Un año más sin la visita de Daniel Barenboim y la West-Eastern Divan a tierras andaluzas. La crisis sanitaria ya no tiene nada que ver, sino más bien el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía: aunque la Fundación Barenboim-Said en teoría sigue existiendo, lo hace fusionada con otras dos fundaciones, Tres Culturas y El Legado Andalusí, en un proceso de reorganización del sector público emprendido por el Partido Popular –con el apoyo y aplauso de la ultraderecha de VOX– que no tiene que ver solo con la desvinculación entre estado y cultura que es propia de los "liberales", sino también con el pensamiento más reaccionario: todo lo que suene a progresismo y/o multiculturalidad hay que mantenerlo a raya.
Muy bien, Barenboim ya no viene por aquí. ¿Ha llegado más dinero a nuestros conservatorios? ¿A nuestros teatros? ¿A nuestras orquestas? ¿A nuestros jóvenes artistas? No. Simplemente, como todos sabíamos desde el principio, hemos perdido unos conciertos que eran aplastantemente superiores a los que acostumbramos a escuchar al sur de Despeñaperros, y que siguen reventando la taquilla en Salzburgo, en Lucerna y allá donde se les quiera. No nos engañemos: de lo que se trataba era de destrozar un proyecto que "olía a progre", que hablaba de diálogo, del respeto a la alteridad y de esas cosas. Todos hemos salido perdiendo.
PD. En el YouTube de arriba tienen lo que este año hemos dejado de escuchar. ¡Bravo por los señores del PP, bravo por los presuntos melómanos que hicieron todo lo posible porque perdiéramos todo esto!
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