viernes, 2 de octubre de 2009

La Alpina por Pedro Halffter

El inminente estreno en Sevilla (mejor dicho: en España) de La mujer silenciosa me ha llevado a recordar lo poco que me gustó la dirección de Pedro Halffter cuando hizo Salomé en el Maestranza (enlace): de tanta obsesión por clarificar el entramado orquestal la tensión se terminó viniendo abajo. Y ello me ha animado, a su vez, a desempolvar un vídeo en formato DIVX que me bajé hace tiempo del eMule, procedente del Festival de Música de Canarias de 2006, en el que el director madrileño dirige otra de las grandes obras de Richard Strauss, la Sinfonía Alpina, a ver que tal. Me ha parecido admirable.

Lo primero que sorprende es la calidad de la orquesta: si bien es cierto que en determinados momentos se queda corta para las terribles demandas de la partitura (¿a cuántas formaciones no les pasa lo mismo?), la Filarmónica de Gran Canaria exhibe un nivel muy apreciable tanto en los tutti como en las diferentes intervenciones solistas. Pero es que además Halffter, salvando momentos puntuales como pueden ser la escena de la cascada -necesitada de un último grado de transparencia y refinamiento- o la tormenta -donde pone a los músicos en un aprieto por su excesiva demanda de decibelios-, obtiene de la formación isleña una sonoridad realmente adecuada, rica en colorido, de notable equilibrio en las diferentes familias instrumentales y de suficiente brillantez.

El director madrileño, por otro lado, consigue lo más difícil: trazar el arco de tensiones a lo largo de los cincuenta y tres minutos que le dura su interpretación sin que el pulso decaiga en ningún momento. No solo eso, sino que además sabe dotar a cada pasaje de la correspondiente sustancia expresiva. Así, las escenas de la cascada y la pradera ofrecen un adecuado descriptivismo y por fortuna no caen, como ocurre a veces -pienso ahora en la por lo demás sensacional grabación de Fabio Luisi-, en el empalago pintoresquista. A la cima se llega de manera natural, acumulando tensiones y descargándolas con la potencia y brillantez necesarias, pero sin caer en la retórica. La tormenta, poderosísima, sí que resulta un punto más efectista de la cuenta. Y lo mejor viene con el final, ofreciendo un ocaso no sólo extraordinariamente emotivo, sino también de una gran concentración y una apreciable densidad filosófica.

Conozco unas cuantas interpretaciones de la Alpina realmente magníficas: la mítica de Kempe, la escarpadísima de Maazel, la filosófica de Barenboim, la descriptiva de Sinopoli, la natural y transparente de Luisi y, por encima de todas, la portentosa de Karajan en CD (la del DVD está menos lograda), un prodigio de brillantez, colorido y comunicatividad. Esta de Halffter con la OFGC no llega a semejantes alturas, claro está, pero me parece globalmente espléndida y mantiene muy bien el tipo al lado de ellas. Así de claro.

¿Exagero? Les dejo el nombre del archivo (Strauss.Alpine.Symphony.O.F.G.C.avi) por si logran localizarlo aún en el eMule (procede de la televisión local y se ve lastrado por un solo aceptable sonido monofónico). Si no lo encuentran o no quieren invertir tanto tiempo, también disponen de un par de selecciones en Youtube (enlace 1) (enlace 2) para comprobar por ustedes mismos qué nivel son capaces de alcanzar -en riguroso directo, nada de arreglos de estudio- orquesta y director. Si Pedro Halffter, en esta ocasión al frente de la Sinfónica de Sevilla, logra llegar a semejante nivel en La mujer silenciosa, estaremos de enhorabuena.

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