
Yo me lo pasé estupendamente viendo el DVD, pero cuando he podido disfrutar de la producción en directo las limitaciones de esta filmación me han quedado muy en evidencia. Ya se veía que la imagen no era muy buena, y ahora he podido comprobar que los colores no son sino un -literalmente- pálido reflejo de la realidad; la producción es colorista y luminosa (con algunos momentos oscuros que sirven de adecuado contraste dramático), buscando siempre una significación teatral para cada uno de los cambios lumínicos, algo que aquí sólo se intuye sin llegar a quedar claro.
Por otra parte, la realización es bastante mediocre y no permite apreciar de manera suficiente ni el planteamiento escenográfico (la Piedra Rosseta en el suelo ni se ve), ni el ágil movimiento escénico de los cantantes, ni cosas tan fundamentales como la opresiva bajada del espejo durante el dúo entre Cornelia y Sesto que cierra el primer acto. Tampoco se ven, más que de lejos, los irónicos carteles que van resumiendo la acción; aunque el Liceu tuviera a bien escribirlos en catalán, bien se podían haber incluido unos subtítulos en el DVD que explicasen qué es lo que allí se está señalando, porque así se pierde gran parte de este juego de teatro dentro del teatro planteado por este inolvidable creador alemán. Aun así, para quien no haya podido acercarse a Sevilla, imprescindible.
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