miércoles, 2 de diciembre de 2020

Excepcional Mi Patria por Barenboim en Berlín

Daniel Barenboim y la Filarmónica de Berlín –con algunas caras inhabituales, tal vez con el COVID– ofrecieron, en una Philharmonie aún abierta al público pero con aforo reducido, una interpretación del ciclo Mi patria de Smetana que he querido volver a ver ahora, siempre en la Digital Concert Hall, para sacarle todo el partido posible. Lo tengo más o menos claro: esta interpretación no solo me gusta más que la un tanto irregular del propio Barenboim con la Filarmónica de Viena en 2017 –que aún no ha conocido edición comercial–, sino que se ha convertido en la que más me gusta de cuantas he escuchado, quizá junto la más rocosa de Wolfgang Sawallisch.

¿Y cómo es esta versión del de Buenos Aires? Acabo de dar una pista: no especialmente escarpada. Encontramos, eso por descontado, esa sonoridad musculada que tanto le gusta al maestro, esa dosis de vigor y pathos habitual en sus maneras de hacer, como también un sentido de lo rústico –amén de un absoluto alejamiento de cualquier blandura o amaneramiento– que resulta ideal para esta música. Pero lo que llama la atención es la manera en la que su batuta explora lo que estos seis poemas sinfónicos tienen de sensualidad y vuelo lírico, de nobleza, de belleza paisajística e incluso de ternura: puro Barenboim “de la última época”, en el mismo sentido que se evidencian estas características en sus últimas interpretaciones de Mozart y de Beethoven. No se trata, habría que insistir, de una visión otoñal o decadentista. Simplemente es que, junto a los aspectos más habitualmente atendidos por otros directores, aquí se exploran muchísimos pliegues expresivos que demuestran el enorme potencial de esta música que aún algunos se atreven a minusvalorar.

Desde el punto de vista técnico, todo es un prodigio. No solo en lo que a la orquesta se refiere, soberbia e insuperable, sino también en lo que corresponde a Barenboim: la calidez del empaste, la ductilidad y morbidez del fraseo, el sentido orgánico de tensiones y distensiones, la extremadamente sensible manera de regular las dinámicas, el dominio de las transiciones… Kirill Petrenko posee una técnica de batuta aún superior, pero ni él ni la mayoría de los directores que se suben a este podio albergan, ni de lejos, la musicalidad, la inspiración poética y la personalidad del argentino.

¿Algo que concretar de cada uno de los poemas? Vyšehrad está dicho con amplitud y elevación espiritual. El Moldava, sin llegar a ese cielo que alcanzaba Karajan con la Wiener Philharmoniker, rebosa poesía. Šárka recibe una interpretación difícilmente superable: ¡qué manera de conmoverse con el llanto de la amazona abandonada, qué escena de seducción más voluptuosa! Increíble aquí el clarinete de Wenzel Fuchs. De los bosques y prados de Bohemia evita todo pintoresquismo sin renunciar a la sensualidad contemplativa. Tábor es todo dramatismo, y Blaník alcanza lo sublime en su sección central –muy superior a la interpretación que hizo Barenboim con Viena– y culmina con una grandeza humanística por completo ajena a la retórica.

La toma sonora es muy buena, pese a sufrir un poco de compresión dinámica. La imagen viene en 4K: acabo de estrenar un televisor de 50 pulgadas –el anterior era de 43, también 4K– y no salgo de mi asombro.

2 comentarios:

Julio César Celedón dijo...

No he escuchado con mucha atención este ciclo más allá de Vyšehrad y el Moldava, en la versión de Kubelik, Bělohlávek y la mencionada de Karajan del Moldava; tal vez no me he sentido inspirado para la rusticidad de esta música que me parece muy inspirada en lo poco que he oído. ¿Qué otras versiones además de Sawallisch recomendaría? Gracias de nuevo.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Hola. Pues no hay muchas, no. Hay que conocer al menos algunas de las de Kubelik, Aquí comenté algunas de ellas:

https://flvargasmachuca.blogspot.com/2017/08/mi-patria-por-rafael-kubelik-i.html

He escuchado casi todas las suyas, en cualquier caso. La que más me gusta es la que tiene con la Radio Bávara.

Tampoco está nada mal la de Claus Peter Flor:

https://flvargasmachuca.blogspot.com/2017/06/mi-patria-en-checoslovaquia-y-en-malasia.html

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