lunes, 16 de enero de 2017

Zimerman: un Chopin que mira al futuro

Las cuatro Baladas, la Barcarola y la Fantasía, en interpretaciones de Krystian Zimerman registradas en julio de 1987, justo cinco meses después de haber realizado una filmación para Unitel de las mismas obras. Fue el primer Chopin que tuve en compacto. Me lo grabó un compañero de piso que por aquel entonces disponía tecnología para hacerlo: yo no podía permitirme comprar discos de serie cara de la Deutsche Grammophon. En su momento me harté de escucharlo. Esta mañana he vuelto a él, y ahora creo que me entero mejor de donde está la clave de que este registro se convirtiese en un hito.


A mi entender, el secreto está en que nos encontramos ante un pianista extremadamente ágil, capaz asimismo de moldear su sonido con una increíble plasticidad y una gama dinámica abrumadora, que pone su increíble técnica al servicio de una mente que sabe aunar la pasión con la razón; que traza una arquitectura de increíble concentración, lógica y tensión interna, aunque también flexible y de sutiles matizaciones cuando debe; y que con todo ello ofrece interpretaciones que resultan al mismo tiempo analíticas y apasionadas, pero de un apasionamiento que tiene poco que ver con lo escuchado a otros grandísimos pianistas. Digamos que es el suyo un enfoque “moderno”, objetivo, ajeno a cualquier tópico romántico en uno u otro sentido, aunque siempre de una intensidad y de una fuerza comunicativa incuestionables, además de reveladora en multitud de detalles de las enormes maravillas que encierra esta música.

Solo le pongo leves reparos a la Fantasía op. 49: interpretación sobria, decidida, nada ensimismada, quizá por ello no del todo sensual ni emotiva. En cualquier caso, impresionante desde el punto de vista arquitectónico, y tocada de una manera apabullante. Imposible sustraerse a tan tremenda exhibición de virtuosismo. Una soberbia toma sonora redondea un disco no solo por completo recomendable, sino también muy necesario: Chopin alejado de la tradición y mirando al futuro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Para redondear tu comentario podrías haber hablado también del DVD grabado en Viena ese mismo 1987, en febrero, por Zimerman, que contenía aparte de las piezas del disco, el Nocturno op. 15 nº 2 y el Scherzo op. 31, además de los Cuatro Impromptus D 899. Lo publicó Deutsche Grammophon. J.S.R.

kapsweiss2016 dijo...

Casualidades de la vida, en mi caso fue el primer disco que tuve del sello amarillo. Y también casi lo achicharro en el reproductor. Ya había escuchado las baladas en uno de esos discos de serie barata de supermercado. Pero esto era diferente, para mí fue una revelación y una gran lección. Yo estaba empezando a estudiar música y nunca pensé que un intérprete podía mostar la máxima atención a cualquier detalle expresivo sin dejar de lado la planificación y visión general de la obra.

Como comentas en la fantasía, dentro de un nivel estratosférico, da la sensación de estar todo demasiado calculado, me falta un último grado de espontaneidad. Prefiero la grabación de Arrau para EMI (1960, buen sonido para como grababa EMI el piano en esos años)

Hace poco tuve la suerte de escuchar a Zimerman la Balada nº1 en directo. Evidentemente, el shock no fue el mismo que en mi juventud, pero me hizo especial ilusión. Se que el pianista polaco tiene una personalidad peculiar pero, si no me equivoco, lleva más de 20 años sin grabar un disco de piano solo. Todo han sido grabaciones de conciertos con orquesta. Sigue con contrato en DG y dando recitales en directo. Desconozco los motivos....quizá ese aura de perfeccionismo, pero es frustrante.

Saludos

Julio César Celedón dijo...

Y que opinas de los impromptus de Schubert grabados por Zimerman igual para Deutsche Grammophon?

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Querido JSR, ojalá hubiera tenido tiempo para repasar el DVD, que vi ya hace mucho tiempo. Nuestro común amigo A.C.A. me asegura que las interpretaciones no son tan extraordinarias como las del disco, pero la verdad es que no he encontrado la oportunidad de comprobarlo.

Kapsweiss, muchas gracias por compartir tus hermosas experiencias. Seguro que a muchos ese disco nos descubrió un mundo nuevo. Con respecto a la personalidad de Zimerman, lo que me han contado no me parece compartible en un sitio más o menos público como éste. Digamos que sufre de problemas al mismo tiempo médicos y psicológicos que, probablemente, tienen mucho que ver con la circunstancia de que nos entregue mucho menos de su descomunal arte de lo que nos gustaría.

D. Julio César, le copio lo que tengo anotado sobre los referidos Impromtus: "apabullante demostración de virtuosismo con un piano ora delicado, ora de enorme fuerza sonora, siempre clarísimo en la digitación, para un enfoque desconcertante en el que, manteniendo siempre la elegancia, se alternan momentos muy viriles y un tanto rebeldes con otros muy insustanciales, distantes y parcos en poesía, aunque no decorativos ni amanerados."

V&M dijo...

Don Fernando. Comparto con usted lo mencionado, esta grabación para mi fue simpre de referencia, por las razones expuestas que poco queda para añadir.
Respecto a la personalidad de Zimerman, algún dia alguien contará su encuentro en el auditorio nacional con Brendel..., y como el viejo Maestro le echó una mano...
Las cuatro Baladas, como “ciclo”...me siguen entusiasmando las de Richter en Praga en los 60, con sus toses, su ADD, me resultan espectaculares en todos y cada uno de los sentidos, incluidos deslices.. por sonido, fraseo, sin trampa y cartón, virtuosismo, ... en fin, memorables en mi humilde opinión.

Mireia P.B. dijo...

En los tiempos avantgoogle... me aboné a las primeras temporadas de Ibercamera.
Iba a lo que habia pagado con total inocencia...y allí, en el maravilloso Palau, apareció un rubiales polaco que una detrás de otra tocó las 4 Baladas.
Huelga decir que es, tras mas de treinta años, uno de los mejores ¿conciertos? No, otra cosa superior, mas , me falta vocabulario para definir ese prodigio.

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