viernes, 15 de marzo de 2013

Winterreise para el nuevo Papa

He procurado leer opiniones contrastadas sobre el nuevo Papa. Y he llegado a la conclusión de que hay tantos intereses en juego que resulta imposible saber si colaboró con la dictadura argentina –incluyendo el feo asunto de robo de bebés– o se mantuvo razonablemente prudente frente a ella; si su incuestionable austeridad es sincera vuelta al espíritu más comprometido del cristianismo o pose teatral de corte populista; si su muy justificada beligerancia contra las desigualdades sociales le implica verdaderamente contra quienes las hacen posibles o por el contrario se suaviza ante el poder del dinero. Pero lo que parece completamente cierto es que el entonces Cardenal Jorge Bergoglio escribió en 2010 lo siguiente (los subrayados son míos):

“El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones. Recuerdo una frase de Santa Teresita cuando habla de su enfermedad de infancia. Dice que la envidia del Demonio quiso cobrarse en su familia la entrada al Carmelo de su hermana mayor. Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento) sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.

Pues bien, al nuevo Pontífice le dedico este vídeo donde Peter Pears y Benjamin Britten, unos señores que tuvieron muy claro que el amor verdadero que mueve a dos personas a convivir juntas va mucho más allá de cuestiones reproductivas y que, por ende, no tuvieron problema alguno a la hora de mostrar al mundo su condición, explican e interpretan fragmentos del Viaje de Invierno de Franz Schubert, esa obra maestra absoluta sobre la absoluta soledad humana (acongojante el tenor en Der Leiermann, por cierto). Y aprovecho para desearle al Papa Francisco el más rotundo fracaso en este aspecto concreto de su doctrina.

16 comentarios:

Pablo dijo...

Mucho me temo que dada la edad de los cardenales del Cónclave, la posibilidad de que saliera un Papa que igualara la posición de la mujer respecto a la del hombre en la Iglesia católica (por ej. con el acceso al sacerdocio), que permitiese el matrimonio de personas del mismo sexo y lo extendiese también a los sacerdotes o que evolucionase en aspectos sociales y teológicos (anticonceptivos, etc.) era imposible. O mucho me equivoco o habrías podido escribir la misma entrada saliese quien saliese.

Esperemos al menos que inspire a la gente a practicar la fraternidad. Con independencia de que no siempre haya sido así, mucha gente ve a la figura del Papa como un icono del pacifismo, así que esperemos que al menos funcione de esa manera.

bruckner13 dijo...

Maravilloso documento me has descubierto Fernando.

Con respecto a la Iglesia Católica pues no esperaba menos del nuevo Papa. Más pronto que tarde tendrán que pedir perdón (de nuevo) por las injusticias que cometen.

Saludos

Unknown dijo...

se conocia esta postura de fundamentalismo grotesco del ahora papa bergoglio aqui en argentina. por el momento lo que rige es una cierta euforia por estar de alguna manera en la cima de la consideracion mundial. tambien hay mucha gente que espera que el papa sea un operador geopolitico contra los gobiernos populares de la region, mientras uno supone que debera actuar fuerte dentro de la estructura de la iglesia para mejorar la imagen de la institucion. hay que reconocerle su don de gentes. aqui viajaba en el transporte publico y hacia visitas personales a las zonas marginales de buenos aires. un papa "populista" , pero politicamente conservador y duro. bah, de derechas. a mi el entusiasmo me duro menos de un minuto.

pd: lo felicito por el blog. me ha servido muchas veces de guia para uno que se aficiono de grande a la musica academica. un saludo desde argentina.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pablo: completamente de acuerdo en lo que dices. Del machismo terrible y vergonzante de la Iglesia Católica (heredado del mundo hebreo, por cierto, y compartido por el Islam) he preferido no hablar.

Bruckner 13: es precioso el documento, sí. Ya veremos con respecto a Francisco, hay cosas que me gustan de él y otras que no me hacen la menor gracia.

Joseorlando: ¡me hace una enorme ilusión que me lean desde Argentina! Siento una enorme empatía hacia ese país, y no solo por mi admiración hacia Barenboim y Les Luthiers. Tiene... "algo". Me alegra también que mis pobres comentarios puedan servir a los demás, aunque también me gustaría que mucha más gente se animase a hacer sus propios blogs para poder leerles. Un cordial saludo.

JAVIER M.F. dijo...

Mira Fernando, estoy bautizado, confirmado y casado por la Iglesia. A misa no voy nunca, como mucho el domingo de ramos como acto no sólo católico sino cultural, con los niños. Dicho lo anterior te digo que si esa declaración del Papa es lo peor o más grave que se le puede achacar, entonces sin duda tiene unos antecedentes inmaculados. Con esa declaración es consecuente con la doctrina de la Iglesia, y, en el fondo, creo que compartimos una gran mayoría que el matrimonio natural es entre hombre y mujer. Esto último tiene muy poca discusión a no ser que se quiera llamar a lo blanco negro y a lo negro blanco.
El vídeo muy bien pero no mezclemos cosas. ¿Amor entre dos hombres?. Muy bien, si se quieren adelante, pero ¿eso es natural?. Mas bien va a ser que no.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Tampoco es natural que el hombre vuele. Si Dios hubiera querido, le hubiera dado alas. ¿No es eso lo que decían antes? Esos aviones de Satanás... Tampoco es natural la transfusión de sangre. ¡Qué bien hacen los Testigos de Jehová en considerarla pecado!

Personalmente, estoy de acuerdo con Fernando Savater cuando afirma que una de las cosas que diferencia al hombre de los animales es poder separar el sexo de las cuestiones meramente reproductivas, y de encontrar placer más allá de la mecánica de la pareja.

De encontrar el placer y de encontrar el amor, añadiría yo, empezando por el amor entre sexos distintos, la fidelidad del matrimonio y el amor para toda la vida entre hombre y mujer. ¿Es eso natural? Lo "natural" sería más bien el apareamiento con el mayor número posible de parejas para asegurar el mantenimiento de la especie, eso que tanto preocupa a algún miembro de nuestra clase política.

Por fortuna, toda la evolución del ser humano se ha basado en el alejamiento de "lo natural" para ir más allá. La posibilidad de que dos hombres conozcan el matrimonio es solo un pasito más, en el terreno de lo social, en ese largo proceso.

Bruno dijo...

Realmente la historia de la Iglesia es tremenda. Ayer leía lo de San Juan de Ribera y los moriscos. Y lo hicieron santo.
Pero la interpretación de ese texto no es para tanto. Está defendiendo el uso de la palabra matrimonio para un tipo de unión específico hombre-mujer. Ya puede imaginar que también ahí entran cantidad de variables y circunstancias, desde las más ortodoxas a las menos, desde el punto de vista de la Iglesia. Es la doctrina oficial histórica sobre el matrimonio eclesiástico. Un hombre y una mujer unidos para siempre. Con todas sus repercusiones sobre la estructura de la sociedad.
Sí que rechaza claramente, con una pirueta, el derecho a adoptar por las parejas homosexuales, que es otro asunto y controvertido.
No alude y por lo tanto no califica otras uniones, lo que sería deseable, extendiendo explícitamente su caridad hacia ellas. El silencio. Ya veremos al final en qué lugar acaba eso. Pero estamos muy lejos de que lo considere sacramento. La Iglesia trata de sacramentos. La sociedad civil de uniones.
Pero por lo menos ya no se anatemizan otras uniones al margen del matrimonio oficial. Están pasando al limbo. Se empiezan a tolerar.
La Iglesia es una organización religiosa que se rige por sus principios y su historia. No una organización civil. Y no pide adhesión absoluta a sus principios. Ni siquiera hay unanimidad entre sus miembros destacados. Tampoco amenaza, ahora, a los no creyentes. Cada uno sigue su camino.
Lo de la naturalidad iría con los griegos y sus costumbres. Cada uno a lo suyo. Simplemente la Iglesia tiene esa postura oficial y no la cambia porque existan otras costumbres. Es una manera de vivir la vida. Un prototipo. No una exclusiva.
Al robot

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bruno, el texto a mí sí me parece muy tremendo: decir que Satanás está detrás del matrimonio homosexual es terrible. Mucho más responsable es el Diablo de, por ejemplo, las desapariciones de personas durante ciertas dictaduras, como esa a la que presuntamente el actual Papa no se enfrentó como debía haber hecho alguien realmente comprometido con los débiles.

En cuanto a la moral católica, en su perfecto derecho está la Iglesia en defenderla. Pero aquí va más allá: en el momento en el que quiere prohibir el matrimonio homosexual, lo que hace es pretender imponerla. Esta figura jurídica no hace daño a nadie, por el contrario, puede dar felicidad a muchas personas. La Iglesia no gana nada prohibiéndolo, porque los matrimonios heterosexuales que quieran pasarse por el altar lo seguirán haciendo. Algunos o muchos homosexuales, sí.

En cuanto a la cuestión de las adopciones, tengo muy claro que lo que más necesita un niño es ver amor entre sus padres. Eso no siempre se da en el mundo heterosexual, con tantas y tantas parejas que se mantienen -con terribles tensiones diarias- por miedo a tener que hacerse un nuevo futuro. Y a nadie se le ocurriría arrebatarle el niño a sus padres, ¿verdad? Un saludo.

pastoso dijo...

Querido Bruno (¿Giordano?):

eso de que la Iglesia va por su camino es un chiste, ¿no? Porque si por algo se ha caracterizado la Iglesia en estos tiempos es por su empeño de establecerse como regulador oficial de la moral. Además claro de intentar y presionar para que se legisle o se deje de legislar en este bendito país para alinear las leyes con su moral.

Puede parecer un poco de locos pero es así: el estado permite que se casen dos hombres y la Iglesia en vez de meterse en lo suyo y de decirle a los hombres cristianos mariquitas que ellos no se casen que eso va contra su moral se dedican a presionar al estado con todas sus fuerzas para que no aprueben esa ley o la retiren, o sea, para que dos mariquitas ateos no se puedan casar.

Bruno dijo...

Yo no leo que diga que el Samiel esté detrás del matrimonio homosexual, sino que está en el logro de extender el concepto de matrimonio hombre mujer al resto de uniones.
Si sobre su comportamiento en la dictadura ya dice, con prevención, “presuntamente” es mejor que calle y espere a que se repose y aclare toda la agitación propagandística que nos inunda a favor y en contra. Pero ya se sabe que todos los católicos, en honor a los progres, debieron ir al martirio total y presentarse en la escuela de Mecánica y decir que Videla se tragara su dictadura. Y, si no los torturaban a la primera, a hacerse el harakiri. Lo que debieron hacer , es un suponer, todos los españoles que nacieron antes de 1975.
Repito que lo que la Iglesia no quiere es el matrimonio homosexual como nombre y como matrimonio posible. En general no dice nada sobre uniones civiles, y reguladas por ley, de los homosexuales. Fíjese que antes se hacía hincapié: “me he casado por lo civil”, “mi compañera”. Se quería diferenciar del matrimonio canónico. Y de hecho uno se casa por la Iglesia y/o se une por lo civil. En dos actos distintos.
Es curioso que trate del amor de los padres como ligado a la naturaleza de la unión. Casi da a entender que es más seguro el amor al hijo en un matrimonio homosexual. La sociedad, y la iglesia, tratan de regular la mejor adopción posible. En un asunto en que es imposible acertar en todos los casos. (También parece que da por seguro que las parejas homosexuales no riñen jamás)
Realmente se debería preguntar al niño: ¿qué prefieres? Pues al igual que la sociedad civil pone restricciones de edad del adoptador y adoptado, perfil de los padres, situación económica, y otras que no me sé, no es tan extraño que se le ocurra que es mejor que la pareja sea heterosexual. Lo que no asegura nada. Excepto la previsible extendida opinión que es mejor, aunque sólo sea por condicionantes actuales sociales, que la pareja no sea homosexual. A fin de cuentas se le está buscando lo que se cree un mejor ámbito generalmente aceptado.
Lo que no sé es a qué se refiere con quitarles un hijo a los padres. Si son homosexuales no lo han tenido. Y si lo han adoptado por cualquier mecanismo formal o informal no creo que se lo quiten tan fácilmente. (Si se refiere a épocas pretéritas, pues podemos discutir cualquier cosa de entonces desde el punto de vista de ahora)
Pastoso: eso de que marca la moral sí que es un chiste. ¿Le parece que tiene mayor influencia ahora en la vida diaria excepto en los practicantes en mayor o menor grado?
Por supuesto que es un grupo de presión e intenta influir en nombre de todos los que representa? ¿O acaso Ud. le niega ese derecho y se lo concede a los Clubs de fútbol? No sé qué manía hay de que la Iglesia Católica no opine.
Le reitero la diferencia entre matrimonio como sacramento de la Iglesia y leyes para regular la unión civil de los humanos. Me troncharé cuando un cura integrista irrumpa en un hogar homosexual blandiendo la Biblia.
Que no es que no se puedan unir dos mariquitas, como Ud. dice, sino que no se llamen matrimonio con el mismo estatus que el tradicional de la Iglesia. Una cuestión de terminología y conceptual.
Saludos a todos y ….al robot.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pastoso, completamente de acuerdo. Quizá conviene añadir que la Iglesia Católica, además de intentar impedir que los homosexuales no católicos llamen "matrimonio" a su "arrejuntammiento", pide en su último catecismo a los homosexuales cristianos que se mantengan en la castidad, con lo que colaboran a la represión e insatisfacción en un aspecto tan fundamental para el ser humano como es el sexo, de los gays creyentes dispuestos a hacer caso a la moral católica. A que cambien el placer y la comunicación corporal entre dos personas por rezar el Santo Rosario.

Esto me recuerda el caso del libro de religión que manejaban los niños de la ESO de un instituto en el que estuve hace ahora unos ocho o nueve años. Dedicaba una página entera a hablar de los peligros de la masturbación. Y no solo de los peligros morales según la doctrina católica, algo de lo que la Iglesia está plenamente autorizada para hablar, sino también de los peligros más "terrenos": se aseguraba en esa página que los científicos afirman que hay una clara relación entre la masturbación y el desarrollo de trastornos psicológicos; algo que -obviamente- la ciencia niega, cosa que los niños no saben. Manipulación se llama eso, aunque loego ellos son los primeros en decir que lo manipulador es la asignatura de Educación para la Ciudadanía, esa misma que ha sido destrozada por el ministro Wert en la reforma que ha preparado.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bruno, afirma usted: "Yo no leo que diga que el Samiel esté detrás del matrimonio homosexual, sino que está en el logro de extender el concepto de matrimonio hombre mujer al resto de uniones". Me lo explique. A mí me parece que quiere decir exactamente esto.

A continuación me echa en cara que no está claro el comportaminto durante la dictadura del nuevo Papa, cuando yo precisamente comencé mi entrada diciendo que "hay tantos intereses en juego que resulta imposible saber si colaboró con la dictadura argentina". ¿Me lee usted o solo lee lo que quiere leer? Lo que sí afirmo es que Jorge Bergoglio no escribió ninguna pastoral contra Videla, pero sí alzó su voz contra el matrimonio homosexual, lo que implica que le prepcupa más o segundo que lo primero, o al menos sí se atreve contra esta cuestión y no con la otra. Y eso me parece como mínimo cobardía, y probablemente una buena dosis de hipocresía, teniendo en cuenta que hay mucho más Maligno (si se quiere creer en ese concepto, claro)en lo que hicieron los militares que en la figura jurídica del matrimonio gay.

Afirma usted que la doctrina católica "en general no dice nada sobre uniones civiles". Falso. Una pareja no unida ante el altar está conviviendo en pecado. Si por ellos fuera, el matrimonio civil no existiría, y menos aún el divorcio... que tampoco existe para la Iglesia Católica, claro, excepto cuando se paga mucho dinero: ¿recuerda el caso de Rocío Jurado?

Por cierto, obligando a mantenerse casadas a dos personas que no se aman, la Iglesia contrubuye a generar un nido de odio en la familia que termina repercutiendo seriamente en el desarrollo psicológico de los niños, eso mismo que tanto preocupa a los sacerdotes cuando se trata de la adopción: ya se sabe, que si se van a burlar de ti porque "tu mamá se llama Ramón". De nuevo una hipocresía brutal. Y yo no he dicho que un matriminio gay ofrece con mayor seguridad amor al hijo, Bruno, no manipule mis palabras. Lo que sí afirmo es que no tiene por qué ofrecer menos, y que si no se le quita el niño a una pareja heterosexual de violencia doméstica diaria (salvo que las agresiones lleguen al niño), no sé por qué hay tanta repugnancia ante el hecho de que dos gays puedan adoptar.

O sí lo sé: el pavor atávico ante lo diferente, ese mismo que se justifica en tantísimas religiones con la expresión "Dios lo quiere así" para proteger al ser humano del cambio.

pastoso dijo...

Fernando, en tu último párrafo has dado en el clavo. No tiene sentido continuar la discusión porque cuando alguien apela a la fe es imposible discutir:

Juanito: La Tierra es redonda.
Curilla: La Tierra es plana.
Juanito: La Tierra es redonda porque si coloco un palo en Londres y mido la longitud de la sombra a las 15:00 veo que son 40cms. Si un amigo coloca un palo igual a la misma hora en Murcia y mide la longitud de la sombra verá que son 48cms. [ Explicación matemática del experimiento de Eratóstenes ]. Luego la Tierra es redonda.
Curilla: La Tierra es plana porque lo dice Dios y lo dice la Biblia.
-- Fin de la discusión --

pastoso dijo...

Fernando, en tu último párrafo has dado en el clavo. No tiene sentido continuar la discusión porque cuando alguien apela a la fe es imposible discutir:

Juanito: La Tierra es redonda.
Curilla: La Tierra es plana.
Juanito: La Tierra es redonda porque si coloco un palo en Londres y mido la longitud de la sombra a las 15:00 veo que son 40cms. Si un amigo coloca un palo igual a la misma hora en Murcia y mide la longitud de la sombra verá que son 48cms. [ Explicación matemática del experimiento de Eratóstenes ]. Luego la Tierra es redonda.
Curilla: La Tierra es plana porque lo dice Dios y lo dice la Biblia.
-- Fin de la discusión --

Bruno dijo...

Corto y pego la frase que Ud. nos pone del Cardenal donde se cita al demonio:

“ Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra.”

Hay muchos pecados introducidos por el Demonio, aquí cita la imagen de Dios: hombre y mujer. La Iglesia está en desacuerdo con muchos comportamientos pero no sataniza, ahora, la homosexualidad. No en ese artículo que es lo que me movió a escribir y por lo que pensé que no era para tanto. ¿Realmente es un asunto de número de pastorales o ya está informado verazmente del comportamiento respecto a la dictadura? Porque leo lo que Ud. dice y luego afirma otra cosa. Ya sabe lo que le preocupa más. Sólo caben dos cosas en la cabeza del cardenal.
La iglesia mantiene unos prototipos de comportamiento. No me corresponde ni se me ocurre a mí defenderlos. Pero no se me ocurre que haga una doctrina a mi medida, ni retuerzo lo que leo para incrementar mis razones o mis desacuerdos.
La iglesia no le impide separarse. No le vuelve a casar por la Iglesia. Eso del pecado es estar fuera de la Iglesia. Como si fuera obligatorio o necesario estar sin pecado pero no aceptar las reglas de la iglesia, que es cosa voluntaria.
Sobre el asunto de la adopción habrá que hacer una encuesta a los adoptados o en situación de serlo. A ver qué prefieren.
Ud. escribe: “En cuanto a la cuestión de las adopciones, tengo muy claro que lo que más necesita un niño es ver amor entre sus padres. Eso no siempre se da en el mundo heterosexual, con tantas y tantas parejas que se mantienen -con terribles tensiones diarias- por miedo a tener que hacerse un nuevo futuro”
Como no hace alusión a lo que puede pasar en el mundo homosexual se puede entender que lo diferencia a favor de que en éste todo va bien. Parece que da a entender que hay un sesgo entre los grupos homo y hetero respecto al amor. Ud. sólo relaciona hetero con amor. Cualquiera supone que hay otra relación en los homos.
Yo sólo le digo que como el asunto del amor no discrimina a favor o en contra de ningún tipo de matrimonio, en plan estadístico que es como se legisla, pues habrá que pensar si hay otros factores que hagan preferible unas condiciones determinadas de cara a la adopción.
Y no sé que tiene que ver que no se le quite, o se le quite, el niño a una pareja hetero con la ventaja o no de que los homo adopten. Son dos conceptos distintos. No se justifican mutuamente.
Sus apostillas entre Ud. y Pastoso me hacen entrar en la melancolía si piensa que crecí en un ambiente mucho más integrista. La Iglesia es como es, y además muta, y afortunadamente su poder de influencia social no tiene nada que ver con el que viví.
Pero no se me ocurre pensar, del párrafo de marras, que el cardenal satanizaba a los homosexuales.
(Y todas estas argumentaciones no tienen nada que ver con la fe)
Al robot

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Muchas gracias a todos por sus comentarios.

Yo no tengo más ganas de seguir replicando, honestamente. Tengo además muchísimo trabajo acumulado como para hacerlo, aunque esta tarde la estoy dedicando a algo en lo que encuentro mucha más Verdad Espiritual que en cualquier dictrina religiosa: escuchar La Pasión según San Mateo de Bach. Versión Klemperer, por cierto.

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