Creo que son cosas demasiado importantes como para que pasen desapercibidas.
PRIMERA
Respuesta dada el 19 de mayo por el señor Ventura Rico a la siguiente entrada de mi blog del día 10 de mayo:
https://flvargasmachuca.blogspot.com/2023/05/sevilla-202324-grandes-luces-muchas.html
Estimado Sr. Vargas Machuca, me dirijo de nuevo a usted con la turbación que me produce el no entender muy bien a santo de qué nos pone usted como ejemplo de contratación prescindible y costosa de entre todas las que realizará el Teatro Maestranza en la próxima temporada, intentando involucrarnos, además, en la actual situación de la ROSS.
Nuestros conciertos son tan prescindibles como cualquiera de los programados y su coste, que considero muy ajustado, responde a los gastos de nóminas de los músicos, tributos y gastos sociales (altas en SS, IRPF e IVA) más gastos de producción y organización. Evidentemente, si trabajásemos en negro o pagásemos miserablemente todo sería más barato. No sé cuál de estas dos opciones le resultaría a usted más atractiva en su condición de contribuyente, aunque respecto a su condición de trabajador, sólo nos cabe rezar porque a ningún demagogo se le ocurra comprar una calculadora y dividir su sueldo bruto por el número de horas lectivas que usted imparte anualmente.
Respecto al cacao mental que achaca a otros, por lo que le llevo leído, creo que usted padece ese mismo mal en grado sumo. Es, por una parte, partidario de grandes estructuras culturales de financiación estatal y, por otra, parece irritarle el que los grupos independientes tengamos algún tipo de presencia en la vida musical. En esto coincide con muchos responsables de instituciones públicas, estatistas por una parte y ultraliberales como usted mismo, cuando se trata de que nosotros nos lancemos a una competencia insostenible de resultas de la cual más del ochenta por ciento de los músicos independientes no llega a ganar el salario mínimo interprofesional.
Lo que sí me queda claro es su pertinaz inquina contra la OBS, pero no se preocupe, con lo azaroso y precario que es el día a día de cualquier grupo independiente, en cualquier momento pasamos a mejor vida y le damos una alegría.
Fdo. Buenaventura Rico Castelló
Orquesta Barroca de Sevilla
SEGUNDO
Mi respuesta, que encontrarán en el mismo hilo.
Nunca me alegraría que desapareciera una orquesta como la OBS. Creo que es un privilegio tener una orquesta así, pero un privilegio necesario. Recuerdo ahora unas palabras hace muchos años de Carlos Colón en Diario de Sevilla (¡eran otros tiempos!) diciendo que la Sinfónica de Sevilla era una orquesta de lujo, pero que no era un lujo; que la ciudad lo necesitaba y se lo merecía. Creo que lo mismo se puede aplicar a la Barroca, a todas luces una formación de gran nivel técnico, con independencia de que a mí algunos de los directores recurrentes me parezcan un horror desde el punto de vista expresivo.
Por el contrario, hay otras personas que sí desean que desaparezcan determinadas formaciones andaluzas. Que han tenido la desfachatez de presentar repetidamente a la Orquesta de la Fundación Barenboim-Said como a “la mala” que se lleva los dineros de “la buena”, no otra que la OJA, pese a que sus miembros son todos igual de jóvenes e igual de andaluces (a veces hasta son los mismos chavales). Y que no solo consideran que los músicos de la ROSS deben renunciar a sus reivindicaciones laborales, sino que podría reemplazárseles sin problemas por otra más barata y menos conflictiva; literalmente, por una orquesta low cost de plantilla reducida con aumentos puntuales según que repertorio (o sea, con un porcentaje importante de músicos en situación precaria, con todo lo que ello supone a nivel humano y artístico).
Todo ello lo hacen presentando como informaciones objetivas textos que no tienen otra intención que crear un estado de opinión que demonice a los músicos de la ROSS y presente recetas liberales para destruir lo que se ha construido con muchos años de esfuerzo: una red de músicos pagados entre todos, porque de otra manera, con una iniciativa exclusivamente privada, no podríamos poner al alcance de la mayoría de los españoles disfrutar en directo de un importantísimo repertorio. ¿Qué esto es compatible con la iniciativa privada? Sin duda. Está muy bien que haya formaciones como la OBS y que se organicen ciclos desde fuera de la administración, pero no podemos renunciar a la calidad y estabilidad de formaciones y ciclos musicales de iniciativa pública. Y eso es precisamente lo que se está poniendo en entredicho.
Pues bien, señoras y señores de la Barroca, da la coincidencia (o no tan coincidencia) de que esas mismas personas son las que llevan años y años tratándoles a ustedes como la niña de sus ojos, no solo presentándoles como modelo de lo que se debe hacer frente a lo que “no se debe hacer” (una vez más: lo privado frente a lo público), sino también poniendo por las nubes todos y cada uno de los conciertos que ofrecen. Y claro, los melómanos empezamos a cansarnos de que se diga que casi todo lo que ustedes hacen es maravilloso mientras que se muestra una actitud displicente, cuando no desdeñosa, frente a lo que ofrecen otros colegas que tampoco lo hacen mal, o que a lo mejor podrían hacerlo igual de bien que ustedes. Incluso hay quienes opinamos que un Plasson o un Soustrot ofrecen, en su terreno, muchísimo mejor gusto y más musicalidad que sus amadísimos (por ustedes de la Barroca, y por esas personas antedichas) Onofri y compañía.
Así que no me vengan con que les tengo manía y con que a cuento de qué me refiero a ustedes en todo este asunto que en las últimas semanas está haciendo arder los círculos musicales de la ciudad. Porque ustedes, durante muchos años, han jugado a recibir muy gustosamente las caricias de un grupo de personas de cuyos textos se han beneficiado de manera considerable, y que ahora andan haciendo cosas muy dañinas para otros músicos. En definitiva, ustedes han entrado desde el primerísimo momento en este juego que no tiene que ver con la manera que a uno le gusta o le disgusta que se hagan las interpretaciones musicales, sino con un modelo concreto de política musical y –también– de política en general.
TERCERA
Un párrafo del artículo escrito ayer por el economista Juan Luis Pavón en El Correo de Andalucía, que podrán ustedes encontrar aquí, para que lean completo y con atención.
https://elcorreoweb.es/opinion/columnas/la-autodestructiva-huelga-de-la-sinfonica-de-sevilla-YF8564331
El párrafo en cuestión reza así:
“Porque a los integrantes de la Orquesta Barroca de Sevilla, admirable iniciativa privada sustentada por músicos de indiscutible respeto a los derechos laborales y a la dignificación de su profesionalidad, jamás se les ocurrirá semejante desatino de una huelga parcial en las horas de concierto. Si incurrieran en cerrarle las puertas a los melómanos, la Barroca no podría sobrevivir y se extinguiría como empresa.”
Como ven, un perfecto ejemplo de lo que decía yo en la entrada anterior: la orquesta buena (OBS) frente a la mala (ROSS), el modelo de lo que se debe hacer (lo privado) frente a lo deficitario (iniciativa pública). Puro neoliberalismo. Pero es que, además, el párrafo es manipulador en grado extremo: la OBS nunca se va a poner en huelga, por la sencilla razón de que son autónomos. ¿Harían acaso una huelga contra sí mismos para reivindicar mejoras salariales? Eso sí, están en su derecho a pedir el salario que consideren oportuno. Ya lo he dicho en otra ocasión: en el Villamarta –cuando aquel Orfeo de Gluck de hace muchos años– se quiso contar con ellos, pero la cifra era tal que salía más barato traer a la Filarmónica de Transilvania. En el Real y el Maestranza sí que se han avenido a darles lo que piden: muy bien por ellos. Pero en huelga no se van a poner. La ROSS sí que lo hace, con toda la razón del mundo: lo que están pidiendo los de la Sinfónica es absolutamente justo y razonable, por mucho que los neoliberales quieran extender la peor imagen posible sobre ellos, igual que hacen con otros colectivos. Por ejemplo, el de los maestros y profesores.
Y ahí quiero detenerme. Juan Luis Pavón escribió durante años en Diario de Sevilla. Allí tuvo la oportunidad –fue subdirector– de arremeter en numerosas ocasiones contra el profesorado de la enseñanza pública, cuerpo al que pertenezco (afiliado a CC.OO., dicho sea de paso). Recuerdo un artículo en el que decía que teníamos que estar en los institutos durante el mes de julio, porque según él no trabajamos lo suficiente para lo que se nos paga; por desgracia, no lo he localizado en la hemeroteca. Sí que he encontrado este otro, abiertamente demagógico (“Piensen en sus hijos” es el título del texto) en el que se nos pide que permanezcamos más horas en el aula:
https://www.diariodesevilla.es/opinion/articulos/Piensen-hijos_0_236676570.html
Pues bien, relacionen lo dicho por Pavón con estas líneas, dignas de ser enmarcadas, lanzadas por el señor Rico en la réplica que habrán leído más arriba:
“(…) respecto a su condición de trabajador, sólo nos cabe rezar porque a ningún demagogo se le ocurra comprar una calculadora y dividir su sueldo bruto por el número de horas lectivas que usted imparte anualmente.”
Como ven, la misma idea. Idea falaz, retorcida y conscientemente manipuladora. Como esa misma de hacer creer que los músicos trabajan únicamente el tiempo en que están en el escenario, como si no existiesen no ya las imprescindibles horas de ensayo para cada concierto u ópera, sino mucho (¡muchísimo!) trabajo en casa para practicar con el instrumento: si no se hace eso, es imposible tocar con un mínimo de dignidad. Pues lo mismo en la enseñanza (concepto que, dicho sea de paso, algunos liberales confunden con "guardería en la que dejar a los niños mientras los papis estamos en el curro"). Un profesor no puede dar las clases con decencia si, con independencia de la cumplimentación de ese papeleo que crece y crece más cada año, de esta atención a padres y de esas reuniones imprescindibles en cualquier empleo, no se hincha de trabajar en su casa todas las semanas, y si además no dedica parte del verano a ampliar y actualizar conocimientos. No sé; como a Rico no le gusta que en mi blog ponga imágenes de su orquesta, a lo mejor estaría bien colocar aquí algunas fotos de una parte de mi biblioteca de temas históricos. Sí, lo voy a hacer (la biblioteca de temas musicales la dejo para mejor ocasión).
Pero bueno, ya que de sueldos hablamos, a mí no me importa hacer público que mi última nómina fue de 2.413 euros, correspondiente a más de 23 años en el cuerpo –circulando por toda Andalucía, con lo que ello implica de gastos– y a su correspondiente número de trienios y sexenios. A lo mejor el señor Ventura Rico tiene la bondad de desmentir el insistente rumor de que en su paso por el Teatro Real, además de mantener pésimas relaciones con el maestro Ivor Bolton, la OBS cobró una cifra astronómica. No lo hará, pero me alegra que sus líneas en torno a los profesores haya puesto en evidencia su verdadera ideología. Liberal, por descontado.
CUARTA
Este sábado la OBS ofrecerá un concierto bajo la dirección de Enrico Onofri. Alguien me sugirió ayer que acudiera. Bien es verdad que frente al pensamiento único sobre la OBS (¡siempre está maravillosa!) que se ha extendido entre todos (to-dos) los señores que ejercen de manera regular la crítica musical en la ciudad de la Giralda (algunos de ellos estrechos amigos de músicos que integran la referida formación), sería interesante que alguien escribiese desde una óptica muy distinta. Porque la Sinfonía nº 44 de Haydn por la OBS y Onofri la conozco en disco y, como he explicado en este mismo blog (aquí), me parece deplorable. Pero comprenderán ustedes que no voy a gastar dinero en la gasolina y en la entrada, además de poner en riesgo mi vida en la carretera –cada vez le tengo más miedo–, para pasar un mal rato musical.
Iría si ese concierto lo dirigiera algunos de los músicos “históricamente informados” que adoro y siguen en activo. Mis preferidos en todo ese terreno son –por este orden– Trevor Pinnock, Ton Koopman, Emmanuele Haïm, William Christie y Diego Fasolis, pero en el caso de Haydn incluiría en la lista a los irregulares Savall y Gardiner. Y no digamos a Christophe Coin y Andreas Spering, que sí que han trabajado con la formación hispalense. A ese interesantísimo músico que es René Jacobs no le he escuchado Haydn, pero a él y a los antedichos me encantaría disfrutarle en directo ese repertorio con la OBS.
Pero traen a Onofri, uno de sus favoritos. Y mi opinión es la que ya he expuesto: mucha electricidad, muchos contrastes y todo eso, pero también tosquedad, violencia gratuita, amaneramiento, falta de respeto al estilo (¡que esto es Clasicismo, no Barroco!) y un discutible gusto musical. Lo que tiene que resultar dramático –esta sinfonía lo pide–, que suene espasmódico. Lo lírico y meditativo, en plan blandito y llorica. Ordinariez en lugar de pathos, ligereza mal entendida en lugar de finura, cursilería reemplazando al vuelo lírico. O sea, típicos recursos de un artista que, para llegar al público por la vía más rápida –por otra no sabe hacerlo–, recurre al trazo grueso. Lo mismito que un Valery Gergiev, pongamos por caso: aquí hay dramatismo, así que vamos a hacer que todo suene mucho y muy tremendo, y más allá vamos a derramar lagrimitas porque la música es triste.
¿Qué hay gente a la que todo esto le gusta? Por descontado. Me parece maravilloso que la OBS ofrezca su concierto, que se llene de público y que se disfrute enormemente: al fin y al cabo, es una orquesta de muy considerable nivel técnico, que cree firmemente en sus valores y que le pone muchas ganas a lo que hace. Pero creo que tengo derecho a decir que estas maneras de hacer Haydn a mí me parecen un insulto no solo al genial compositor, sino también al buen gusto.
PD. La foto de Enrico Onofri está sacada de esta web de la que ustedes pueden obtener las entradas.
https://icas.sevilla.org/espacios/espacio-turina/agenda/orquesta-barroca-de-sevilla-1