En el tercer movimiento sobresale el trío, de nuevo un prodigio de cantabilidad, belleza sonora y elocuencia; el resto del scherzo está bien, pero cosas mucho más poderosas se han escuchado. Y en los movimientos extremos Jochum hace gala de una enorme fluidez y de un buen dominio de la polifonía, pero a mi entender frasea con cierta premura, o al menos sin la concentración debida, pasando de largo ante muchas bellezas melódicas que debería estar mejor paladeadas y no ofreciendo esa mezcla de calidez, tensión dramática y grandeza visionaria que esta música necesita. La orquesta de Karajan ofrece una muy buena prestación, pero extrañamente las trompetas resultan un punto chillonas.
Por cierto, he escuchado el registro en unos archivos FLAC procedentes de Japón a la escandalosa resolución de 192 kHZ/24 bits. Suena muy bien, claro, pero en absoluto se logran soslayar las limitaciones del original, que no son pocas.
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