior registro con Chicago será muy superior. (7)


Stravinsky Consagracion Boulez DG

22. Boulez/Cleveland (DG, 1991). Boulez vuelve a la carga sin novedad en el frente. Nos encontramos pues ante una lectura sensacional, ortodoxa en su violencia y “falta de sentimientos”, algo parca en sensualidad, pero increíble en construcción, claridad y fuerza. Extrañamente la batuta afloja un poco las tensiones en los minutos finales, aunque así evita los excesos y el efectismo y el resultado, globalmente, es impresionante. La toma sonora es absolutamente portentosa por su claridad, naturalidad e increíble gama dinámica. Un disco que hay que tener, sin duda. (10)


Stravinsky Consagracion Solti Concertgebouw

23. Solti/Concertgebouw (Decca, 1991). Traducción opuesta a la de Boulez, nerviosa y sanguínea, muy vital, extrovertida y poderosa, de tímbrica colorista y aristada, que no desdeña en absoluto la reflexión ni la sensualidad, y que en contrapartida carece de una arquitectura redonda –como en su grabación con Chicago, hay pasajes a los que se les podía haber sacado más partido- y de una total claridad. A la toma sonora, muy extraña, le falta cuerpo. (9)


 Stravinsky Consagracion Jansons Oslo

24. Jansons/Oslo (EMI, 1991?). El aun joven Jansons se esforzó por ofrecer una interpretación sensata y ortodoxa, atenta a la claridad y reveladora de algún detalle nuevo, pero no logró otorgar unidad a la partitura. El resultado fue una interpretación un tanto deslavazada en la que se alternan momentos muy conseguidos con otros más bien flácidos y desganados. Su grabación más reciente con la Orquesta del Concertgebouw no la conozco. (7)


 Stravinsky Consagracion Haitink Berlin

25. Haitink/Filarmónica de Berlín (TDK DVD, 1 mayo 1993). En este concierto europeo ofrecido en el Royal Albert Hall por la increíble orquesta berlinesa, el maestro holandés entrega una versión extraordinariamente trazada y soberbiamente tocada, tensa y violenta sin dejarse llevar por el descontrol ni el exhibicionismo, siempre sobria y cortante, a la que sólo le falta algo más de atención a la sensualidad y al misterio para ser perfecta. (9)

  Stravinsky Consagracion Boulez BBC

26. Boulez/Sinfónica de la BBC (Medici Arts, 1997). Tensa, aristada, incisiva y magníficamente construida interpretación, como siempre en Boulez de extraordinaria claridad y contagioso sentido del ritmo, y de innegable idiomatismo. Como en su registro para DG, en los últimos minutos la violencia afloja un poco, pero aun así el resultado es excepcional. La orquesta no es la mejor posible, aunque es necesario destacar el partido que obtiene Boulez de las maderas graves. La toma sonora tiene sus limitaciones. (10)


Stravinsky Consagracion Barenboim Chicago

27. Barenboim/Chicago (Teldec, 2000). Al frente de una orquesta que sí está a la altura de las circunstancias y de una toma sonora de excelente calidad, Barenboim logra por fin materializar su concepto de la partitura basado en una admirable síntesis entre los aspectos románticos y modernos, los sensuales y los aristados, los misteriosos y los electrizantes, sin que cada uno de ellos esté desarrollado en su plenitud, ciertamente, pero con elevada atención a todos. Por ello, por la gran claridad de batuta y por la pasmosa intervención de la orquesta, nos encontramos ante una posible referencia. (10)


Stravinsky Consagracion Chailly Concertgebouw

28. Chailly/Concertgebouw (RCO Live DVD, 2002). Una lástima que esta filmación solo se pueda obtener comprando una caja de compactos de edición limitada, porque nos encontramos ante una versión muy personal que destaca por su poderosísima e inigualable sensualidad, en tímbrica y fraseo, mirando mucho a Rimsky pero sin perder el norte estilístico. El pulso es firme aunque la planificación dosifica con mucho cuidado la violencia, que no es especialmente brutal pero sí muy efectiva en los momentos clave. La toma sonora es de gran transparencia pero la dinámica está comprimida. En cualquier caso, otra referencia. (10)


Esto es ritmo

29. Rattle/Filarmónica de Berlín (DVD “Esto es ritmo”, 2003). Aun en una línea claramente dura y tendente a subrayar la brutalidad de la pieza, Rattle sabe extraer grandes dosis de sensualidad y de misterio en pasajes como la introducción o toda la primera mitad de la segunda parte, realizando algunos descubrimientos reveladores, siempre de una línea antes extrovertida y espontánea que analítica y calculada. El pulso se mantiene en todo momento y la coherencia interna es total. Formidable la orquesta, con algunas intervenciones solistas llenas de intención. La “edición del coleccionista” –no así la de un solo DVD- incluye dos versiones, una del ensayo general con sonido estereofónico y otra multicanal acompañando al ballet. La película, por si ustedes no lo sabían, es maravillosa. No se lo pierdan. (10) 


Stravinsky Consagracion Tilson Thomas Keeping Score

30. Tilson Thomas/San Francisco (DVD, 2004). Acompañando un fabuloso documental sobre la obra maestra de Stravinsky, el director norteamericano nos ofrece una muy ortodoxa interpretación de la línea dura, violenta, incisiva y de gran pujanza rítmica, controlando con firmeza a su notabilísima orquesta y no descuidando los aspectos más misteriosos de la página. A la primera parte le falta quizá un punto más de imaginación, pero la segunda alcanza la excepcionalidad tanto en su introducción como en la danza del sacrificio, absolutamente implacable. Imprescindible. (10)

 Stravinsky Consagracion Salonen

31. Salonen/Filarmónica de los Ángeles (DG, 2006). Versión bien encaminada, llena de misterio como también de brutalidad, muy idiomática y llena de tensión interna, pero que resulta algo tosca y muy tendente al ruido gratuito. Falta claridad, en parte debido a una toma sonora espesa y exagerada en las frecuencias graves. Un chasco. (7)


 Stravinsky Consagracion Gergiev bluray

32. Gergiev/Mariinski (DVD Bel Air, 2008). Este DVD es una joya por ofrecer la reconstrucción de la coreografía original de Vaslav Nijinsky, que aún hoy sigue pareciendo extraña y desconcertante, con la escenografía y los figurines correspondientes de Nicholas Roerich. Por desgracia, en el foso se encuentran una orquesta en muy baja forma y un director no solo incapaz de sostener las tensiones y de equilibrar los planos sonoros, sino entregado al puro efectismo para disimular sus carencias. El resultado es una versión musical deslavazada, confusa y bastante mal tocada que oscila entre lo canijo, lo rutinario y lo chabacano. El cuerpo de baile del Mariinski no parece gran cosa. La toma sonora recoge por los canales traseros abundante ruido del público. (3)

La Bella Susona: el Maestranza estrena su primera ópera

El Teatro de la Maestranza ha dado dos pasos decisivos a lo largo de su historia lírica –que se remonta a 1991, cuando se hicieron Rigoletto...