jueves, 25 de mayo de 2023

La Missa Solemnis de Solti en Chicago

No conocía esta interpretación de la Missa Solemnis de Beethoven: Sir Georg Solti y sus fabulosos conjuntos de Chicago en el Medinah Temple, grabados por los ingenieros de Decca entre el 16 y el 18 de mayo de 1977. Desconfiaba de ella, por no decir más bien que esperaba un monumental batacazo del maestro. Pues no, aunque después de haberla escuchado tampoco se haya convertido precisamente en mi versión de referencia.

En realidad, lo que hace el maestro de origen húngaro no es sino ofrecernos una visión de una religiosidad católica firme, militante y afirmativa, de carácter marcadamente épico y una brillantez apabullante que nunca se convierte en un fin en sí mismo, sino en un medio para alcanzar el objetivo deseado: convencernos de las bondades de la Fé, así con mayúscula. ¿Significa esto que los pasajes más meditativos estén dichos de pasada? No exactamente. De hecho, se concede amplio espacio para la súplica tan íntima como fervorosa: especial mención para un Benedictus que se beneficia del violín maravilloso de Victor Aitai. Pero lo que sí es cierto es que se pierden los pliegues de esta música, y que aspectos como el humanismo, la sensualidad más o menos terrena y la espiritualidad más mística quedan un tanto relegados frente al despliegue de teatralidad que nos ofrece Sir George.

Dicho esto, hay que añadir un matiz importantísimo: en el Gloria el maestro se pasa de rosca. No es que se le vayan las cosas de las manos: el control que exhibe sobre la Sinfónica de Chicago es absoluto, su sentido de la brillantez y de la plasticidad son proverbiales, y el coro de la enorme Margaret Hillis hace todo lo que la batuta le pide y más (¡milagroso!), pero el temperamento extrovertido del maestro se lleva por delante la música.

Lucia Popp e Yvonne Minton, maravillosas. Mucho más discutibles Mallory Walter y Gwynne Howell. Total, una interpretación para amantes de la ópera y/o para católicos de firmes creencias. Para agnósticos y ateos, ya se sabe: Otto Klemperer construye uno de los más grandes prodigios de la historia de la interpretación musical (reseña).

Ah, el maestro Solti tiene otras dos grabaciones de la partitura, una con la Filarmónica de Londres y otra con la Filarmónica de Berlín. Desconozco los resultados.

3 comentarios:

xabierarmendariz88 dijo...

Bueno, pues no me parece tan sorprendente el resultado. Quiero decir: al contrario de lo que opinan David Hurvitz y algunos otros, siempre has opinado (creo que acertadamente) que Solti era un buen intérprete de las sinfonías de Beethoven. Así que cabía esperar que la Solemnis también fuera buena, desde una perspectiva teatral y enérgica, como siempre con el director húngaro. Claro, que si nos ponemos a hacer comparaciones, Don Otto gana en esta obra a todos con creces…
Y si se trata de buscar una versión realmente “devota”, (aunque no he escuchado la versión que comentas de solti en Chicago), creo que hay otro referente importante, que es la versión de Karl Böhm en su etapa final…


Arturo Hernandez dijo...

Concuerdo con tu apreciación. Te recomiendo su versión con los berlineses, resulta más meditativa en ciertos aspectos, y en lo que a mí respecta aquí si logra desprender esa espiritualidad que deseamos encontrar en tamaña partitura

Arturo Hernandez dijo...

Concuerdo contigo, a Solti siempre se le suele dejar por fuera como excelente intérprete de Beethoven, aún cuando a muchos se les tiene da ese mismo trato sin merecerlo. Es más a Solti se le subestima demasiado en general, eso siempre me ha llamado la atención. Y sí, su visión de la Missa Solemnis siempre parte de la teatralidad aunque no por ello deja de ser sorprendente que se haya acercado a la partitura en más de una ocasión cuando muchos otros ni siquiera la miran

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