viernes, 22 de febrero de 2019

Concierto inaugural de Nelsons en Leipzig

El sello Accentus edita el programa que abría el pasado año la titularidad de Andris Nelsons frente a la Orquesta del Gewandhaus de Leipzig, filmaciones correspondientes a los días 22 y 23 de febrero de 2018 recogidas en Blu-ray con excepcional calidad de imagen y un sonido formidable; a un volumen muy bajo, desde luego, pero precisamente para garantizar una gama dinámica lo más amplia posible.

 
Comienza con una obra del para mí desconocido Steffen Schleiermacher (Halle, 1960) titulada Relief for orchestra. Nada nuevo dice, pero está escrita con enorme dominio de los medios y engancha de principio a fin. La interpretación es prodigiosa: Nelsons hace exhibición de verdadero talento para el ritmo y sabe no confundir la virulencia más o menos expresionista con el nerviosismo, permitiendo que la música respire con naturalidad y se desarrolle con la adecuada expansión lírica. La orquesta demuestra que la centenaria tradición no es su única baza: sin ser de las grandísimas, posee virtuosismo más que suficiente para enfrentarse a retos complicados.

Del magistral Concierto para violín de Alban Berg ya tenía Nelsons dos filmaciones: una de 2010 con Baiba Skride junto a la Filarmónica de Berlín disponible en la Digital Concert Hall y otra de 2014 con Isabelle Faust y la Orquesta de Lucerna, editada por Accentus con el desacierto de superponer locuciones a los primeros minutos de la partitura. Esta vez sí que está todo en orden, aunque es la Skride quien vuelve a ser protagonista. Una pena, porque su compañera resultaba más intensa. La violinista turca toca estupendamente –hay un breve desliz sin la menor importancia–, pero su enfoque mayormente lírico no termina de transmitir toda la poesía doliente que anida en los pentagramas. Adoptando un enfoque similar, y por ende ofreciendo cantabilidad, atmósfera y sensualidad en grandes dosis, Nelsons, se muestra más rico en concepto y, sobre todo, más intenso en sus emociones. Como en las anteriores oportunidades, el desarrollo hacia los clímax es de una lógica y naturalidad asombrosas, mientras que las texturas están tratadas con enorme sutileza. Quien prefiera visiones mucho más ásperas, ahí tiene el irrepetible milagro de Zukerman y Boulez.

Sinfonía Escocesa en la segunda parte del programa. Lógico, porque Mendelssohn estrenó la obra con esta misma orquesta allá por 1842. Muy buena la lectura de Nelsons, pero solo eso: demasiado poco para el director más interesante de su generación, muy por encima de Dudamel y de Nézet-Seguin, no digamos de Thielemann o de Kirill Petrenko. Acierta en el sonido, transparente y un punto leve pero en absoluto volátil o falto de músculo, lo que sería un error. Acierta también en el fraseo, muy cantable y natural –nada de ese nerviosismo presuntamente mendelssohniano en el que caen otros maestros–, en la muy medida gradación de las dinámicas y en el empaste a medio camino entre la finura y la rusticidad. Y acierta en la expresión, combinando ensoñación, vivacidad, carácter tempestuoso, lirismo amargo y grandeza. Pero no acaba de destilar toda la magia poética de esta música, esa misma que extrajo en sus diferentes recreaciones un Klemperer aquí muy superior a cualquier otro maestro que se haya enfrentado a la obra. Y se equivoca Nelsons, me temo, a la hora de optar por un tempo excesivamente rápido para el Scherzo, expuesto con virtuosismo innegable pero precipitado.

Un Blu-ray recomendable, pues, pero en absoluto imprescindible. Ustedes verán.

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