jueves, 23 de agosto de 2018

La maravillosa Pastoral de Kubelik

Hablé hace poco de la Novena de Beethoven por Rafael Kubelik, dentro del ciclo con nueve orquestas diferentes registrado por DG y ahora reeditado por Pentatone recuperando la cuadrafonía con que se grabó en origen, y hoy quiero traer el doble SACD que incluye la maravillosa Pastoral que grabó en 1973 con la Orquesta de París.


No queda claro si el maestro escogió a la orquesta porque la consideraba ideal para su concepto o más bien modeló este para adaptarse a la idiosincrasia de la formación parisina, pero lo cierto es que esta es una versión que respira “sensualidad francesa” por los cuatro costados, tanto en la tímbrica como en la propia concepción del fraseo, cálido y voluptuoso a más no poder, alcanzando en este sentido su cénit en el que probablemente sea el más poético y embriagador segundo movimiento de la historia del disco, cantado además con una naturalidad y una flexibilidad admirables: ¡qué magistral, insuperable dominio de la agógica demuestra Kubelik a partir de 7’56’’! ¡Qué plasticidad en el tratamiento de la cuerda! ¡Qué dominio de las masas sonoras! En comparación con semejante prodigio, al muy sensible y bien paladeado primer movimiento le falta un punto de magia poética. Irreprochable la danza campesina, poderosísima la tormenta y exultante, como debe ser, el movimiento conclusivo, tratado con una naturalidad en las tensiones y distensiones –plenos de grandeza los clímax– digna de ser escuchada. La Sala Wagram nunca ha ofrecido especial claridad, pero la remasterización cuadrafónica de Pentatone otorga un relieve y una gama dinámica asombrosas.

Obviamente no acaba ahí el contenido del doble disco. Está también la Séptima de 1974 con la Filarmónica de Viena. Otra magnífica versión en la que, haciendo gala de una extraordinaria depuración sonora a la que no son ajenas las cualidades intrínsecas de la formación austriaca, sencillamente la ideal para el enfoque adoptado por la batuta, Kubelik construye una elegante, equilibrada y hermosísima interpretación de corte apolíneo, ajena a frenesís dionisíacos y a honduras filosóficas, pero albergando toda la fuerza arquitectónica, toda la cantabilidad –lirismo puro, luminoso, transparente– y toda la elocuencia que debe, siempre con una lógica y una naturalidad en el fraseo que sortean el peligro de la rigidez en que caen otras interpretaciones. En su línea, portentosa. La toma sonora ya era espléndida en CD y ahora ha mejorado con la cuadrafonía. Esta, por cierto, es muy distinta de la que en la misma sala y con la misma orquesta, ofrecerá el mismo sello con protagonismo de Kleiber: aquella ofrecerá abundante información por los canales traseros, mientras que esta se limita a recoger una reverberación de los más confortable.

Queda la Octava con la Orquesta de Cleveland, registrada en 1975. Ya desde un comienzo verdaderamente enérgico, lleno de brío, queda claro que Kubelik va a apostar por una visión mucho menos apolínea que la de la Séptima, y que tampoco está muy dispuesto a ver aquí un “retorno al clasicismo”; pero eso no le impide precisamente hacer gala de esa naturalidad en el planteamiento de las tensiones, esa fluidez en el fraseo y y esa transparente cantabilidad que caracterizan su arte, como tampoco ofrecer un segundo movimiento que es todo finura con un punto de picardía. En cualquier caso, lo que llama la atención en esta lectura es la portentosa planificación de las dinámicas y la excepcional atención al entramado orquestal, por no hablar de la formidable ejecución por parte de la formación norteamericana, todo músculo pero capaz también de las mayores sutilezas. El sonido en SACD ofrece una gama dinámica y un relieve formidables.

 
¿Hay que decir más? Un doble SACD por completo imprescindible.

4 comentarios:

Angel Torres dijo...

Hola Fernando,

Casualidad que durante el mes pasado me he ido haciendo con cada uno de los discos que componen esta integral, llegándome este último volumen durante este mismo mes. Conocí el Beethoven de Kubelik gracias a tus recomendaciones, y durante años esperé a que saliera reeditado en CD. Lo adquirí hace un año en una modesta cajita que sacaron al mercado, y ahora con Pentatone en SACD me he lanzado de nuevo a por el, regalando la caja anterior.

Estoy a la espera de que editen la heroica, que es la última que queda para cerrar el ciclo, siendo una de las mejores que he podido escuchar.

Gracias Fernando como siempre por tu valiosa información.

amd dijo...

El Beethoven de Kubelik (por unos desconocido, por otros olvidado y por muchos infravalorado) debería estar en la discoteca de todos aquellos a los que les guste Beethoven.

Antonio Pérez Villena dijo...

Agradecidísimo por tu reseña y recomendación, me lo pongo en la lista de "pendientes". De vez en cuando hago "mocho" a JPC y pido Pentatone.

Anónimo dijo...

Me uno al agradecimiento de Antonio Pérez; tus análisis me parecen notables y, sobre todo, honestos. Una gran labor.

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