jueves, 3 de enero de 2013

La caja de Solti y Chicago en Japón: interpretaciones de altura, edición chapucera

Ya dejé constancia en este blog de mi desencanto ante la mala calidad del trasvase a DVD realizado por Sony de dos de las tres filmaciones de Solti y la Sinfónica de Chicago en Japón, concretamente las que corresponden a 1990, al no haberse realizado la correspondiente mejora anamórfica de una imagen que ya en origen era 16:9 y no la 4:3 de los antiguos televisores. Pues bueno, al visionar al completo los contenidos he podido comprobar que mi ejemplar del concierto de 1986, el que trae la Haffner mozartiana y la Quinta de Mahler, realiza un parón en cada una de las obras que solo es salvable saltando de manera manual, con el mando a distancia, algunos segundos de la filmación. Imaginen mi sorpresa cuando examino físicamente el disco y descubro que en su cara inferior aparecen digamos que “grabados” dos círculos de aproximadamente un centímetro de diámetro, además de varios rayones curvilíneos en otros lugares de la superficie, prueba evidente de un serio problema en lo que es el “prensaje” del producto.

He intentado hacerme una copia en el ordenador, pero el láser del mismo no logra leer los datos: da error cuando llega a los pasajes problemáticos. Luego he descubierto que en mi otro aparato reproductor, el de Blu-ray, la lectura se realiza sin problemas, pero lo cierto es que el daño está hecho porque no he podido escuchar del tirón ninguna de las dos obras contenidas en el disco, que es como hay que escucharlas. Total, que Sony Classical no solo edita mal sus DVD, sino que también los fabrica de manera defectuosa. ¿Hace falta decirles que los próximos nos los “pediremos prestados” y dejaremos que se los compre Rita la Cantaora?


En cualquier caso, la calidad interpretativa es tal que quiero recopilar aquí las notas que he tomado tras las correspondientes audiciones, no sin recomendar a ustedes que lean lo que en su momento escribió Ángel Carrascosa en su blog advirtiendo que, en líneas generales, coincidimos en nuestras valoraciones.

El concierto del 26 de marzo, de mediocre calidad de imagen por tratarse de una realización televisiva y no de una filmación en celuloide como las que por las mismas fechas Unitel realizaba en Europa, arranca con la Sinfonía nº 35, Haffner, del genio de Salzburgo. Me ha parecido una interpretación no genial pero sí admirable dentro de la línea del veterano maestro, es decir, objetiva y sensata, de tempi más bien animados y un carácter extrovertido, digamos que juvenil, que no excluye la concentración a la hora de paladear las melodías ni la plena atención tanto a los aspectos lúdicos de la música como a los líricos y a los dramáticos, todo ello sin excederse en el pathos pero sin caer tampoco en la meramente trivial o en lo contemplativo. En cualquier caso los movimientos centrales no funcionan tan bien como los extremos, que son realmente extraordinarios gracias al carácter incisivo, vibrante y teatral de un Solti que, a diferencia de otros maestros, sabe modelar tal dosis de electricidad con la flexibilidad y el refinamiento apropiados.

El Mahler de Solti me gusta pero nunca me ha entusiasmado, salvando movimientos puntuales como el primero de la Segunda o el tercero de la Cuarta, que me parecen portentosos. Esta Quinta, sin pertenecer al modelo que a mí más me atrae (¡enorme Bernstein!), me ha parecido sin embargo espléndida de principio a fin. Haciendo gala de su absoluto control de la arquitectura, elevadísimo sentido teatral y capacidad para ofrecer una enorme dosis de brillantez sin caer en el mero espectáculo, Solti renuncia a todo ese hedonismo sonoro, sentido de lo decadente y agonía psicológica que habitualmente asociamos al mundo mahleriano para ofrecer una recreación rápida -que no precipitada-, directa, extrovertida, sincera y muy comunicativa. Logra así inyectar una enorme garra dramática en los dos primeros movimientos, sentido de los contrastes sonoros y expresivos en el tercero, lirismo tan sobrio como concentrado en el Adagietto y una buena mezcla de tensión, fuerza y júbilo en el final, todo ello con el concurso de una orquesta cuyo virtuosismo e incisividad resultan ideales para semejante enfoque. Como la toma sonora es espléndida (desde luego muy superior a la imagen), el disfrute está garantizado.

El DVD correspondiente al 1 de abril de 1990 ofrece solo una obra: los Cuadros de una exposición. Lo bueno es que trae media hora de ensayos y comentarios del propio Solti -en inglés- acerca de la manera en que Ravel mejoró la obra original de Mussorgsky con su orquestación, salvo en algunos números concretos donde el maestro argumenta con claridad por qué prefiere el original pianístico. En cuanto a la interpretación propiamente dicha, Solti repite su enorme logro de diez años atrás en estudio para Decca, de nuevo en una línea abiertamente mussorgskiana y en cierto modo poniendo al día la asombrosa y aún vigente lectura de Fritz Reiner de 1957, también con Chicago. Así, al igual que ese otro húngaro genial, nuestro artista ofrece una altísima dosis de teatralidad, despliega la más rica gama de colores imaginable -por lo dicho antes más rústicos e incisivos que ravelianos- y extrae las mayores dosis de brillantez y virtuosismo posibles de su orquesta, entregada al máximo, para ofrecer una lectura encendida y llena de electricidad.
 
Verdad es que no todo resulta insuperable: el gnomo podría estar mejor desmenuzado, en el viejo castillo se echa de menos la poesía de un Giulini o un Celibidache, las Tullerías se podrían plantear en plan menos gamberro, con mayor ternura, y en Bydlo se han escuchado interpretaciones aún más implacables. Sin embargo, me parece que nadie ha alcanzado a Solti en la vivacidad que ofrecen los pollitos, en la incisividad del retrato de Schmuÿle como viejo cascarrabias -y no como pobre que suplica-, en el carácter trepidante del mercado de Limoges, en el terror que producen las catacumbas y en la electricidad del vuelo de Baba-Yaga. Imponente, para terminar, una Puerta de Kiev grandiosa como nunca se ha escuchado, en la que además la orquesta luce una brillantez creo que inigualable por ninguna otra formación

De la velada del 15 de abril de 1990 se ofrecen, finalmente, dos obras de Beethoven. Comparando con la grabación para Decca de un año atrás que le conozco, en la obertura Egmont el maestro se supera a sí mismo con una interpretación excelentemente trazada, decidida sin caer en lo cuadriculado, electrizante sin ser nerviosa y comunicativa a más no poder. Se puede echar de menos poso reflexivo (¡genial Furtwaengler con la Filarmónica de Berlín en 1947!), pero se trata sin duda de una interpretación de mucha altura. En cuanto a la Quinta de Beethoven, me remito a lo que comenté en este blog: siendo de nuevo el nivel altísimo, la comparación con lo que los mismos intérpretes consiguieron en 1987 hace a esta palidecer un tanto en los dos primeros movimientos. En cualquier caso, las relativas insuficiencias de la batuta son compensadas ampliamente por una orquesta en verdadero estado de gracia que, en estos tres DVD y a despecho de los ya referidos problemas técnicos made in Japan, demuestra aquí haber sido, al menos en los tiempos de Solti, la mejor del universo.

5 comentarios:

jmfurtwangler dijo...

No puedo hablar de estos DVDs. Los que si tendo son los 4 DVD que vienen todos juntos en la entrega SIR GEORG SOLTI THE MAESTRO (DECCA), con Rossini (Oberturas), Mendelssohn (Sinfonías nº 3 y 4, y conc. violin), Bruckner (Sinfonías nº 6 y 7), Wagner (Oberturas), Richard Strauss, y en el DVD nº 4, Kodaly, Bartok, Weiner, Berlioz y la séptima de Beethoven.
Las críticas que he leido sólo han ensalzado lo de Kodaly y Bartok.
Por mi parte sólo puedo decir que todas estas interpretaciones están muy bien, demuestran el hacer típico de Solti, sin que los Rossini, Mendelssohn, Bruckner y la séptima de Beethoven digan nada especial.
Si estos DVDs Sony tampoco dicen mucho, nos encontramos entonces con pocos documentos audio visuales del maestro, dentro de lo sinfónico, que hagan honor a su trayectoria, ¿no?.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pues a mí sí me parece que en la caja de Decca hay algunas cosas admirables, como dije por aquí:

http://flvargasmachuca.blogspot.com.es/2009/01/solti-el-maestro.html

jmfurtwangler dijo...

Gracias por la reseña. No la había visto. Buen análisis.

jmfurtwangler dijo...

Tengo un problema de comprensión respecto a la elección de las editoras cuando en la actualidad optan por sacar al mercado un DVD en detrimento del Bluray.
Ejemplo: En primer lugar el que nos ocupa en este artículo ¿Por qué Sony opta en este caso por el DVD? ¿Podrían tener superior definición estos conciertos de Solti en Bluray?.
OTRA: Arthaus ha editado la 4ª de Bruckner por Celibidache también en DVD.
OTRA: Euroarts edita los conciertos para piano (1991) de Brahms, Schumann y Tchaikovsky por Barenboim/Celibidache igualmente en DVD.Por el contrario edita en Bluray la séptima de Bruckner, la del "reencuentro" (1992) de Celibidache/Berlin (Bluray que por cierto tiene calidad de DVD, UN ENGAÑO, PARA ENTENDERNOS).
OTRA: Sony reedita también en DVD una caja con las 6ª, 7ª y 8ª de Bruckner por Celibidache.
En definitiva, ¿qué pasa con el bluray?.
Me parece haber escuchado que las grabaciones antiguas que no hayan sido grabadas con técnicas de cine, aunque las reediten en Bluray no se ven mejor que en DVD. ¿Es esta una de las razones por lo que estas empresas nos perdonan unos euros al no haccernos comprar Bluray?. ¿O tal vez dentro de unos meses nos sorprenderán con todo este material en Bluray para volver a sacarnos los cuartos?.
Me gustaría tener unas directrices para saber a que atenerme.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Eso mismo digo yo. En principio, el material más apto para sacar en el nuevo formato es el filmado en celuloide, no el de televisión analógica, pero las editoras se mueven por criterios a veces incomprensibles.

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