viernes, 21 de mayo de 2021

Héroes y villanos

Dos imágenes. Dos héroes, Juan Francisco y Luna, que son solo un botón de muestra: hay muchos más que no han salido en la foto. Él es de aquí, de Jerez de la Frontera: me uno a la petición del PP local del Premio Ciudad de Jerez para este miembro de nuestra Guardia Civil. La voluntaria de la Cruz Roja no sé de dónde es. Da igual. Ella y él han demostrado que los seres humanos podemos seguir comportándonos con solidaridad y ternura, aun arriesgándonos a ser brutalmente vilipendiados en las redes sociales –Luna se ha visto obligada a abandonarlas– o incluso a perder la vida –caso de mi paisano–, en unos momentos en los que amenazas de todo tipo impulsan a individuos y sociedades a refugiarnos en nuestro egoísmo. Frente al terrible desafío a nuestras fronteras, a nuestra política y a nuestro modo de vida que ha llevado a cabo la monarquía de Marruecos haciendo uso, de manera repugnante, del hambre y la desesperación de sus propios súbditos, nuestras fuerzas de seguridad y nuestro voluntariado no solo han hecho lo que tenían que hacer, poner barreras para evitar males mayores. También han sabido dar muestras de valentía, de sacrificio y de bondad. Son nuestros pequeños grandes héroes.

¿Y los villanos? No hace falta que les diga quiénes son. Están ahí, moviéndose entre la sonrisa irónica y la burla más hiriente, exhibiendo con orgullo su desprecio hacia personas infinitamente más admirables. Lo triste es que algunas, muchas de ellas han tenido la suerte –no así la mayoría de estas criaturas que han cruzado la frontera de Ceuta– de recibir una sólida e incluso selecta educación. Que conocen bien el complicado engranaje de mecanismos que mueven la Historia. Y que, al mismo tiempo, suelen mostrar una extrema sensibilidad ante la belleza que las grandes creaciones del ser humano nos ha ido legando a lo largo de los siglos.

Por eso mismo, en un primer momento resulta difícil de entender que quienes se extasían ante un lienzo de Velázquez o ante una fuga de Bach sean capaces de mostrarse tan extraordinariamente insensible no solo ante el sufrimiento de sus semejantes, sino también hacia la entrega solidaria de quienes tienen al lado. Pero claro, inmediatamente uno repara en que el pasado está lleno de contradicciones como esta y los ánimos se vienen abajo. Por eso mismo gracias a Juan Francisco, gracias a Luna por permitirnos creer que el ser humano se sigue mereciendo una oportunidad.

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