Se preguntan algunos ingenuos cómo es posible que discos abiertamente flojos salgan muy bien parados en las revistas especializadas. ¿De verdad hay que responder esto aquí? Pues por qué va a ser, hombre, por qué va a ser: por la publicidad que pagan las casas discográficas, Sony Classical entre ellas. Miren las páginas impresas de las revistas y/o los banners de sus respectivas webs, y luego comprueben lo que dice el crítico de turno en su imparcialísima reseña.
Ocurre en España, ocurre ahí fuera, ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo. Las revistas están para lo que están: para ofrecer el mayor margen de beneficio económico posible a su propietario. Y alguno hay por ahí de una publicación muy, pero que muy veterana que, me consta, está forradísimo. Del asunto de las Guías Penguin mejor hablamos otro día.
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